El positivo efecto que ha traído la fuerte irrupción de las startups en el trabajo en Chile está a la vista, y si bien a nivel general en junio el empleo tuvo una baja de hasta 200 mil puestos, en el ámbito de la tecnología pareciera ocurrir todo lo contrario. Según cifras de Corfo, las startups representan solo el 1% de las empresas del país, pero generan -directa o indirectamente- hasta el 40% del empleo.
Pero esta vorágine de oportunidades es todavía más fuerte en el ámbito TI. La demanda por profesionales del área es tal, que ya se consolidan los primeros obstáculos que muchos emprendimientos están viendo cómo resolver, y tiene que ver con la escasez de programadores, talento vital para el desarrollo de un negocio tecnológico.
Si bien esta situación no es nueva y hace cinco años ya se visualizaba una escasez de profesionales TI incluso a nivel regional, con el auge de las Startups y la necesidad de contar con digitalización, provocada por la pandemia, la mayor demanda por programadores acentuó el panorama, obligando a muchos emprendimientos a tercerizar el área o bien buscar el talento en otras latitudes.
Una de las empresas que ha experimentado un rápido crecimiento y exitoso desempeño, es Buk, software integral de gestión de personas fundado el año 2016. La que hoy se perfila como la primera compañía unicornio latinoamericana del ámbito HR Tech también se ha visto enfrentada al desafío de contar con talentos en el área de la programación.
Jaime Arrieta, CEO y co-fundador de Buk, explica que “efectivamente la industria de la tecnología está teniendo un comportamiento totalmente distinto a la de otras áreas productivas. En nuestro caso, incluso estamos contratando hasta 25 personas nuevas al mes, lo que demuestra el fuerte avance del sector”.
“Por otra parte está la escasez de programadores, que ha generado un cuello de botella importante para cualquier idea que tenga potencial. En nuestro caso y producto de la expansión regional de Buk, hemos podido reclutar excelentes profesionales en países como Colombia, Perú y México, mercados en que el ámbito de la programación, son mucho más maduros, y no solo eso, hemos podido reclutar a los mejores”, complementa el ejecutivo.
En ese sentido, la cultura que posea el emprendimiento es vital para poder adaptarse más rápidamente a la situación que hoy plantea el mercado. Jaime Arrieta afirma que “todo se basa en la confianza, entendiendo que el ámbito de la programación es uno de los aspectos críticos de cualquier empresa del área de la tecnología, pero para poder retener esos talentos también entran en juego otros aspectos, como el salario emocional y los beneficios que ofrece el lugar de trabajo”.
“En Buk, por ejemplo, más que dar importancia a los cargos, se la damos a la responsabilidad de los líderes. También se trabaja por objetivos y no por horarios e incluso desde este año comenzamos a adoptar la pregunta de cómo quiere trabajar un colaborador que recién es contratado, en modo Home Office, mixto o en la oficina. Por ese motivo hemos logrado superar el cuello de botella de programadores con mayor facilidad, adaptándonos a la situación y sacando provecho a nuestra presencia en otros mercados”, finaliza el ejecutivo.