El “Internet de las cosas”, ese fenómeno imparable de conexión de todo con todo, por el auge de sensores y chips, arrastra aún complejas lagunas técnicas, algunas de ellas “muy difíciles” de resolver, dijo en Madrid Vinton Cerf, considerado como uno de los “padres” de Internet.
Vicepresidente y jefe evangelista de Internet (encargado de explorar nuevos usos de Internet) de Google, Cerf, cuyos trabajos en la década de los setenta fueron claves para conectar los primeros ordenadores entre sí, pronunció una conferencia sobre “el futuro de Internet: reto y oportunidades” invitado por la Universidad Politécnica de Madrid.
Con galardones tan prestigiosos como el Premio Turing o el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, Cerf aseguró que “todavía existen muchas muchas preguntas abiertas sobre problemas complicados no resueltos” en torno a ese concepto del “Internet de las cosas”.
Para ilustrar la importancia del fenómeno recordó que las cifras sitúan en 3.000 millones el número de internautas y entre 10.000 y 15.000 millones los dispositivos actualmente conectados, cifras que se seguirán multiplicando.
Uno de los problemas más complejos de resolver para la popularización de este “Internet de las cosas” es la falta de plataformas estándares de interconectividad de unos aparatos con otros, dado que varían dependiendo de los fabricantes y eso impide la comunicación de unos con otros.
En breve, recordó, cualquier objeto estará conectado a Internet mediante todo tipo de sensores “que serán muy comunes en todas partes”, en neveras, microondas, termostatos o lavadoras.
Se necesitan por ello plataformas de comunicación “a gran escala”, que permitan a las máquinas entenderse y ese reto no se ha logrado todavía, insistió el experto en computación.
También es prioritario que los dispositivos, que se multiplicarán por miles o millones, puedan ser manejados fácilmente.
En cualquier hogar, podrían encontrarse por decenas para ser utilizados al mismo tiempo: sensores de temperatura, humedad, volumen de la música, control de persianas. Lo recomendable sería poderlos controlar todos ellos con un sólo mando, probablemente el móvil.
Y este único dispositivo habría de ser fácilmente programable, casi automáticamente, para facilitarle la vida al usuario, que no tiene por qué leer “instrucciones y más instrucciones con tanto aparato”.
También la seguridad en todo este nuevo mundo interconectado es otro gran desafío, dijo Cerf. Este “vibrante” espacio que es internet, en “continua evolución y hospitalario” con todo tipo de ideas innovadoras, exige sistemas más resistentes frente a ciberataques.
Se requieren mayores garantías de autenticación del usuario que sólo debería poder acceder al sistema si es realmente quien dice ser, y también el software en su diseño habría de incluir muchas menos vulnerabilidades o “bugs” para evitar la entrada a “los malos”.
Cerf plantea sistemas anticiberataques de acción instantánea, porque, del mismo modo que lo primero que se hace con un fuego es echar agua y luego llamar a la Policía, con Internet lo urgente también consiste en frenar la amenaza y después buscar a los responsables.
Se necesita cooperación global de la industria y los países porque el cibercrimen no tiene fronteras y las víctimas son atacadas desde cualquier parte del mundo, recordó.
También se refirió a la necesidad de implementación global del nuevo protocolo de Internet IPv6 que exige “un impulso por parte de la industria”, y al reto de la asignación pronto de muchas nuevas direcciones de nombres en la red.
Reiteró que le preocupa “mucho” la posible falta de herencia digital de las próximas generaciones por la previsible dificultad de acceso a documentos actuales en Internet (fotos, vídeos, tuits, blogs, textos) con tecnologías del futuro.
De ahí su propuesta del digital “Vellum” o pergamino digital, a la que se ha referido en otras ocasiones, para preservar todo ese legado virtual en el futuro.
Aprovechando su presencia en la Universidad, destacó el papel democratizador de Internet, al permitir que cualquiera acceda a él independientemente del lugar en donde se encuentre, con mayores o menores recursos educativos.
Fuente: EFE