Indudablemente, la irrupción del ADSL provocó grandes cambios en los usuarios. El concepto de Internet a alta velocidad con la tecnología ADSL sobre cobre no dejó a nadie indiferente. Ahora, nos enfrentamos a WiMax, diseñada para que los diferentes operadores saquen el máximo partido a su infraestructura con la exigencia de los usuarios que esperan los mismos resultados. Ya no basta tener conexión en puntos fijos, sino también cuando se está fuera de la oficina o de la casa.
Por ello, las tecnologías en la actualidad tienen que tender a ser complementarias, hecho que permite que existan los upgrades y que los costos no se excedan en demasía. Es el caso de WiMax y Wi-Fi, ambas tecnologías complementarias. Por ejemplo, un operador móvil puede instalar una estación base multi-estándar en una localización ya existente y suministrar de inmediato servicios de banda ancha junto a aquéllos que ya estaba ofreciendo a sus clientes. Del mismo modo, un operador fijo puede integrar una solución WiMax en su red DSL para complementar el despliegue de su cobertura de banda ancha, a la vez que agrega un servicio de movilidad.
Es obvio que al principio no todos tendrán PCs con tarjetas WiMax y seguiremos usando nuestra conexión Wi-Fi en casa o en hot spots, pero alguno de estos últimos ya estará interconectado con infraestructura WiMax. La combinación de ambas soluciones permitirá aumentar las zonas con cobertura de banda ancha. En el momento en que los PCs y las tarjetas con soporte de WiMax estén más extendidas, los usuarios podrán conectarse con cualquier tecnología y en cualquier lugar en función de parámetros como el precio o la velocidad. Será el usuario el que decida el cómo, el cuándo y el dónde hacerlo.
Las tecnologías que compiten con WiMax
En cuanto a la posible competencia de WiMax con otras tecnologías similares, recordemos que no hay tantas que consigan reunir a más de 300 miembros entre fabricantes de equipos y operadores en un mismo foro. Actualmente, existen soluciones propietarias que tienen algún éxito local en Estados Unidos o Asia, por ejemplo, pero que, en definitiva, siempre acaban comparándose con WiMax, que es el estándar de referencia.
Por otro lado, su competencia con UMTS es sólo aparente. La tecnología 3G que se está desplegando por toda Europa permite conectarse en movimiento en un automóvil o en un tren a 200 km/hr, lo que todavía no se contempla con WiMax. Aún así, no se puede comparar con el gran ancho de banda que proporciona WiMax, típicamente entre 1 Mbps y 2 Mbps, para navegar por Internet con toda comodidad.
El punto crítico es que la penetración de WiMax en el mercado en Chile estará condicionada por la baja de los precios de los equipos de usuario, fenómeno que debe producirse en el corto plazo. Las aplicaciones serán múltiples y novedosas en escenarios nuevos como aeropuertos, entornos rurales y urbanos. Es cosa de ma-sificar, lo mismo que con el fenómeno de Internet.
Octubre de 2006
