Luego de la exitosa campaña de reciclaje que hace algunos meses lanzó Claro junto a Metro de Santiago y que hasta el momento, ha logrado recolectar más de 50 mil equipos celulares y accesorios, la empresa de telecomunicaciones ha decidido expandir esta iniciativa a lo largo de todo Chile.
La idea implementada por ambas entidades, fue concebida como una forma de regular el proceso que se realiza para eliminar la basura tecnológica, de forma ecológica y de acuerdo a normas medioambientales. Sin embargo, existía una gran necesidad de realizar el mismo proceso en todo Chile y acercar esta iniciativa a regiones.
El objetivo principal de la campaña de Claro y Metro es dar, tanto a sus clientes y a los usuarios en general sin distinciones, la posibilidad de reciclar sus equipos celulares de forma gratuita y segura, teniendo en cuenta que en la actualidad, el recambio de teléfonos es altísimo y por lo tanto, los antiguos quedan guardados y sin posibilidad de ser reutilizados.
Para esto, Claro ha instalado en cada uno de los 21 Centros de Atención al Cliente a lo largo de todo Chile, buzones especialmente diseñados y debidamente señalizados, en los que podrán ser depositados todo tipo de celulares en desuso, de forma completamente gratuita y sin ningún tipo de requisito. Estos equipos serán recogidos permanentemente por personal de la empresa y serán trasladados a las estaciones de Metro de Santiago donde serán depositados en los contenedores autorizados.
El proceso de reciclaje contempla el manejo ambiental adecuado de los residuos en todas sus etapas. Además, el reciclaje de celulares en el Metro no sólo beneficia al medio ambiente, sino que también permitirá apoyar con recursos a la Fundación Belén Educa, que entrega educación de excelencia en sectores de menores ingresos.
Una vez almacenados en los contenedores, los celulares y accesorios serán retirados por personal de la empresa Degraf, quien los transportará en vehículos autorizados para el traslado de residuos. En la planta de reciclaje se pesa y clasifica el material recolectado. Los teléfonos celulares son desmantelados: sus baterías son enviadas a disposición final y del resto del aparato se recupera lo que se puede volver a utilizar. Finalmente, metales y plásticos vuelven como materia prima al ciclo productivo.
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