Son jóvenes, en su mayoría hombres que por sus edades podrían denominarse generación sub 30, tienen estudios universitarios, afición por el riesgo, no creen en las barreras geográficas ni temen al fracaso, y son usuarios asiduos de las redes sociales. Se les puede ver habitualmente en las estaciones de metro con Wi-Fi, en reuniones en Starbucks, y en cuanto evento de emprendimiento se realice. Su principal denominador común: la pasión por emprender. Son los nuevos emprendedores TI que se han lanzando a la “aventura” y han decidido comenzar una start up, un nuevo negocio de alto riesgo pero con grandes posibilidades de crecimiento y con eje en la innovación. A continuación, revelamos el perfil de estos emprendedores y su ecosistema.
De acuerdo al Global Entrepreneurship Monitor (GEM 2012) la actividad emprendedora en etapas iniciales en Chile creció de un 17% en 2010 a un 24% en 2011, lo que refleja que este espíritu va penetrando la realidad nacional. Asimismo, nuestro país destaca entre las naciones de la OCDE por el alto porcentaje de emprendedores que considera estar involucrado en nuevos mercados con productos o servicios novedosos, dejando a Chile como un país que incorpora rápidamente la innovación. Por lo mismo, hoy es posible ver en el mercado local cómo han aflorado múltiples start up, emprendimientos que se caracterizan por su alto riesgo, grandes posibilidades de crecimiento y alto foco en la innovación. Una tendencia que sigue la línea mundial, donde según datos de Google cada hora se crean 16 nuevas empresas relacionadas con el mercado de Internet.
Como explica Guillermo Arribas, Fundador de Certalia.com -participante en el programa Start-Up Chile y actualmente líder del grupo de finanzas de éste- “una start up surge de la identificación de una necesidad por parte del equipo emprendedor, un deseo de construir algo y asumir el riesgo asociado”. Además, éstas difieren de una empresa ya formada por su tamaño, flexibilidad, tiempo en el mercado e inestabilidad, entre otros.
El perfil de los emprendedores
Pero, ¿quiénes son los más proclives a asumir ese riesgo? ¿Cuál es el perfil de los emprendedores TI? ¿Hay factores comunes de éxito? El GEM 2012 da luces sobre esto (ver recuadro en páginas siguientes), y en el caso específico de los emprendedores TI -según los actores del área- se suman también varias características particulares y comunes: en su mayoría son hombres (casi un 80%) de la generación sub 30, aunque el rango a veces es más amplio y fluctúa entre los 25 y 40 años, con estudios universitarios generalmente del ámbito tecnológico, afición por el riesgo y usuarios habituales de las redes sociales. Su principal denominador común: la pasión por emprender.
Guillermo Arribas, CERTALIA.COM. Juan Carlos Martínez, MOVISTAR. Carlos Contreras, ACID LABS. Jaime Arnaiz,
3IE, USM. Manuel Pino,
GECHS. Jaime Soto,
ACTI.
Pese a estos atributos que los une, el perfil de los emprendedores TI, a juicio de Juan Carlos Martínez, Gerente de Innovación y Emprendimiento de Movistar, es bastante amplio. “Cuando uno piensa en ellos generalmente surge la imagen de Mark Zuckerberg, es decir, veinteañeros que dejan la universidad para emprender exitosamente con una red social o aplicación móvil. Sin embargo, generalmente los exitosos tienen alrededor de 40 años y trabajaron en una empresa del rubro, donde descubrieron la oportunidad de negocio en la cual finalmente emprenden”, señala el ejecutivo. Y el éxito, en este caso, respondería a que se trata de personas con una amplia experiencia laboral combinada con algo de capital y las redes de contacto necesarias para triunfar en este rubro de alta competencia.
Para Carlos Contreras, Gerente General de Acid Labs -empresa de que ha organizado varios Start Up Weekend- en este mundo hay de todo: desde los “geek” (fanáticos de las últimas tecnologías), que tienen como principal activo su conocimiento de TI, hasta personas que no son expertas, pero sí tienen las habilidades comerciales y se rodean de gente con conocimientos técnicos.
“Sin embargo, para lograr el éxito se requiere de mucho más que conocimiento y habilidades. Lo principal es tener la inquietud de querer hacer algo nuevo y tener una altísima tolerancia al fracaso, ser persistente y estar en constante movimiento”, agrega el ejecutivo.
Adiós a los paradigmas
Llegar a ser exitoso en este rubro implica, además de una buena idea, un gran esfuerzo. En general, los emprendedores de TI destinan mucho tiempo y trabajo a sacar adelante su proyecto. Los especialistas recalcan que generar una start up que termine siendo comprada por una empresa grande no es cosa de meses, requiere en muchos casos de años. Además, este tipo de emprendimiento carece de una estructura jerárquica organizacional, es decir, cada uno es su propio jefe y es común el trabajo en equipos multidisciplinarios y las alianzas.
“Estos emprendedores rompen varios paradigmas de los empresarios tradicionales de nuestro país: sus relaciones son transversales y evitan restringirse a un solo círculo de acción”, precisa Jaime Arnaiz, Gerente General del Instituto Nacional para la Innovación Empresarial (3IE) de la Universidad Técnica Federico Santa María. Así explica que ellos están acostumbrados al trabajo colaborativo y global, lo que elimina las fronteras geográficas.
Sería difícil, además, concebir hoy a un emprendedor que no aproveche las redes sociales. Para ellos, estas plataformas son herramientas de trabajo y networking: espacios de acción con millones de potenciales negocios. No obstante, también hay varios mitos en torno a este tema, pues si bien las redes sociales facilitan el proceso de marketing y difusión de una start up, ya que éstas no cuentan con grandes presupuestos para campañas de publicidad tradicionales, “sólo con eso no basta”, indica el ejecutivo de Movistar y añade que “las start up cuyas campañas de publicidad han tenido mayor éxito, siempre han combinado promociones virales creativas con redes sociales”. Por ejemplo, Needish con “Helperman” recorriendo la ciudad ayudando a las personas. Por eso, afirman los especialistas, viralizar es la clave y los emprendedores que comprenden el potencial de las redes, tienen una ventaja competitiva importante sobre el resto.
Por otra parte, a diferencia quizás de otros emprendimientos, las start up TI tienen más fácilmente una proyección internacional. Exportar un producto tecnológico está sólo a un click de distancia, explica el representante de Movistar, lo que en otros rubros es imposible. Para eso, es esencial tener desde el inicio una mirada global y plantearse así en el mercado.
¿Cómo financiarse?
Calificado por una publicación estadounidense como el “Silicon Valley de América del Sur”, nuestro país posee, sin dejar de lado los muchos desafíos pendientes, un interesante ecosistema para las start up. Este se encuentra conformado por la red de apoyo estatal encabezada por el programa Start-Up Chile (SUP), iniciativa que ha sido elogiada a nivel mundial y replicada en otras latitudes y que busca atraer a emprendedores en fase temprana y de alto potencial a que desarrollen start up usando al país como plataforma para acceder a una comunidad global (Ver recuadro en página siguiente).
Para el ejecutivo de Movistar “sin duda Corfo ha jugado un rol muy importante en Chile al fomentar el emprendimiento y la innovación. Iniciativas como SUP están logrando que cada vez más jóvenes se atrevan a emprender en negocios poco tradicionales, como las aplicaciones móviles, el cloud computing y la realidad aumentada”.
De hecho, en términos comparativos, según GEM 2012, Chile destaca respecto al resto de países de la OCDE en su evaluación en el desarrollo a nivel general de políticas públicas de impulso al emprendimiento, sólo después de Suiza y Finlandia.
Start-Up Chile
Start-Up Chile (SUP) es un programa creado por el Gobierno de Chile, ejecutado por Corfo vía InnovaChile, que busca atraer emprendedores de alto potencial cuyas start ups están en etapas tempranas para que utilicen al país como plataforma para salir al mundo. Su meta final: convertir a Chile en el polo de innovación y emprendimiento de América Latina. El programa otorga un capital de US$40 mil y una visa de trabajo por un año para que los participantes de las start up seleccionadas desarrollen sus proyectos durante seis meses en el país. Además, facilita el acceso a redes de capital y redes sociales. Desde la apertura del programa en 2010, ya son más de 300 emprendedores beneficiados por el programa, representando a más de 35 países.
Las incubadoras de negocios y universidades son parte también de este ecosistema, “así como el apoyo de externos, como son los capitales de inversión privados, inversionistas ángeles y otros arriesgados que a cambio de un porcentaje de la compañía entregan fondos para su desarrollo, así como redes de contacto”, detalla el ejecutivo de Acid Labs. Además los inversionistas suelen involucrarse y poner a disposición de los emprendedores su modo de potenciar el negocio. En este sentido, “las dos redes más activas son Chile Business Angels (www.chileglobalangels.cl) y Angeles Dictuc (www.dictuc.cl/angeles)”, comenta el fundador de Certalia.com. También existe el método “bootstrap”, que implica auto levantar un emprendimiento con capital propio y mucho trabajo.
Sebastián Piñera anunció que éste sería el año del emprendimiento, y en los últimos meses se han observado varios cambios que podrían facilitar este camino, como la agenda de impulso competitivo, las modificaciones en la Ley de Quiebras y la aprobación del proyecto que modifica la Ley de I+D, avances hacia un ecosistema más amigable con el emprendimiento y la innovación. Otros datos relevantes en esta misma línea son el anuncio de la Gerencia de Emprendimiento en Corfo y el salto que durante 2011 dio Chile desde el puesto 62 del mundo (2010) al 27 en el ranking global Doing Business, que compara a más de 60 países respecto a qué tan fácil es realizar los trámites para comenzar un negocio. Sin embargo, no hay que engañarse, aseguran los actores del área, pues se trata de un ecosistema aún inmaduro. “Falta desarrollar fuertemente el componente de acceso a capital de riesgo y bancarización para las start up. Nuestra banca aún no alcanza niveles de sofisticación que permitan generar productos atractivos para este tipo de emprendedores y, si bien hay muchísimo capital disponible, los inversionistas de riesgo no lo están para invertir en etapas tempranas y en start up sin modelo de negocios claro y proyecciones que disminuyan considerablemente el riesgo”, explica el ejecutivo de 3IE, de la USM.
Escurridizo capital de riesgo
La ausencia de capital en etapas tempranas para escalar los proyectos es, a juicio de los actores del área, una de las principales falencias que deben enfrentar los emprendedores en su camino. Es cierto, existe financiamiento público y cada vez los emprendimientos TI obtienen mayor acceso a capital de riesgo, pero aún en muchos casos es difícil acceder “a capital en el rango de los US$250 mil a US$1 millón. A partir de esta última cifra se pueden encontrar VCs (Venture Capitalists) dispuestos a invertir, pero en estas etapas el riesgo ya se ha reducido bastante”, explica el ejecutivo de Certalia.com, start up que ofrece un programa de evaluación de competencias desplegado en la nube y que recibió financiamiento del SUP.
Si bien en países como Inglaterra o EEUU, las pérdidas derivadas de la inversión en start up pueden usarse para aminorar los impuestos a pagar, en Chile no hay políticas fiscales similares. Para Jaime Arnaiz, pese a que se han impulsado cambios significativos en los instrumentos, todavía “hay que disminuir la brecha entre los emprendedores y los inversionistas, acercando posiciones y generando nuevas estrategias de negociación que potencien el ecosistema”.
“Hoy Chile está en un buen momento económico y hay inversionistas de países desarrollados con alta capacidad de inversión, que están buscando nuevos destinos para inyectar recursos en negocios que generen mayor rentabilidad para ambos”, enfatiza Manuel Pino, Director de la Gechs, y agrega que junto con traer a emprendedores de otras latitudes para mejorar el ecosistema se debe presionar y traer inversionistas también. “Así como existe Start-Up Chile debemos crear el ‘VCs Chile’ (como concepto) e ir generando un entorno inversor eficiente”, añade. El desafío es cómo incentivar a potenciales inversionistas a que arriesguen en las primeras etapas y no precisamente de commodities o proyectos convencionales, de manera que inyecten capital en start up que quizás liderarán mercados en la próxima década.
Para Jaime Soto, Presidente de ACTI, “es necesario un mayor protagonismo del sector privado, por ejemplo en los capitales semilla”, y para eso propone la creación de un programa de atracción de fondos de seed capital Asimismo, el ejecutivo apunta que “se necesita apoyo tributario para la inversión ángel, de la misma forma como existe para los fondos de capital de riesgo” y añade que, tal como SUP, debiera crearse “un programa de atracción de fondos de capital de riesgo para start up en el país, a fin de que se genere cultura de capital de riesgo en Chile y se transfiera ese know how a los fondos nacionales”. También, complementa el ejecutivo de 3IE, se podrían crear redes de inversión asociadas a sectores, territorios o instituciones.
Aunque para varios resulta muy ambicioso denominarnos el “Silicon Valley de América del Sur”, principalmente porque aún estamos a kilómetros de distancia de llegar a ser como el epicentro de innovación mundial que da origen a ese nombre, para Jaime Arnaiz “Chile tiene las condiciones desde el punto de vista tecnológico, de capital humano, macroeconómico y de infraestructura para convertirse en un caso emblemático de cultura start up”. Sin embargo debe trabajar sistemáticamente aquéllas más deficitarias como el acceso a capital de riesgo, la vinculación universidad-empresa, el entorno cultural, los cambios en la educación primaria y superior, y la generación de redes internacionales efectivas.
Y la apuesta, destaca Manuel Pino, debería disparar a las industrias emblemáticas de clase mundial que existen en Chile y que requieren innovación en tecnología, como la minería de cobre y salmonicultura. “Son una gran oportunidad, por esto es imprescindible innovar y potenciar en estas áreas aquellas nuevas fórmulas de negocios tanto en tecnología como innovación”, enfatiza. Algo así como generar clústers en que las start up TI pueden realizar un aporte significativo al desarrollo del país, innovando precisamente en ámbitos donde estas industrias tienen carencias.
¿COMO ES EL EMPRENDEDOR CHILENO?
LAS 10 CARACTERISTICAS DEL EMPRENDEDOR EN CHILE
• GENERO
El 55,6% de los emprendedores iniciales es hombre y el 44,4% restante es mujer. Mientras que de los emprendedores establecidos el 66,7% es hombre y el 33,3% es mujer.
• EDAD
La edad promedio de los emprendedores en etapas iniciales es de 37 años, mientras que la edad promedio de los establecidos es de 46 años.
• ESCOLARIDAD
El 62% de los emprendedores iniciales y el 59% de los establecidos tienen niveles educativos más allá de la educación obligatoria.
• MOTIVACION
El 55,6% de los emprendedores iniciales manifestó que su motivación para emprender fue una oportunidad de negocio y el 33,2% lo hizo por necesidad.
• SECTOR ECONOMICO
El 60,3% de los emprendedores iniciales y el 49,3% de los establecidos se encuentran insertos en el sector de servicio al consumidor.
• DEDICACION
El 40,6% de los emprendedores iniciales y el 69% de los establecidos se declaran autoempleados.
• CREACION DE EMPLEO
El 48,8% de los emprendedores iniciales y el 50,9% de los establecidos esperan contratar de 1 a 5 trabajadores en los próximos 5 años.
• TECNOLOGIA
El 56,3% de los emprendedores iniciales y el 78,4% de los establecidos no utilizan nuevas tecnologías en sus productos.
• INNOVACION
Prácticamente el 50% de los emprendedores iniciales considera que sus productos y servicios son nuevos para sus clientes.
• EXPORTACION
Cerca del 45% de los emprendedores encuestados manifestó que entre el 1% y el 25% de sus clientes se encuentran en el extranjero.
Fuente: Global Entrepreneurship Monitor (GEM 2012).