REPORTE DE JULIUS BAER: De qué depende el potencial revolucionario de 5G

De acuerdo al reporte de Julius Baer, el 5G debería permitir a los proveedores de servicios de telecomunicaciones ofrecer una nueva propuesta de valor con velocidades más altas, y su implementación podría demorar más allá del tiempo esperado, mientras se definen los estándares y programas de implantación.

Publicado el 30 Abr 2019

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El impacto que el 5G está provocando en la industria de las telecomunicaciones supondrá una transformación de proporciones en la infraestructura de los sistemas de las compañías, lo cual podría demorar más tiempo del que se tenía previsto para su implementación a nivel global. Así lo plantean los economistas del banco suizo Julius Baer en un reporte llamado “Contenido Digital: 5G y Streaming”, en donde el equipo del “Next Generation” (“la próxima generación”) señala que la transición al 5G se incrementará más de lo que se estima.

“Consideramos que la transición al 5G es más incremental de lo que la mayoría podría esperar, al menos en los próximos años, con los casos de uso verdaderamente revolucionarios de 5G, como Internet de las Cosas industrial (iIoT), que se extendió aún más hacia 2020”, señala Julius Baer.

Para la firma suiza, el gran cambio de infraestructura en el horizonte es la transición del 4G al 5G en los sistemas de comunicaciones inalámbricos estandarizados, que se establece para reducir significativamente los tiempos de transferencia de datos y latencia.

Uno de los casos donde se apunta que puede haber dificultades con el 5G es en los servicios de streaming, donde si bien el cambio estructural a servicios on demand a precios más bajos “está claro, lo que está menos claro es si sus modelos de negocio pueden alcanzar una rentabilidad verdaderamente satisfactoria”, señala el reporte.

5G aún “en pañales”

De acuerdo al reporte, el señalar que la tecnología 5G “ya está aquí” no coincide con la realidad debido a que no se prevén despliegues importantes de esta en el corto plazo. “Esto aún está lejos de ser el caso, ya que no se esperan importantes despliegues de redes 5G hasta al menos la segunda mitad de 2019, e incluso en áreas seleccionadas”, indica. Para la entidad suiza, la principal razón de que aún el 5G no haya llegado “es que sus estándares, bases tecnológicas, programas de implementación y casos de uso, aún se están definiendo”. Esto, debido a que al estándar global del 5G para comunicaciones inalámbricas apunta primero a una mejora en el tiempo. “Su objetivo es proporcionar a las empresas de telecomunicaciones un estándar incremental, coherente, y especialmente rentable, para dar servicio a compañías y consumidores cada vez más móviles, en línea y ávidos de datos”.

No obstante, indica Julius Baer, el 5G va más allá de hacer más rápida la velocidad de descarga; su potencial revolucionario depende de los estándares, las redes y la tecnología que surgirán solo a partir de 2020.

“La promesa del 5G no se limita a velocidades de descarga más altas a costos más bajos; sus especificaciones y tecnología se están definiendo para respaldar y entregar casos de uso más revolucionarios más adelante en 2020”, sostiene. El desafío general que implica la aplicación de la tecnología 5G supone ejecutar la implementación de mejoras de reducción de capacidad y “en última instancia en las redes inalámbricas, al mismo tiempo que se administra la complejidad en el alza de costos de los despliegues de infraestructura y tecnología requeridos”, señala la firma.

Mayor tráfico de datos

Una de las prioridades inmediatas para los proveedores de servicios de telecomunicaciones es lograr un crecimiento mayor del tráfico de datos móviles de una manera eficiente en costo, energía y gasto.

En ese sentido, el estándar 5G desarrollado conjuntamente por la industria global de telecomunicaciones y los organismos internacionales “apunta a satisfacer estas necesidades con nuevas prácticas de tecnología y espectro”. Una de las principales mejoras, en ese contexto, es que la tecnología 5G ofrezca “20 veces las tasas de transferencia de datos máximas de la norma anterior y 100 veces más eficiencia en el uso energía y en costos”.

A corto plazo el despliegue del 5G “debería permitir a los proveedores de servicios de telecomunicaciones ofrecer a sus consumidores una nueva propuesta de valor, con velocidades de datos móviles más altas, así como mejores experiencias de usuario para algunas aplicaciones que requieren mucha conexión”.

Sin embargo, Julius Baer plantea que es improbable que el 5G sea una ventaja para los fabricantes de teléfonos inteligentes. “No creemos que las implementaciones de 5G, al igual que las implementaciones de 4G anteriores a ellas, alteren drásticamente la diná- mica central en un mercado global de teléfonos inteligentes, saturado y de menor crecimiento”, afirma la entidad. Por eso, es poco probable, señala el banco, que el valor incremental de la tecnología 5G estimule una mayor demanda de smartphones. “Es poco probable que Mobile 5G genere un crecimiento de ventas significativo para los proveedores de servicios de telecomunicaciones o para los fabricantes de teléfonos inteligentes, al menos por ahora”, indica.

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Redacción

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