Mario Herane.
¿Cuáles son los principales proyectos de innovación TI de la universidad?
La Universidad Mayor tiene una trayectoria en el uso innovador de tecnologías para el apoyo a la gestión universitaria y la docencia. Es así como ya hace más de 10 años incorporó el sistema SAP como plataforma central de su gestión administrativa académica y desde 2015 hace uso intensivo de la plataforma Blackboard como sistema para dictar clases online desde su Campus Virtual, tanto en sus aulas digitales como en clases en vivo.
En el último período, la institución se ha dedicado a perfeccionar el uso interno de estas y otras tecnologías, junto con actualizar los sistemas para llevarlos a nuevas capacidades como son la analítica en vivo y los servicios cloud personalizados. Nuestro interés es poder llevar servicios digitales que provean una experiencia de valor para cada uno de nuestros usuarios y comunidades, ya sea estudiante, académico, colaborador o un estudiante de colegio interesado en nuestra institución; cada una de estas experiencias debe responder a sus expectativas y ser un facilitador en la interacción de la institución con la persona. Es así como, por ejemplo, en este momento estamos realizando un profundo trabajo de liderazgo en transformación digital, para que nuestros líderes integren en sus procesos las nuevas capacidades tecnológicas al servicio de la comunidad.
¿Cuánto han avanzado tecnológicamente con la pandemia?
Cuando se declaró la pandemia y la universidad decidió suspender sus actividades presenciales, académicas y administrativas, fue un proceso bastante simple a nivel tecnológico, ya que teníamos todas las herramientas dispuestas para poder realizar este cambio de modalidad. Es así como en una semana logramos pasar a un formato online, haciendo uso de nuestras plataformas SAP, Blackboard y la solución de Office 365 mediante Teams. El mayor esfuerzo fue reorganizarnos para esta nueva modalidad de operación y no simplemente pasar al uso de plataformas, lo que conlleva cambios conductuales y culturales que favorezcan el uso de la tecnología con foco en proveer un mejor servicio educacional a los estudiantes. Es así como se desarrollaron múltiples capacitaciones, mesas de trabajo e instrumentos y reportes de evaluación, que nos han permitido ir perfeccionando los modelos de formación digital y gestión del teletrabajo, logrando altos índices de efectividad, eficiencia y satisfacción con nuestros usuarios.
Desde esta perspectiva, durante 2020 avanzamos de forma significativa en el uso de las tecnologías y logramos sembrar estructuras orgánicas que nos permitirán mantener y perfeccionar nuestros modelos, incorporándolos como parte natural de la institución.
¿De qué forma han usado la tecnología para innovar en dinámicas educativas?
La innovación educativa es unos de los pilares de nuestra Vicerrectoría Académica, y se desarrolla desde las Facultades y Escuelas. Durante 2020 y dado el alto uso de herramientas tecnológicas, las diversas disciplinas han incorporado tecnologías y técnicas que han facilitado la entrega de conocimiento. Es así como carreras afines a la tecnología como animación digital o ingeniería en informática han incrementado sustancialmente el uso de esta para la formación. Lo mas llamativo son las innovaciones en áreas tradicionalmente presenciales, como teatro, música, derecho o carreras en el área de la salud, donde mediante herramientas de simulación, software, tablets, plataformas de webinars o Realidad Virtual, se ha logrado desarrollar experiencias educativas que no solo reemplazan actividades presenciales, también, en muchos casos, han demostrado ser más efectivas en los resultados de aprendizaje a ser logrados. Un caso concreto fue nuestra Escuela de Arquitectura, que llevó el desarrollo de maquetas físicas a un sistema de maqueta digital que, además, permite su navegación a través de Realidad Virtual, generando una nueva y poderosa experiencia para nuestros estudiantes.
¿Cómo la digitalización puede influir beneficiosamente en el proceso educativo?
La digitalización de la formación, realizada con un minucioso trabajo acadé- mico, otorga una serie de beneficios que el modelo presencial no permite, como poder focalizar los aprendizajes, acceder de forma posterior a los contenidos, profundización dirigida y personalizada, disminución de tiempos muertos y traslados, y acceso a tecnologías que serán críticas para su desarrollo profesional futuro.
¿Cómo se proyecta este año la universidad?
Para 2021 la universidad se ha preparado para un año que será de alta incertidumbre, aún con pandemia, cuarentenas y diversos cambios del contexto. Esto implica que nuestro modelo será altamente online, acompañado de actividades presenciales prácticas seleccionadas e incorporando nuevas herramientas tecnológicas para seguir mejorando la experiencia formativa en este modelo híbrido.
Hacia el futuro la institución se ha planteado que estos importantes aprendizajes de la pandemia y la incorporación sustancial de tecnología sean permanentes en el tiempo, haciendo uso apropiado de estas herramientas en favor del desarrollo académico de nuestros estudiantes. La institución es un fuerte promotor de la educación online; hoy ya entregamos una serie de carreras de pregrado y programas de postgrado en esta modalidad, pero de la misma forma comprendemos que la transformación digital es parte de un cambio cultural que tiene relación con el contexto y, por ende, proyectamos que una parte importante del modelo tenderá a un sistema híbrido, el cual se acomoda de buena forma a los diferentes actores que son parte de nuestro ecosistema.
¿Cuáles son los grandes retos que enfrenta la institución en este sentido?
Los mayores retos de la transformación digital son siempre de índole cultural y para ello hay que sembrar bases, que permitan cambiar percepciones y valores, hacia un cambio cultural. Esto nos hace trabajar con mayor fuerza en capacitar a nuestros académicos y colaboradores, proveer experiencias digitales de calidad y promover el uso inteligente de la tecnología en favor del proceso formativo. Se debe comprender que este es un proceso continuo donde la institución debe tener un rol activo en la incorporación de tecnologías emergentes.