Hoy, en nuestro país, los delitos que se cometen con mayor frecuencia son los hurtos (31,3%), seguido de los robos con violencia e intimidación (13,4%) y las lesiones leves (10,8%). De hecho, esta proporción es similar a la del año 2017, según la Subsecretaría de Prevención del Delito (CEAD), en base a datos oficiales de Carabineros y la PDI.
En esta era de constante expansión de la tecnología de datos de vigilancia, el aprendizaje profundo se convierte en la base del sector de seguridad, lo que permite que esta tecnología invisible sea más visible para los usuarios y luego aprovechando esa inteligencia, se puedan tomar las mejores decisiones para resguardar la seguridad.
Reconocimiento facial, filtro de falsa alarma, conteo de personas (ayuda a definir sectores con mayor tránsito de peatones y permite implementar planes de descongestión), datos estructurados de vehículos (detecta autos con encargo por robo) y búsqueda de cuerpo humano, son algunas de las características claves que obtendrían las autoridades al implementar tecnología Deep Learning para mejorar la seguridad de los ciudadanos en Chile.
“Este tipo de tecnología no supervisada, permite que los algoritmos sean capaces de aprender sin la intervención humana, extrayendo ellos mismos las conclusiones de los datos, lo que, sin duda, es un auténtico avance, ya que demuestra que la tecnología está avanzando para acercarse cada vez más a la percepción humana”, explica Samuel Ramírez, Business Development Director de Hikvision Chile.
Las autoridades municipales de todo el mundo se enfrentan a algunas preocupaciones como la protección efectiva de los ciudadanos, sus propiedades y áreas públicas. Frente a esto, surgen proyectos, como “Ciudad Segura” de Hikvision, que con el uso de nuevas tecnologías son capaces de identificar a personas específicas y analizar comportamientos humanos y de los vehículos, localizar a un prófugo en libertad, encontrar personas perdidas, prevenir delitos potenciales y detectar infracciones en estacionamientos, entre otros.
Aterrizado a Chile, este tipo de solución fue implementada en el municipio de El Tabo para contribuir a la seguridad de sus habitantes y turistas con cámaras de Hikvision de videovigilancia urbana. Estos dispositivos fueron posicionados estratégicamente para facilitar la cobertura y monitoreo en los cruces peligrosos de las calles y los puntos de acceso al litoral, pero sobre todo asegurando la zona costera y sus playas, puntos de reunión de gran cantidad de personas donde las cámaras debe servir como herramientas para la detección de robos y hurtos.
Al respecto, y en una entrevista concedida al portal FayerWayer en diciembre de 2018, Nathalie Alvarado, coordinadora de seguridad ciudadana del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), explicó que “el Big Data o la cuarta revolución de tecnología y conocimiento nos permiten acceder a una cantidad de datos que no teníamos antes, ahora en esa cantidad de datos, lo importante es cómo los usamos para entender y para tener mejores diagnósticos, datos mucho más finos con respecto a qué ocurre en el territorio en niveles de violencia”.
Además, en relación a nuestro país, la experta indicó que “esto se debe traspasar a Carabineros, la Policía de Investigaciones, así como a la Justicia y el sistema penitenciario, ya que la acumulación y el procesamiento adecuado de datos darían una buena visión, para poder hacer análisis mucho más sofisticados para atender el crimen, tanto como prevenirlo”.
Actualmente el uso de tecnología enfocada en seguridad ciudadana es una tendencia cada vez más creciente en las grandes urbes a nivel global. En ciudades como Nueva York y Miami, la policía ya está incorporando Big Data y sus capacidades de análisis y cruces de datos no sólo para evitar delitos, sino para anticiparlos, ya que según Naciones Unidas para el 2050 el 75 % de la población mundial vivirá en zonas urbanas.
