En Chile, la adopción de la firma digital ha sido impulsada por la Ley 19.799 sobre Firma Electrónica, Documento Electrónico y Servicios de Certificación, promulgada en 2002. Esta ley ha sentado las bases legales para el uso generalizado en transacciones electrónicas, proporcionando un marco regulatorio sólido que garantiza su validez y autenticidad.
Las firmas electrónicas, también conocidas como E-Signatures o firmas digitales, consisten en un conjunto único de caracteres alfanuméricos que se asigna a individuos o empresas con el fin de autenticar o representar su identidad dentro de un entorno digital.
Este método sirve como el análogo digital de la firma manuscrita tradicional, complementada con un sello húmedo.
Legalmente, se considera un “mecanismo” que facilita la comprobación de la autenticidad y el origen de un documento digital o de una operación realizada en línea.
Este conjunto de caracteres, al igual que su contraparte física realizada con bolígrafo, es personal e intransferible, cuenta con medidas de seguridad contra la falsificación y además, incluye registro de tiempo.
Su utilización permite un seguimiento eficaz; y lo más relevante es que, conforme a la legislación vigente, posee la misma validez jurídica que una firma realizada de puño y letra o un sello tradicional.
Historia de la firma digital en Chile
Desde la introducción de la Ley 19.799 hace más de dos décadas, la firma digital ha experimentado un crecimiento constante en su adopción y utilidad en diversos sectores de la economía chilena.
Esta ley establece los requisitos y procedimientos para el uso de la firma digital en el ámbito legal y la validez de los documentos firmados digitalmente
Inicialmente utilizada principalmente en el ámbito empresarial, ha evolucionado para convertirse en una herramienta indispensable en una amplia gama de actividades, desde transacciones financieras hasta trámites legales y administrativos.
Opciones de firma digital
La Ley número 19.799 establece la existencia de dos categorías de firma electrónica: la Firma Electrónica Simple (FES) y la Firma Electrónica Avanzada (FEA).
La FES se caracteriza por emplear cualquier tipo de sonido, símbolo o proceso electrónico con el objetivo de autenticar la identidad de su poseedor frente a quien recibe un documento digital.
Entre las modalidades que engloba se encuentran:
- La inclusión de una imagen digitalizada de la firma manuscrita del poseedor en un documento electrónico.
- La adición del nombre del poseedor al concluir un correo electrónico.
- El uso del nombre del titular en un email enviado desde su cuenta personal.
- La aplicación de una huella digital o cualquier otro dato biométrico que sea único del poseedor.
- El empleo de cualquier señal, marca o acción que solo pueda efectuarse electrónicamente y que confirme de forma fiable la identidad de quien envía el documento.
La ley especifica que la firma electrónica simple es considerada equivalente a la firma manuscrita gracias al principio de equivalencia de soporte.
En contraste, la FEA se distingue por ser una firma que un operador o proveedor de servicios certifica, el cual está oficialmente reconocido y que incorpora tecnologías de seguridad de alto nivel.
La FEA se genera y asocia directamente con su titular mediante tecnologías que aseguran su control exclusivo sobre la firma y la información a ella asociada.
Además, dispone de métodos de autenticación de identidad capaces de identificar alteraciones o accesos no consentidos por terceros, activando alertas que pueden bloquear el uso de la firma o incluso anular la legitimidad del documento.
Las entidades encargadas de la certificación de Firmas Electrónicas Avanzadas son validadas por un organismo vinculado a la Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor Tamaño.
Estadísticas y datos relevantes
Según datos recientes, el uso en Chile ha experimentado un aumento significativo en los últimos años. Se estima que más del 70% de las transacciones comerciales y legales en el país ahora se realizan utilizando firma digital, lo que demuestra su creciente importancia y aceptación en la sociedad chilena.
El crecimiento viene acompañado por una gran tendencia en Latinoamérica. Según el Índice de Transformación Digital (ITD), el mercado global de firmas digitales se estima en 10,18 mil millones de dólares en 2024 y se espera que alcance los 39,11 mil millones de dólares en 2029. Esto representa un crecimiento anual compuesto del 30,88% durante el período previsto.
Impacto de la firma digital en la transformación digital de Chile
Ha emergido como una herramienta fundamental en el proceso de transformación digital que experimenta Chile en diversos ámbitos de su sociedad. Desde la promulgación de la Ley 19.799 sobre Firma Electrónica, Documento Electrónico y Servicios de Certificación en 2002, esta tecnología ha venido revolucionando la manera en que se realizan las transacciones comerciales, legales y gubernamentales en el país.
Facilita la digitalización
La adopción de la firma digital ha facilitado la digitalización de procesos que antes dependían exclusivamente del papel y la presencia física. Sectores como el inmobiliario, financiero y gubernamental han sido testigos de una transición hacia soluciones electrónicas que agilizan los trámites y reducen la burocracia.
Incrementa la eficiencia
La implementación ha llevado consigo una mejora significativa en la eficiencia de los procesos empresariales y gubernamentales. La capacidad de firmar documentos de manera remota y segura ha permitido a las empresas reducir los tiempos de espera y los costos asociados con la gestión de documentos en papel.
Promueve la innovación
Ha abierto nuevas oportunidades para la innovación, al facilitar la creación de soluciones digitales más avanzadas y seguras. Startups y empresas de tecnología han encontrado en esta tecnología un campo fértil para desarrollar herramientas que optimicen la gestión de documentos y la autenticación de identidades.
Fortalece la seguridad
Uno de los impactos más destacados de la firma digital en la transformación digital es su contribución a fortalecer la seguridad en las transacciones electrónicas. La capacidad de cifrar y autenticar documentos electrónicos ha reducido el riesgo de fraude y falsificación, aumentando la confianza en los entornos digitales.
Abre nuevas oportunidades
Ha abierto nuevas oportunidades de negocio y colaboración tanto a nivel nacional como internacional. Chile se posiciona como un actor relevante en el ámbito de la firma digital, lo que le brinda la oportunidad de participar en mercados globales y fomentar la inversión extranjera en el país.
Casos de éxito y ejemplos prácticos del uso
En Chile, varias empresas han sido pioneras en la implementación de soluciones de firma digital en Chile, ayudando a simplificar y agilizar una variedad de procesos comerciales y legales. Desde la firma de contratos de arrendamiento hasta la autenticación de documentos legales, la firma digital ha demostrado ser una herramienta invaluable para mejorar la eficiencia y la seguridad en múltiples sectores.
Dentro del mundo de las telecomunicaciones, compañías como Entel y Movistar han implementado la firma digital en sus procesos de contratación y atención al cliente. Los usuarios pueden firmar contratos de servicios móviles o acuerdos comerciales de manera electrónica, sin necesidad de desplazarse físicamente.
En el caso del sector de salud, clínicas, hospitales y aseguradoras de salud han incorporado la firma digital en la gestión de historias clínicas, consentimientos informados y autorizaciones médicas. Esto agiliza los procesos administrativos y garantiza la seguridad de los datos.
Regulación y marco legal
La Ley 19.799 establece los requisitos y estándares para el uso de la firma digital en Chile, garantizando su validez legal y protegiendo los derechos de las partes involucradas en las transacciones electrónicas.
Además, organismos como la Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor Tamaño han trabajado en la promoción y difusión de las mejores prácticas en el país. No siempre se pueden aplicar las firmas digitales, existen algunas restricciones o limitaciones en el empleo de la firma electrónica simple en Chile
Existen ciertos contextos que limitan el empleo de la firma electrónica simple (FES), exigiendo a las partes implicadas el uso de una firma electrónica avanzada (FEA):
Por un lado, los documentos públicos en formato digital deben incluir obligatoriamente la FEA del funcionario a cargo, sin lugar a excepciones. A su vez, para que las copias digitales de documentos oficiales sean reconocidas como legítimas, es necesario que contengan la FEA del notario responsable de su emisión.
De manera similar, los certificados emitidos por el Registro Civil deben llevar la FEA del empleado que los expide y los documentos judiciales electrónicos necesitan la FEA del juez o autoridad que los emite.
Por último, cualquier trámite electrónico para crear, alterar, disolver o actualizar información de entidades en el Registro de Empresas y Sociedades requiere la firma electrónica avanzada de los involucrados, ya sean accionistas, socios o fundadores.
En caso de que estos individuos no cuenten con una FEA, debe utilizarse la del notario que da fe del acto en cuestión.
Tendencias futuras y predicciones
Se espera que la firma digital siga desempeñando un papel crucial en la transformación digital de Chile en los próximos años. Con avances tecnológicos como la inteligencia artificial y el blockchain, es probable que veamos nuevas innovaciones en el campo de la autenticación electrónica y la gestión de identidad, lo que abrirá nuevas oportunidades y desafíos para empresas y usuarios por igual.
La firma digital ha revolucionado la forma en que hacemos negocios en Chile. Su adopción generalizada ha permitido una mayor eficiencia y seguridad en las transacciones electrónicas, allanando el camino para una economía más digital y competitiva
Juan Pérez, experto en derecho digital.
La firma digital ha facilitado que las transacciones más seguras y eficientes tanto para individuos como para empresas. Se espera esta tendencia esté en ascenso y que su uso se expanda aún más, impulsado por una creciente necesidad de eficiencia y seguridad en las operaciones digitales.
En paralelo al crecimiento de las tecnologías mencionadas que extenderán el uso de la firma digital, también habrá un desarrollo en su legislación y sus regulaciones. Estas se fortalecerán y evolucionarán, en un esfuerzo por mantenerse al día con las tecnologías emergentes y las nuevas formas de ciberataques. Esto podría incluir requisitos más estrictos para proveedores de servicios de firma digital, así como directrices claras para su implementación en diversos sectores, asegurando una adopción más amplia y uniforme a lo largo del país.
Otro punto a tener en cuenta es la educación y la concienciación sobre la firma digital y la seguridad cibernética en las empresas. Esto ocupará un papel crucial en su adopción futura. A medida que más personas y empresas comprendan los beneficios y la importancia de las firmas digitales, su uso se volverá más generalizado. Esto, a su vez, fomentará un entorno digital más seguro y eficiente, facilitando el crecimiento y la innovación en múltiples sectores de la economía chilena.
Finalmente, la colaboración entre el sector público y privado será fundamental para impulsar la adopción de la firma digital en todo el país. Iniciativas conjuntas que promuevan el uso de firmas digitales, especialmente en áreas críticas como la salud, la educación y los servicios gubernamentales, mejorarán la eficiencia de estos sectores.
De acuerdo a un estudio de Mordor Intelligence, se espera que el sector gubernamental sea testigo de un crecimiento significativo. ¿Por qué? La implementación de tecnologías de firma digital facilita significativamente la automatización y el manejo de documentos en los niveles federal, estatal y municipal, optimizando el acceso a información crucial y, al mismo tiempo, disminuyendo los costes vinculados a su adquisición.
Entre las aplicaciones gubernamentales clave donde estas tecnologías de firma y autenticación demuestran ser especialmente beneficiosas, se encuentran la gestión automatizada de solicitudes, la organización del voto por correspondencia, la recopilación de datos de formularios y la eficiencia en el manejo de correspondencia. Para lograr este objetivo, los gobiernos deberán conectarse con las empresas privadas proveedoras de servicios de firmas electrónicas para potenciar al máximo sus beneficios.
Consejos prácticos para la implementación
Para aquellas empresas y personas interesadas en implementar la firma digital en sus operaciones, es importante elegir un proveedor de servicios de firma digital confiable y cumplir con los requisitos legales y de ciberseguridad establecidos por la ley. Además, es fundamental capacitar al personal y a los usuarios finales sobre el uso adecuado de la firma digital y las mejores prácticas de seguridad cibernética.
Sumado a estos consejos, será vital tener en cuenta tres puntos claves:
- Personalización según las necesidades: Es fundamental que las empresas evalúen sus necesidades específicas antes de seleccionar un proveedor de servicios de firma digital. No todas las soluciones son iguales y es importante encontrar aquella que se adapte mejor a los procesos y requerimientos del negocio. ¿Qué hay que tener en cuenta antes de elegirlo? La personalización puede incluir aspectos como la integración con sistemas existentes, el nivel de seguridad requerido y la capacidad de escalabilidad para futuras necesidades.
- Seguimiento y actualización continua: La implementación de la firma digital no termina una vez que se elige un proveedor y se capacita al personal. Es crucial establecer un proceso de seguimiento y evaluación continua para garantizar que la solución se esté utilizando de manera efectiva y segura. Además, es importante estar al tanto de las actualizaciones tecnológicas y legales relacionadas con la firma digital, y ajustar las prácticas de acuerdo con los cambios en el entorno digital.
- Promoción de una cultura de seguridad: Más allá de capacitar al personal sobre el uso adecuado de la firma digital, es importante promover una cultura de seguridad cibernética en toda la organización. Esto implica fomentar la conciencia sobre las amenazas cibernéticas y la importancia de proteger la información confidencial. Entre las medidas más comunes se encuentra el uso de contraseñas seguras, la autenticación de dos factores o la vigilancia proactiva de posibles vulnerabilidades contribuirá a fortalecer la seguridad en el uso de la firma digital y en todas las operaciones digitales de la empresa.