Por Esteban Ahumada, Subgerente de Operaciones de Finmas.
Diversos estudios se refieren a la importancia de una buena comunicación y relación que debe tener la empresa con sus trabajadores. Sin embargo, poco se habla de la relevancia e impacto de los proveedores, quienes representan al sector de la pequeña y mediana empresa, en el futuro de las grandes compañías.
De más está señalar que el nivel de calidad en la gestión de los proveedores puede influir en los resultados del negocio, el servicio al cliente y el valor de la cadena de suministro. Pero además de lo anterior, uno de los factores que ha tomado mayor preponderancia en los últimos años es lograr su fidelización, lo cual se logra en gran parte otorgando condiciones de financiamiento transparentes y convenientes, para ayudarlos a sobrevivir y generar una simbiosis entre ambas partes, lo cual no persigue nada más que la estabilidad y continuidad del ecosistema económico y empresarial.
La fidelización y cuidado de quienes nos ayudan a hacer andar la máquina de nuestras empresas es de suma importancia, sobre todo en tiempos de pandemia. Por suerte, muchas organizaciones están tomando cada vez con mayor fuerza este nivel de conciencia. Nuestro ideal es que el ecosistema empresarial sea mirado como un símil del comportamiento de las propias leyes de la naturaleza: “Grandes y pequeños nos necesitamos para subsistir”.
Si bien el Estado tiene la misión de velar por el bienestar de las Pymes, los actores del sector privado considerados partes de la “gran empresa chilena”, tienen en sus manos la oportunidad de entregar a sus proveedores mayores certezas en medio de incertidumbres y, así, fomentar ese vínculo de confianza. ¿De qué forma?
La receta en este momento es simple. Se sabe que uno de los principales dolores de la Pyme son los plazos de pago, tiempos muertos sin entrada de ingreso que ponen en riesgo su continuidad operacional. Afortunadamente, se han creado en nuestro país sistemas que otorgan condiciones de facturación y financiamiento convenientes para pago de facturas a tiempo y sistemas tecnológicos de punta para, por ejemplo, agilizar los procesos de pago y no dejar de lado la salud financiera de la pyme.
Para lograrlo, Hoy existe la Bolsa de Productos de Chile (BPC), un mercado que junta puntas entre inversionistas y Pymes y empresas que necesitan financiar sus facturas. Esta esta una de las innovaciones que ha revolucionado la forma en que tanto empresas y Pymes pueden optimizar el pago de facturas. El objetivo de la BPC es mejorar las condiciones de financiamiento, por medio de una plataforma que asegure transparencia, equidad, liquidez y competencia.
Todo se traduce en una solución a todas luces conveniente, que puede convertir facturas en capital de trabajo sin asumir responsabilidad y sin que la operación constituya deuda, dando rentabilidad al inversor con diversificación en un mercado abierto y bajo riesgo, dado que la BPC está regulada por la Comisión para el Mercado Financiero. Algo antes impensado, pero que hoy estamos haciendo realidad: una alternativa “win win”, donde todos ganan: empresas, proveedores e inversionistas.
En consecuencia, hay factores que las grandes empresas y quienes poseen la alternativa de invertir, deben considerar no solo para su beneficio, sino que al mismo tiempo, para construir desde la colaboración sobre un terreno sólido. Y por sobre todo, con la debida la transparencia por todas las partes, como eje fundamental para sentar una relación de confianza entre grandes corporativos y Pymes hacia el futuro.