Conectividad: La clave para que Chile llegue a la Sociedad del Conocimiento

El año pasado, el Presidente Piñera señaló ante toda la industria tecnológica que uno de los pilares de su Gobierno sería ?ser el Presidente que llevó a Chile a la Sociedad del Conocimiento?, revolución que incluía como primer paso aumentar los niveles de conectividad. Por eso, entre las medidas anunciadas se encontraba un subsidio a la demanda de banda ancha que permitiera acceso a Internet a todos los hogares del país. Esta promesa indica que la clave para llevar a Chile a la Sociedad del Conocimiento es la conectividad. La realidad hoy es que en el país el 33,4% de los hogares cuenta con una conexión a Internet. Esto indica que en casi dos tercios de las viviendas chilenas no hay conectividad, cifra que no deja de ser preocupante si pensamos que por cada 100 habitantes, sólo existen 10 líneas de banda ancha.

Publicado el 31 May 2010

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El año pasado, el Presidente Piñera señaló ante toda la industria tecnológica que uno de los pilares de su Gobierno sería “ser el Presidente que llevó a Chile a la Sociedad del Conocimiento”, revolución que incluía como primer paso aumentar los niveles de conectividad. Por eso, entre las medidas anunciadas se encontraba un subsidio a la demanda de banda ancha que permitiera acceso a Internet a todos los hogares del país. Esta promesa indica que la clave para llevar a Chile a la Sociedad del Conocimiento es la conectividad.

La realidad hoy es que en el país el 33,4% de los hogares cuenta con una conexión a Internet. Esto indica que en casi dos tercios de las viviendas chilenas no hay conectividad, cifra que no deja de ser preocupante si pensamos que por cada 100 habitantes, sólo existen 10 líneas de banda ancha.

Con estos números es sencillo entender que gran parte de la población de nuestro país se está quedando fuera, no sólo de las innumerables ventajas que ofrece Internet en materia de trámites, ahorro de costos, acceso a nuevos contenidos y comunicaciones, sino que también está dejando de ser parte de la Sociedad del Conocimiento.

El que sólo un tercio de los hogares de nuestro país tenga banda ancha es, además de insuficiente, un impedimento para seguir avanzando en la creación de un Estado capaz de comunicarse a través de la red con sus ciudadanos, donde pueda ofrecer mayores facilidades para efectuar cientos de transacciones y trámites que hoy se hacen físicamente, generando pérdidas de tiempo y recursos para personas e instituciones. Lo mismo para fomentar iniciativas de educación en línea, en las que alumnos y profesores puedan aprovechar las herramientas tecnológicas para enriquecer el aprendizaje, o para poner en marcha iniciativas como la licencia médica electrónica. Sin conectividad, nada de esto logrará impactar positivamente en la vida de las personas.

Reconstrucción inteligente

Es claro que el terremoto dejó algunas réplicas. Una de ellas es la necesidad de reformular el sistema de telecomunicaciones de emergencia, donde Internet, como fue concebida en sus orígenes, podría ofrecer la seguridad que requieren las comunicaciones ante una catástrofe natural como la de febrero. Ya vimos que la red fue uno de los medios que mejor resistieron el sismo -dentro de lo posible-, y que esto permitió generar comunicaciones inmediatas, por ejemplo, a través de las redes sociales.

La segunda réplica es que la prioridad está hoy en la reconstrucción, lo que podría desplazar tantos proyectos que verían la luz en un futuro cercano. Sin embargo, este proceso abre las puertas para mejorar la infraestructura existente y dotar de tecnología a escuelas, hospitales e instituciones que podrían utilizar estas nuevas herramientas en beneficio de los ciudadanos, lo que hemos llamado “reconstrucción inteligente” y que abre una oportunidad para incorporar a más personas a la Sociedad del Conocimiento. Y por supuesto, en esto la conectividad sigue siendo la clave.

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Redacción

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