A través de un concurso de InnovaChile, la compañía ALTO, dedicada a reducir las pérdidas patrimoniales en diversas industrias, contó con el apoyo necesario para implementar un novedoso proyecto orientado a sistematizar el proceso de generación de ideas dentro de la empresa. Luego de 18 meses de trabajo, esta exitosa iniciativa, denominada “Sistematización de una Cultura Innovadora en ALTO”, ha gatillado decisivos cambios en torno al perfil innovador de la empresa.
¿Qué significa para la compañía ser innovadora?
El significado tiene dos ámbitos. Hacia los clientes y accionistas, representa incrementar el valor de los servicios que proveemos, buscar sistemáticamente nuevos ámbitos de aplicación de éstos y crear y desarrollar las competencias distintivas necesarias para ser líderes en la industria. Hacia los que conformamos ALTO, implica pensar sistemáticamente en cómo mejorar y crear nuevos servicios, generar puestos de trabajo y retener talentos.
¿Es un tema que se debate a nivel estratégico, como política corporativa?
La innovación es uno de los pilares estratégicos de ALTO. Esto significa que las decisiones y acciones sobre innovaciones se toman desde el más alto nivel y se hace participar a toda la organización, convirtiéndose en una política corporativa. Un ejemplo que refleja esto es que todos los incentivos económicos de los colaboradores tienen una componente medible en innovación.
¿Cuál es el aporte que la innovación entrega a su modelo de negocio?
Innovar es la principal fuente de crecimiento constante; los mercados pueden agotarse, la competencia puede ser muy fuerte, pero las buenas ideas implementadas en proyectos exitosos, si se realizan sistemáticamente y asociadas a un proceso medible, permiten agregar valor al modelo de negocio.
¿Promueve la empresa una cultura orientada a impulsar este aspecto?
Por supuesto. La innovación está íntimamente ligada a la cultura de la organización y su estrategia. La cultura, porque es necesario crear espacios controlados para que los colaboradores experimenten y se equivoquen, es decir, se requiere una cultura tolerante a los fracasos. Respecto de la estrategia, es necesario incorporarla explícitamente y que sea conocida y compartida por toda la organización.
¿Cómo se gestó el proyecto de innovación que desarrollaron?
En general, somos una empresa que se ha destacado por ser innovadora desde sus inicios, pero nos dimos cuenta de que si bien existían muchas ideas rondando entre nosotros, no teníamos un proceso sistemático que nos permitiera encauzar las iniciativas, primero en un proyecto y luego en un negocio. Así, nació nuestro proyecto de innovación, con el cual ganamos el Concurso Nacional de Bienes Públicos para la Innovación, Fortalecimiento y Formación de Capacidades para la Innovación de InnovaChile.
¿En qué consiste y cómo se aplica?
Básicamente, creamos un sistema de recepción para todo el caudal de ideas que teníamos. Una serie de pasos o procedimientos que llamamos coloquialmente “El Embudo”, donde ingresan todas las iniciativas que, atravesando distintas etapas, van siendo evaluadas, mejoradas y definidas de manera más concreta, hasta que finalmente logran salir convertidas en un proyecto listo para entregar al área comercial y ponerse en práctica.
¿Qué beneficios concretos ha generado?
A raíz de este nuevo proceso de sistematización, hemos desarrollado un nuevo servicio, enfocado a disminuir el robo de vehículos y disuadir acciones de fraude en el seguro de éstos, atendiendo a la enorme necesidad de seguridad que genera este delito.
Gracias a la sistematización de ideas, aplicamos lo mejor de la expertise de ALTO para entregar una solución integral frente a este delito: instalación de un sello en los automóviles de los clientes (distintivo asociado a persecución legal), difusión en prensa de quienes resulten responsables y aplicación de cuatro tecnologías de punta para aumentar las barreras de entrada al robo de autos; es decir, le daremos un ADN a las partes y piezas de los autos protegidos para complementar nuestros equipos de rastreo.
¿Cómo ha sido la participación de toda la organización en este proyecto?
Ha sido muy activa, y es que, en general, la tasa es de 10:3:1, es decir, surgen diez ideas con potencial de negocios, de ellas salen tres proyectos y, finalmente, de todo resulta un servicio. Esto demanda un gran volumen de ideas requeridas. Además, se necesita por parte de todo el equipo mucha rigurosidad a la hora de evaluar los proyectos.
Sumado a lo anterior, ha sido fundamental una mayor integración entre las distintas áreas de la empresa, puesto que es un desafío permanente el traspaso de las ideas dentro del mismo equipo. Por tratarse de un servicio, hay distintas personas involucradas, y no es tan simple realizar esta transferencia, explicarle al otro cómo se usa o cómo se presta dicho servicio. Si se tiene un proceso sistemático y ordenado, si eres capaz de medir las ventajas y los riesgos y tomar medidas a tiempo respecto a ellos, entonces eres capaz de lograr algo interesante.
¿Cuáles son los desafíos que se plantean a partir de este proyecto?
El más importante es seguir generando nuevos proyectos que se conviertan en soluciones de valor para nuestros actuales y potenciales clientes. También es primordial continuar avanzando en una cultura que incentive cada vez más la innovación.
