Actualmente la incertidumbre es una palabra que está marcando todos los aspectos de nuestras vidas y las operaciones de las empresas no son la excepción. Entre los factores que generan esta incertidumbre entre las organizaciones se encuentran tanto variaciones del mercado como cambios en el clima o potenciales eventos catastróficos, como terremotos o inundaciones.
Las empresas desarrollan hoy pronósticos para enfrentar este escenario, pero no siempre se cumplen. En este contexto, la Inteligencia Artificial es una gran oportunidad. Esta tecnología permite hoy a las organizaciones ponerse en una diversidad de potenciales escenarios que podrían afectar su proceso de toma de decisiones. La inteligencia artificial nos permite ir aprendiendo de esos escenarios.
Para enfrentar la incertidumbre, hay un proceso que se debe seguir. Primero, se establece una decisión que se quiere tomar, luego la evaluamos en los diferentes escenarios y los sistemas inteligentes van aprendiendo de su experiencia. Esto permite que vayan mejorando cada vez más las soluciones que entregan y comienza a hacerlo de forma automática.
Comenzar el viaje de la IA
En un inicio, es fundamental recolectar datos y luego analizarlos, para sacar promedios, determinar qué tan variables son, etc. Sin embargo, para sacar real provecho de la data es necesario a continuación usar toda esta gama de datos para tomar buenas decisiones. En este momento ya podemos decir que contamos con un sistema inteligente, que está razonando.
Este sistema se puede usar para problemas estándares de las empresas. Un ejemplo es la programación del transporte público, en la que hay una gran cantidad de incertidumbres: tráfico, accidentes, etc. En general, las empresas tienen data de los tiempos, pero no en el análisis de potenciales escenarios de incertidumbre. A través de la inteligencia artificial, podemos analizar diversos escenarios potenciales y definir cuál es la mejor decisión para enfrentar un potencial problema, al menor costo.
En una primera parte, las respuestas pueden contar con un alto porcentaje de error. En una etapa de optimización, el sistema ya ha aprendido de esos errores y entrega las mejores soluciones a una problemática específica. La inteligencia artificial generativa va incluso más allá. Luego de un primer entrenamiento, no es necesario volver a entrenarla y encontrará rápidamente soluciones. Por ejemplo, en este caso del transporte público, podría entregar una solución sin nuevo entrenamiento para otra ciudad.
Las empresas y el sistema público en Chile han avanzado en esta temática, pero aún hay mucho por hacer. Por ejemplo, hoy la inteligencia artificial es una gran oportunidad para mejorar la operación de los pabellones, una solución muy importante para mejorar nuestro sistema público de salud.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos sistemas serán más o menos eficientes, dependiendo de la calidad de los datos y los escenarios potenciales que les entreguemos. Ante esto, el trabajo colaborativo entre la tecnología y el talento humano es fundamental. Los expertos debemos tener siempre una visión muy crítica respecto de las soluciones que nos entrega la inteligencia artificial, para encontrar decisiones asertivas.
Por lo tanto, como país no solo tenemos el gran desafío/oportunidad de avanzar en la adopción de la inteligencia artificial para tomar mejores decisiones, sino también en preparar a las personas para trabajar en conjunto con las nuevas tecnologías. Solo de esa forma las empresas podrán tomar decisiones más informadas y eficientes.
