Wearable Computing

En el metro de Londres una pareja se saca fotos con su teléfono móvil. En una transmisión de TV de la BBC del conflicto electoral en Ucrania, se ven dos teléfonos móviles que sobresalen de la multitud filmando las discusiones en medio de un tumulto. En Chile, desde Arica a Punta Arenas, vendedores de productos de consumo masivo registran las ventas en sus PDAs y luego las transmiten vía bluetooth a través de teléfonos móviles o puntos de acceso a red inalámbricos en sus sucursales.

Publicado el 28 Feb 2005

En el metro de Londres una pareja se saca fotos con su teléfono móvil. En una transmisión de TV de la BBC del conflicto electoral en Ucrania, se ven dos teléfonos móviles que sobresalen de la multitud filmando las discusiones en medio de un tumulto. En Chile, desde Arica a Punta Arenas, vendedores de productos de consumo masivo registran las ventas en sus PDAs y luego las transmiten vía bluetooth a través de teléfonos móviles o puntos de acceso a red inalámbricos en sus sucursales.

Caminando por una importante avenida de una ciudad me encontré con una antigua amiga que trabajaba para una empresa cliente, con la que me puse a conversar para actualizar los acontecimientos de nuestras vidas y trabajo. Fue así como nació la necesidad de intercambiar las últimas coordenadas de ubicación de trabajo, para luego enviar información de nuestros productos y servicios. Como no andaba con tarjetas de visita, abrí mi maletín, saqué mi notebook y le pedí que me esperara un segundo para que se iniciara. En ese momento, noté que su cara se descompuso y me dijo que estaba apurada.

Entonces, recordé que tenía un teléfono móvil inteligente y que podía utilizarlo para registrar sus datos. Saqué el aparato, abrí la guía de direcciones, indique que quería crear un nuevo contacto y se lo pasé para que ella llenase sus datos por sí misma.

Mientras trataba de guardar el notebook en el maletín, ella terminó de ingresar sus datos y me pasó de vuelta el teléfono móvil, se despidió y se fue. Cuando revisé la información ingresada, me di cuenta de que no sólo puso su nombre, apellido y e-mail, sino también su número de teléfono móvil.

Reflexionando sobre el traspié que sufrí con el uso de mis avanzadas tecnologías móviles, me di cuenta que otro aspecto muy importante es el contexto en que se va a usar. Es decir, es mucho más provechoso y adecuado utilizar un teléfono móvil o una PDA que un notebook mucho más poderoso. Y justamente ahí está el éxito de los dispositivos móviles, donde hoy en Chile hay un 55% de penetración en la población. Hay países como Suecia y Finlandia que llegan al 80% o más e incluso algunos cuentan con más de una unidad por persona, como Japón y Corea.

Nadie molesta a nadie

Claramente, hay sucesos y eventos donde utilizar un dispositivo móvil, que se pueda llevar en el bolsillo, es mucho más ventajoso. En mi opinión, difícilmente en hot spots públicos -como los habilitados en el Barrio Universitario, cafés, patio de comidas de los centros comerciales y malls- se utilizarán notebooks, por el contexto en que las personas se encuentran en esos lugares. Más bien podrían tener mayor uso e impacto si se enfocarán a utilizar dispositivos móviles con conectividad inalámbrica como las PDAs.

Nos queda ahora pensar qué otras cosas podemos hacer con nuestros dispositivos móviles, que siempre llevamos con nosotros. Podemos decir que “vestimos dispositivos móviles”, como también vestimos relojes, lápices y anteojos, entre otros. El término en inglés es “wearable computing”.

Como ejemplo me tocó ver en Tokio, Japón, cuando uno toma el tren o metro, que la mayoría de las personas que esperan en la estación adentro del vagón están revisando contenidos y escribiendo en sus teléfonos móviles. Algunos leen correos electrónicos, mientras otros escriben, navegan en páginas especiales para teléfonos móviles, juegan y chatean. Incluso, los más jóvenes ingresan contenidos a sus sitios web personales. Obviamente, la mayoría cuenta con teléfonos con sendas pantallas de despliegue y con cámaras. Nadie molesta a nadie, dado que no están hablando por sus teléfonos, sino usando la transmisión de datos que éstos tienen. En otra oportunidad, también pude ver una situación en un tren de Helsinki, Finlandia, donde jóvenes enviaban y recibían mensajes cortos mientras se trasladaban. Lo mismo ocurrió en Estocolmo, Suecia.

En Londres, Reino Unido muchos de los ejecutivos de negocios con los que me tocó conversar utilizan sus teléfonos móviles inteligentes para revisar y buscar en sus correos electrónicos; y también usan la combinación de teléfono móvil y PDA, conectado vía Bluetooth.

¡Cuántas formas diferentes de usar estos dispositivos y está recién comenzando!. Ahora, me queda hacer mi trabajo de enviar los datos sobre nuestros productos y servicios a mi amiga.

Marzo de 2005

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Redacción

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