El desempleo entre los jóvenes en Chile sigue siendo un desafío profundo, que afecta principalmente a los que tienen menos de 25 años. En el periodo de mayo a julio de 2024, la cifra de desempleo juvenil se situó en un 21,4%, más del doble que la tasa total nacional, que es de 8,7%. Las barreras para acceder al trabajo, la concentración de empleo en Santiago y la discrepancia entre la educación recibida y las necesidades del mercado son elementos que agravan aún más esta problemática.
Se suma a esto el reto de la educación superior en la época digital. De acuerdo con un estudio global de la UNESCO, realizado en más de 450 instituciones educativas, se mostró que menos del 10% ha desarrollado políticas institucionales e indicaciones formales sobre el uso de aplicaciones de inteligencia artificial generativa. En este escenario, es importante destacar que la IA no solo puede revolucionar la educación, sino que también puede jugar un papel crucial en disminuir el desempleo juvenil, al ofrecer recursos que mejoran la formación profesional y elevan la empleabilidad de los graduados, ayudándoles a sobresalir en sus respectivos campos.
La implementación de inteligencia artificial en la educación universitaria tiene el potencial de transformar completamente la forma en que los alumnos adquieren conocimientos y se equipan para el entorno laboral. Desde adaptar la enseñanza a las necesidades individuales hasta mejorar la gestión de recursos humanos, la IA está reconfigurando las características de las profesiones del futuro.
“Impulsamos a nuestros estudiantes, independientemente de su disciplina, a que adquieran un conocimiento profundo en inteligencia artificial, integrándola en su formación para potenciar perfiles completos y de élite. Lo hacemos incorporándola de manera transversal en los planes de estudio, combinando teoría y práctica aplicada”, precisa al respecto Rubén Nicolás, director de la Escuela de Ingeniería y Ciencia y Tecnología de UNIE Universidad.
Esta perspectiva aborda la exigencia de proporcionar a los jóvenes recursos digitales sofisticados, que no solamente faciliten su acceso al empleo, sino que también les ofrezcan la oportunidad de iniciar y llevar a cabo iniciativas innovadoras. “No se trata solo de desarrollar tecnología, sino de formar líderes capaces de gestionar proyectos de IA de forma ética y sostenible”, recalca Nicolás.
Junto con integrar la IA en los planes académicos, las casas de estudios están empleando metodologías experienciales para cerrar la brecha entre la educación y el mercado laboral. “Desde UNIE Universidad se han desarrollado estrategias como masterclasses, networking con empresas líderes y el asesoramiento personalizado a estudiantes. Organizamos encuentros con compañías de distintos sectores para que nuestros alumnos comprendan de primera mano las habilidades que demanda el mundo laboral y puedan desarrollar un perfil competitivo”, señala el académico.
El Estado ha hecho progresos en proyectos como “Chile Digital 2035”, que tiene como objetivo reforzar el entorno digital del país, fomentando el desarrollo de competencias tecnológicas en la educación universitaria. No obstante, para que la inteligencia artificial se transforme en un verdadero apoyo en la lucha contra el desempleo juvenil, es crucial que las instituciones académicas y el mundo laboral colaboren estrechamente para asegurar una educación que responda a las demandas del mercado.
“UNIE Universidad, ofrece una oferta educativa oficial, de grados, dobles grados, másteres y doctorado, que conectan con el contexto social y económico contemporáneo. Y lo hace desde las áreas de conocimiento con más salidas laborales centrándose en lo que cada disciplina demanda. Conscientes de que, cómo en cualquier entorno profesional, se necesitan las personas, las herramientas y el contexto para respaldar el desarrollo de los individuos”, concluye el director de la Escuela de Ingeniería y Ciencia y Tecnología de UNIE Universidad.