Rediseñar la tecnología con una perspectiva diversa

El concepto sobreadaptación -según los manuales de psicología- tiene que ver con el exceso de adaptación de una persona a su entorno, postergando las demandas propias. Si bien no figura entre las principales problemáticas de género a nivel mundial, este enemigo silencioso expone directamente una de las deudas que la industria tecnológica tiene en términos de diversidad, y es la de los diseños.

Publicado el 31 Oct 2022

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Si vemos algunos ejemplos en el mercado, podemos citar que el modelo de mano que usaron para hilvanar el tamaño de los smartphones es el del hombre blanco, adulto y americano. Ante esto, la solución que encontraron muchas mujeres fue ponerle el anillo por detrás para poder agarrarlo de manera más sencilla.

Otro caso bien concreto, y que tuvo resonancia mundial en 2019, fue cuando la Nasa canceló la anhelada caminata espacial de dos mujeres por falta de trajes a su medida. Más allá de lo insólito del hecho, hay un desafío clave que Caroline Criado Pérez -Periodista y autora de “Mujeres Invisibles: Exponiendo el Sesgo de los Datos en un Mundo Diseñado para Hombres”- explica con mucha claridad.

“Estamos muy acostumbrados a pensar que los hombres son considerados la media y las mujeres como un tipo de nicho”, dice la activista británica nacida en Brasil, que comenzó a investigar el tema cuando descubrió que los datos médicos sobre ataques cardíacos se basaban en síntomas de los hombres, lo que provocó que muchos médicos ignoren los infartos de las mujeres por tener sintomatologías que consideraban “atípicas”.

Los smartphones de 5.5” -demasiado grandes para el promedio de las mujeres-, que el primer traje de astronauta para mujer se haya diseñado recién en agosto de este año o los datos médicos, son tan solo ejemplos de los muchos que impactan. Ahora bien, ¿qué sucede cuándo el impacto es a gran escala? La respuesta puede estar en las empresas tecnológicas.

Inteligencia Artificial humanizada

Actualmente, empresas TI son seis de las ocho compañías más importantes en capitalización de mercado a nivel mundial y posiblemente sean las organizaciones que más impacto tengan en la vida de las sociedades del futuro. Desarrollos que hoy ni siquiera podemos imaginar, seguramente cambien nuestra forma de vincularnos, de entretenernos, de trasladarnos, de pagar y otros tantos aspectos.

El desafío es que para la creación de estos nuevos mundos exista un enfoque diverso tanto en la implementación como en el resultado para que no suceda lo mismo que en los antiguos tests viales.

Un ejemplo más actual revitaliza este debate ético: en 2019, un informe de la Universidad Tecnológica de Georgia detectó que las personas de tez oscura eran reconocidas en un 10% menos de ocasiones por los sensores de los autos autónomos. El problema, otra vez, había sido la falta de diversidad a la hora de desarrollar esta tecnología: la base fotográfica sobre la que la elaboraron tenía casi exclusivamente personas de tez blanca.

La Inteligencia Artificial es uno de los desarrollos más fascinantes que el hombre ha podido lograr en toda la historia. Sin embargo, los desafíos en torno a incluir a las minorías en procesos de diseño y desarrollo dieron lugar a que se empiece a hablar de una “Inteligencia Artificial humanizada”. Una encuesta de la empresa IBM, en conjunto con Oxford Economics, arrojó que el 68% de las organizaciones cree que tener un espacio de trabajo diverso e inclusivo puede ser importante para mitigar estos sesgos.

Del dicho a la realidad todavía hay una larga distancia. Statista afirma que globalmente solo el 30% de las personas que trabajan en ámbitos STEAM son mujeres, y aquellas que llegan a tener trabajos vinculados a tecnología dejan la industria un 45% más que los hombres. Una de las principales causas es la falta de igualdad salarial y desarrollo de carrera.

Un beneficio para todos

En este contexto, Globant lanzó un estudio llamado Globant IT Voices, para conocer cómo la pandemia y la post pandemia impactó en la vida laboral y personal de las mujeres que son parte de la industria tecnológica. Uno de los principales hallazgos es alentador y estuvo relacionado justamente con los salarios: el 41% manifestó haber percibido un aumento de su sueldo.

Por otro lado, desde la perspectiva de liderazgo, según el World Economic Forum, en la industria tecnológica las mujeres encabezan solo el 24% de las organizaciones. El porcentaje es bajo y todavía está lejos de otras industrias como la educación (46%) o los servicios personales (45%). Más allá de esto, es interesante analizar -basándonos en los datos del World Economic Forum- cómo el aumento en la proporción de puestos de liderazgo comenzó a mejorar desde 2016 a nivel mundial en el rubro.

Una de las conclusiones de este Global Gender Gap Report, que se elabora anualmente, apunta en forma directa a garantizar que las mujeres se incorporen a las “profesiones del futuro y que diseñen nuestras futuras economías”.

También puntualiza en la dedicación a la Inteligencia Artificial, computación en la nube, los datos y la biotecnología. Además de medir la fuerza laboral, el informe analiza la situación de los diferentes países. En el caso de Chile se ubica en el puesto 47° a nivel mundial, siendo uno de los de mejor rendimiento de la Región. Este dato puede ser crucial para aplicarlo en la industria tecnológica.

Según el Banco Interamericano de Desarrollo se necesitarán 1,2 millones de desarrolladores de software en Latinoamérica y esto podría aportar oportunidades concretas de empleo para solucionar cuestiones clave como, por ejemplo, la informalidad económica que alcanza a más del 27% de las mujeres en Chile, según Cepal.

Si el futuro es tecnológico, como sociedad debemos colaborar para que se incorporen más mujeres a los espacios de trabajo y a las mesas de las decisiones. El beneficio no será exclusivamente para un sexo específico, sino para todos. El informe Diversity Matters, elaborado por la consultora McKinsey en 2021, indica que la diversidad de género tiene una correlación positiva con la salud organizacional de las compañías, algo vital en las nuevas configuraciones que trae la post pandemia.

Aunque de a poco hay desafíos que se están abordando y logros, que años atrás eran inimaginables, que se están concretando, aún queda un largo camino por recorrer y muchas deudas por saldar. Un paso importante para reducir las distintas brechas de manera real tiene que ver con desafiar a los diseños tecnológicos, y ese es un compromiso que la industria debe asumir en articulación con diferentes actores y organizaciones.

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Redacción

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