Diego Martin, Gerente Comercial para Cono Sur de Furukawa.
Para soportar el volumen de datos que se requerirá con el advenimiento del Internet de las Cosas (IoT) y las ciudades inteligentes será necesario que los países sigan fortaleciendo aún más sus redes e infraestructura de telecomunicaciones.
Así lo afirma Diego Martin, Gerente Comercial para Cono Sur de Furukawa, quien estima que todos los actores de la sociedad deben estar conscientes de la importancia de forjar verdaderas “autopistas digitales” oportunamente.
“Tecnologías como el Big Data, el Cloud Computing, la movilidad y la Inteligencia Artificial requieren, junto con la voluntad innovadora de las empresas y Gobiernos, que haya una infraestructura ad hoc, que soporte el crecimiento del tráfico de información con los máximos niveles posibles de capacidad y velocidad”, comenta el ejecutivo.
La conectividad de alta velocidad es un eje central para la mejora de la productividad en las empresas y el desarrollo económico y social de los países. “Existe un claro y estrecho vínculo entre el aumento de las conexiones de alta velocidad y penetración de banda ancha con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y otras variables económicas muy relevantes, las cuales han sido extensamente probadas a nivel mundial”, señala Diego Martin de Furukawa.
Según datos de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), un incremento en un 10% en la penetración de banda ancha incide en un aumento del 1,5% en la productividad.
“Del mismo modo, según cifras del académico Raúl Katz, esa misma tasa de aumento de la banda ancha –un 10%- puede impactar en un aumento de 0,16 puntos en el PIB, y en 0,018 puntos en la tasa de ocupación a nivel latinoamericano y en Chile, respectivamente. De manera que es indiscutible, las conexiones de alta velocidad tienen un impacto directo en el desarrollo y crecimiento económico”, destaca.
El ejecutivo de Furukawa añade que este escenario evolutivo y demandante es el que ha motivado una renovación y fortalecimiento de las redes de telecomunicaciones en todo el mundo, un factor estratégico que puede hacer la diferencia entre los países en el futuro cercano.
“Las naciones que buscan el desarrollo o tomar ventaja no sólo deben modernizar su infraestructura física -como puentes, edificios, carreteras, puertos, aeropuertos etc-, sino que también deben hacer lo propio con la infraestructura digital, optando por redes de mayor capacidad, velocidad y seguridad”, sostiene.
En este contexto, se explica el fuerte aumento que está experimentando la fibra óptica a nivel global, debido a que las conexiones tradicionales de cobre no están en condiciones de soportar el crecimiento exponencial del volumen de información que hoy fluye desde todo tipo de dispositivos, sensores, máquinas y objetos conectados a Internet, agrega.
Por otra parte, hay que considerar que el mencionado crecimiento de la fibra óptica se explica tanto por el surgimiento de nuevas tecnologías de acceso -por ejemplo, 5G- como también por los nuevos hábitos y demandas de los usuarios, tanto personas como empresas.
“En los últimos años estamos viendo un fuerte aumento de las transacciones electrónicas, de los dispositivos portátiles y, especialmente, un crecimiento muy llamativo del flujo de videos, el cual representa por sí solo el mayor volumen del tráfico on-line. Esto nos habla de que las nuevas tecnologías y los nuevos hábitos de consumo están impulsando el crecimiento de las infraestructuras basadas en fibra óptica, dada su alta capacidad y velocidad”, indica Martin.
El ejecutivo de Furukawa estima que Chile, en general, ha dimensionado bien la necesidad de tener una infraestructura digital moderna, destacando iniciativas público-privadas, como FOA (Fibra Óptica Austral) y la Agenda Digital 2020. Sin embargo, cree que puede profundizarse aún más por el significado que la alta velocidad y la fibra óptica representan en términos económicos, sociales, así como de sustentabilidad y de medio ambiente.
“Chile es líder en Latinoamérica, pero nuestra región está todavía lejos del promedio de los países desarrollados. Hay que mirar a naciones como Japón, por ejemplo, en donde el 98% de las empresas y más del 50% de los hogares cuentan con accesos de alta velocidad, estando la fibra óptica presente en el 98% de los accesos fijos”, añade.
En Latinoamérica ya se percibe un fuerte aumento en la demanda de fibra óptica, situación que lleva a los fabricantes a plantearse aumentar su productividad. En el caso de Furukawa, el objetivo es duplicar la producción en las fábricas de Brasil, Argentina y Colombia. A nivel global, la firma invertirá US$ 150 millones en dos años previendo el incremento de la demanda por fibra óptica.
Según Diego Martin, el nuevo Gobierno chileno tiene la oportunidad histórica de profundizar la penetración del acceso de alta velocidad en las empresas y hogares del país, para llegar a niveles OCDE, y permitir así que la innovación consolide el liderazgo de Chile en la región, tomando la delantera en desarrollar ciudades inteligentes.
Cifras de McKinsey reflejan que en la próxima década, el 60% del PIB global se concentrará en unos pocos centenares de ciudades. Esas Smart Cities, líderes del mañana, son las que hoy están tomando la delantera en mejorar con decisión política su infraestructura digital.
“La fibra óptica, definitivamente, es hoy sinónimo de desarrollo y de mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, por lo que tiene un valor estratégico indiscutido para Chile”, concluye el ejecutivo de Furukawa.