Según un estudio realizado por Americas Market Intelligence, para Backbase Latinoamérica, tan solo en 2020, los bancos de América Latina aceleraron sus planes digitales por lo menos en 24 meses. Los consumidores bancarios de la región exigen a las entidades procesos de onboarding más rápidos, funcionalidades tecnológicas mejoradas y servicios complementarios no tradicionales.
En definitiva, se busca una experiencia financiera digital consistente. Es por eso que la estabilidad de la estructura de red es fundamental para ofrecer una experiencia confiable, segura y eficiente.
Andrés Begué, Key Account Manager – Data Center Southern Cone de Furukawa Electric LatAm, explicó que el sector financiero “ha sido uno de los primeros en adoptar las soluciones que provee la transformación digital, especialmente en lo que respecta a los servicios de banca digital. Sin embargo, dados los niveles crecientes de seguridad que debe enfrentar, es una industria que necesita mejorar constantemente sus sistemas para incrementar la disponibilidad, confiabilidad y rendimiento”.
En el mercado actual, los bancos tradicionales suelen ser percibidos como más seguros, por eso el 99% de los encuestados en el estudio de Backbase Latinoamérica señala utilizar las entidades de la banca tradicional como su principal proveedor de servicios financieros.
Este comportamiento ha motivado a los bancos a diseñar estrategias para captar a nuevos clientes, aquellos que buscan una experiencia digital. Una de ellas es la creación de un Front-end digital, que consiste en diseñar una nueva interfaz para el usuario sobre los sistemas core existentes. Esta táctica sería suficiente para competir en un mundo que bajo el concepto de “lo digital es primero”, requiere de una interfaz usable, amigable e intuitiva, para un usuario exigente al momento de buscar una experiencia digital.
Otra opción es la transformación hacia un Banco digital-first, esto es, que ofrezca una interfaz digital moderna, amigable y segura, combinada con el clásico negocio de la banca, que es resguardar el dinero de los depositantes y realizar transacciones confiables. En este caso, la prioridad es crear aplicaciones de servicios y fomentar la innovación en la experiencia digital.
Ahora bien, la alternativa más disruptiva es desarrollar un Neobanco, es decir, un banco digital desde cero, una estrategia muy explotada por las fintech. Con este enfoque, el banco no está ligado a sistemas heredados y la plataforma digital es el centro de todo. Esta opción implica realizar importantes inversiones en soluciones de conectividad para garantizar a los clientes seguridad, rendimiento, eficiencia operativa y rentabilidad, además de comprometer disminuciones en los costos, tiempo de inactividad, problemas de usuarios y riesgos de datos.
La tendencia apunta a que los bancos deberían orientar sus esfuerzos a seguir el ritmo de las fintechs. Sin embargo, los datos recopilados por Backbase muestran que al 64% de los bancos les preocupa más el compromiso del cliente, y al 18% los canales de nuevos ingresos. De hecho, menos del 5% de los bancos se dan cuenta del valor de competir con fintechs.
El ejecutivo de Furukawa Electric LatAm, concluyó que “si la banca en general quiere adaptarse a las exigencias de los nuevos consumidores, mejorar la conectividad es esencial, pues así se podrán mejorar los tiempos de respuesta, incrementar la agilidad, incorporar nuevas tecnologías para la protección de datos y mejorar los servicios, para hacerlos más rápidos”.