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Enfrentando los fraudes financieros con herramientas de IA



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El uso de soluciones de inteligencia artificial puede ayudar a la detección y prevención de estafas cibernéticas en Latinoamérica, donde los fraudes financieros alcanzarían en cada país los US$ 400 millones para 2025.

Publicado el 26 jul 2024



Fraudes financieros

Ante la creciente digitalización financiera, la inteligencia artificial (IA) aparece como una herramienta vital en la lucha contra los fraudes financieros, que a menudo se originan en lugares con menores regulaciones y controles cibernéticos.

Los estudios posicionan a Brasil como líder en fraudes cibernéticos en la región, seguido por México y Argentina. En Chile, en tanto, este delito se replica mediante técnicas como el phishing, que ha aumentado considerablemente en los últimos años, afectando tanto a individuos como a empresas.

Según indica Rodrigo Montes, Manager de Gestión TI de Ceptinel, empresa chilena con presencia en Chile, Perú, Colombia, México y Panamá, “en 2025, los fraudes financieros alcanzarán cerca de US$ 400 millones en cada país de Latinoamérica”.

Las herramientas de inteligencia artificial permiten detectar fraudes basándose en el análisis de grandes volúmenes de datos para identificar patrones y anomalías que podrían indicar actividades fraudulentas. Utilizan algoritmos de aprendizaje automático y redes neuronales para aprender y mejorar continuamente en el descubrimiento de comportamientos sospechosos.

“Funcionan monitoreando transacciones en tiempo real, analizando históricos de datos, y comparando con modelos predefinidos para detectar desviaciones que puedan ser indicativas de fraude”, explica Montes.

La ética en el uso de IA para prevenir fraudes cibernéticos

El uso de IA en la prevención de fraudes también plantea desafíos éticos, como la protección de la privacidad de los datos y la mitigación de sesgos algorítmicos. Asegurar la transparencia, la rendición de cuentas y mantener la supervisión humana para equilibrar eficiencia y ética en la detección de fraudes es crucial, indica el especialista.

Las cifras al alza de fraudes financieros, y el costo asociado a ellos, pueden reducirse mediante la implementación de modelos avanzados de machine learning y monitoreo en tiempo real.

“Con un enfoque centrado en la inteligencia artificial, es necesario no solo detectar patrones y comportamientos anómalos, sino también ofrecer soluciones que permiten respuestas inmediatas y eficaces ante cualquier actividad sospechosa. Solo esta metodología logrará blindar a las compañías para mantener la integridad de sus operaciones financieras mientras cumplen con las normativas regulatorias pertinentes”, explica Montes.

Montes advierte que el costo de no implementar estas tecnologías puede ser aún mayor debido a las pérdidas potenciales por fraudes. Aquellas Pymes que no invierten en ellas pueden quedar más expuestas a los fraudes por su menor capacidad de detección y prevención.

“La Ley de IA en Chile fortalece aspectos como la protección de datos personales, la transparencia en el uso de algoritmos, y la responsabilidad de las empresas en la implementación de medidas de seguridad cibernética. También podría establecer estándares para la identificación y prevención de fraudes, así como la colaboración entre entidades gubernamentales y privadas para combatir delitos económicos en la red”, señala el Manager de Gestión TI de Ceptinel en cuanto a la normativa.

Postergar la adopción de estas tecnologías supone un riesgo para la reputación de las marcas, dice el experto. “La detección de fraudes puede afectar negativamente la confianza de los clientes en la marca, un indicador que deriva de la percepción de inseguridad de los clientes, resultando en la pérdida de confianza y lealtad, atributos muy difíciles de recuperar en un ambiente altamente digitalizado. A mi parecer, las compañías deben implementar medidas de seguridad robustas tras una vulneración de este tipo, comunicar transparentemente el plan de acción a sus clientes y a sus competidores, ofrecer compensaciones y mejoras en la experiencia del cliente, y esforzarse en restaurar la confianza mediante medidas paliativas de seguridad e integridad”, concluye.

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