5G: Los alcances de la nueva generación en redes

5G es una nueva generación de servicios móviles diseñada para la industria, pero que claramente también trae grandes beneficios a las personas. ¿Cuáles son sus ventajas y retos?

Publicado el 31 Ago 2020

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El 5g permite tener redes con más flexibilidad para soportar diferentes aplicaciones; su diseño está pensado en mejorar la eficiencia de la industria, posibilitando el uso de aplicaciones que ayudarán a elevar la producción, mediante servicios que con las actuales redes de generación no es posible.

La reducción de la latencia -tiempo de conexión de un servicio a la red y su respuesta- en 5G, llega hasta 10 veces v/s 4G, siendo una de sus características principales. Así, su velocidad será entre 100 a 1.000 veces mayor a la actual, en función de la disponibilidad de espectro.

Pruebas evidencian 25 Gbps de througthput v/s las redes actuales que consiguen velocidades de 1 Giga en LTE, y apilando varios bloques de frecuencia. La velocidad y la baja latencia permitirán que más usuarios se conecten y disfruten de servicios de redes sociales o streaming de video con mejor calidad, pero esto no solo implica descargar archivos más rápido, escuchar música o ver videos sin retardos, sino que también impacta en el área industrial, porque aplicaciones de riesgo como autos o camiones autónomos en las minas, necesitan un retardo muy bajo para evitar accidentes. En sectores de comercio, por ejemplo, impactará en el desarrollo de automóviles conectados (taxis sin chofer, etc.), transporte de pasajeros (coordinación de flotas en tiempo real) y trenes (sin conductor), entre otros.

Otra de las capacidades de 5G son las conexiones simultáneas de dispositivos, dado su mayor ancho de banda, imprescindibles para dar servicio a la gran demanda de datos y objetos que serán conectados a las redes (IoT y smart city).

El avance en Chile

Los países deben preparar la implementación de mejoras tecnológicas para la llegada de 5G, que en Chile ya se han estado estudiando y que hoy se vuelven importantes por el anuncio oficial de llamado a concurso para 5G (consulta pública) que el 17 de agosto sentó las bases de licitación. Las propuestas se recibirán hasta fin de año y la adjudicación será presentada a mediados de 2021.

Chile tiene las bases para poder implementar 5G, sin embargo, hay varios factores por definir, como el espectro para la transmisión. El Gobierno ya está realizando el plan de licitaciones para ofrecer la posibilidad de tener espectro de 5G para todos los proveedores de servicio telefónico interesados. Por otro lado, y de forma gradual, todas las bandas de espectro que se usan para 2G, 3G y 4G evolucionarán a 5G para tener más espectro, capacidad y velocidad. Las bandas de 5G deberán situarse de 28 GHz hacia arriba, bandas más altas también llamadas milimétricas. Esto implica una nueva inversión en antenas.

En este punto el Gobierno juega un papel clave: apoyar a los proveedores de servicio de telefonía para poder dar acceso a más sitios: y no hablamos de sitios más grandes donde implementar estos dispositivos, sino, como ejemplo, postes de luz, semáforos, árboles, etc.

Las bandas altas, debido a sus características, proveen menos cobertura, por lo que se hace necesario tener más antenas y más celdas entre sí, que den una conectividad óptima, asegurando el tráfico de datos. Son dispositivos de baja potencia, por lo que la radiación que producen no causará daños a la salud de las personas en zonas cercanas a las antenas.

Este año, EEUU y Corea comenzarán a adoptar 5G, con servicios para Internet fija e inalámbrica y sistemas de movilidad. El próximo año será Suiza, Italia y Reino Unido, entre otros; y gradualmente el resto de los mercados.

Las pruebas de la tecnología ya se están realizando en diferentes países con soluciones de interior (indoor) para cubrir centros comerciales y para aplicaciones de monitoreo en fábricas, pensando en la optimización de la productividad, Internet fija e inalámbrica, smart city, etc.

Latinoamérica comenzará con despliegues de 5G a partir de 2021. Ya hay países con espectro disponible y solo falta identificar las aplicaciones y servicios que se quieren ofrecer con los operadores de telefonía e Internet. Este es el caso de Uruguay; Chile y otros países también “lo tenían” con la banda 3,5 GHz, porque fue una evolución de WiMax, tecnología que ya no se usa. De este modo, podrían comenzar el despliegue si así quieren.

Renovar dispositivos y diferenciar servicios

La tecnología 5G no es soportada por los dispositivos actuales; si se quiere tener servicios 5G se deben cambiar los teléfonos móviles. Esto implica una avalancha de ofertas en un futuro cercano de modelos nuevos y actualizaciones de celulares. Cambiará desde el modelo del smartphone, su antena de transmisión y recepción, hasta el chipset, que se adecuará a las necesidades de los dispositivos orientados a conectar las cosas.

Dentro del hogar no todo cambiará, pues las empresas ya están pensando en soluciones que complementarán estos servicios, por ejemplo, la televisión, los refrigeradores, u otros dispositivos que puedan trasmitir datos, que gracias a adaptadores integrados podrán participar de las redes 5G. Esto, sin duda, impulsará los ambientes domóticos para distintas funciones, como ahorro energético con el encendido y apagado de luces programado, o alertas sobre lo que está por vencer en un refrigerador o si hay que hacer una nueva compra, etc.

El despliegue de 5G no solo afectará a la industria telco, sino que a todo el mercado de línea blanca también. Los electrodomésticos vendrán con más sensores que proveerán mayor información al usuario y en tiempo real.

Si bien las redes de 2G estaban pensadas en servicios de telefonía y la evolución a 3G incorporó la trasferencia de datos, 4G fue la primera red full IP. Esto ha permitido que los operadores OTT (Over de Top) como Netflix, HBO, Amazon, Apple, WhatsApp y Facebook, desarrollen plataformas de contenidos. 5G llega entonces a optimizar el uso de las redes full IP, entregando mayor capacidad de datos y velocidad, y mejores características de rendimiento de trasmisión, que permiten que no solo el usuario vea el beneficio personal, sino también a nivel de las organizaciones, cuando se comiencen a conectar objetos. Por ejemplo, sistemas de cámaras de seguridad o de tránsito. El alcance es enorme. Solo pensar en la cantidad de semáforos que existen en Chile, implica un tráfico de datos de miles de dispositivos, que no podrían ser manejados con el actual 4G.

Para los operadores, el despliegue de 5G permitirá diferenciar mejor los tipos de servicios que se entregan. Hay conexiones de objetos que serán clasificadas como críticas y otras masivas. Una conexión crítica, por ejemplo, sería telemedicina o un automóvil conectado. Una conexión masiva, en tanto, sería la medición del agua, que una vez al mes entregará los datos de consumo. Por lo tanto, el operador podrá diferenciar entre las características de la conexión (capacidad de datos, velocidad y latencia), según el servicio ofrecido, para optimizar sus medios de trasmisión, dando prioridad a los servicios más críticos.

Pero no todo es 5G. Es importante mencionar que las soluciones de despliegue 5G son locales y alcanzan coberturas cortas, por lo que tecnologías de fibra óptica no serán reemplazadas por 5G.

Las ciudades no tendrán problemas de cobertura, pero las zonas más despobladas, diseñarán soluciones híbridas para mantener una conexión transparente al usuario. Y para llegar a los rincones alejados de Chile se usarán las redes de fibra óptica existentes, y en lugares donde no llegue esta, enlaces de radiofrecuencia.

El reto de la seguridad

El despliegue de 5G ayudará, sin duda, a automatizar muchos servicios, fomentar la domótica, elevar la productividad de las empresas y, por qué no decirlo, de las personas. Pero no debemos soslayar el tema de la alta producción y trasferencia de datos. Si bien estos nos permiten realizar análisis de lo que está sucediendo, y nos ayudan en la toma de decisiones mediante herramientas de Inteligencia Artificial y Big Data, muchos son de carácter sensible. Esto nos lleva inexorablemente al tema de la seguridad. No solo hay que pensar en la incorporación de Sistemas de Gestión de Seguridad de la Información, que mediante marcos, como las normas ISO/IEC 2700:2013, nos ayudarán a tener un mejor control del flujo de la información, sino que también en el marco regulador que regirá para los distintos servicios que den los operadores. Este es un gran reto, pues la regulación chilena (Ley N°21.096) solo puede ser ejercida en territorio nacional. Sin duda, cuando los casos de protección de datos sobrepasen este, se generarán conflictos para determinar la jurisdicción. Pero se ve una luz a lo largo del camino con el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea en el caso de Google, que abre nuevas posibilidades en este ámbito.

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Redacción

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