Por Álvaro Villalón, BDM Payment en CoasinLogicalis.
Más comunes y visibles en comercios y negocios, los terminales POS hoy se encargan de concretar millones de transacciones. Mediante pagos con tarjeta de crédito o débito, con tecnología contactless o chips, estos dispositivos han permitido diversificar y agilizar los medios de pagos digitales.
Y pese a que esta industria ha sido tradicionalmente lenta en la renovación tecnológica, hoy sustenta una revolución importante para las distintas industrias en Chile. Con la escasez de efectivo y poca circulación de monedas, los pagos digitales han permitido que los comercios puedan seguir vendiendo.
Sin embargo, aunque su uso se ha masificado en los últimos años, hay desafíos importantes que tienen que ver con una mayor demanda de servicios digitales que sean capaces de medir y disponibilizar redes que lo soporten: configurar redes, un soporte remoto funcionando y un servicio al cliente operativo.
En ese sentido, existen cinco elementos a considerar en la nueva realidad de los dispositivos POS.
– Disponibilidad: Lejos de ser un problema con solución en el corto plazo, la escasez de semiconductores está afectando a toda la industria tecnológica. Particularmente para los dispositivos POS, el mayor impacto está en la producción y entrega, causando que la disponibilidad esté supeditada a factores externos.
– Seguridad: La construcción de los terminales se basa en infraestructuras seguras y confiables. Por ende, debemos seguir abogando por dispositivos validados que cuenten con las verificaciones correspondientes. Para ello, los aliados tecnológicos son clave.
– Predicción: Uno de los aspectos que ha jugado en contra para los dispositivos POS además de la disponibilidad, es la caída de redes. Se trata, ciertamente, de situaciones puntuales como eventos masivos o épocas festivas, donde el tráfico de redes es mayor. La clave, entonces, es predecir los volúmenes de personas para evitar colapsos en los sistemas y realizar las acciones necesarias para entregar coberturas puntuales en periodos de tiempo muy cortos.
– Continuidad operativa: Con la llegada del 5G se está acelerando la modernización y evolución de las infraestructuras digitales para dar mayor cobertura a la alta demanda que existe. En ese sentido, el buen funcionamiento de estas redes asegura la disponibilidad de los sistemas de pago. Hoy existe mayor conectividad pero los nuevos dispositivos están consumiendo mayor ancho de banda y datos, lo que se traduce en un desafío para otorgar un servicio de redes que no fallen si hay aglomeración de personas.
– Confianza: Muchos ciudadanos aún desconfían de la digitalización, es por ello que hace falta seguir creando mecanismos que otorguen seguridad a las personas. Estos dispositivos son necesarios ya que el efectivo es escaso. En ese sentido, urge comunicar efectivamente cómo están protegidos los sistemas de ahora y transmitirlo a los comercios, a las empresas y público final. Que sepan dónde están los riesgos y dónde tener cuidado.