Los recientes resultados del Foro Económico Mundial y del Indicador de la Sociedad de la Información han dado cuenta del avance que ha tenido la industria TIC en Chile. Nuestro país avanza en los rankings mundiales y lidera la Región, pero aún existen temas pendientes que resolver, que impiden que el progreso que demuestran los estudios sea más rápido. Uno de los aspectos que nuestra industria TIC debe mejorar es su capacidad de equipararse a las de naciones desarrolladas. La clave es la innovación. Y es esta capacidad para hacer algo como nunca se ha hecho la que tiene un rol central para lograr la internacionalización TI y aportar al desarrollo del país.
La cultura innovativa es el pilar de nuestro trabajo para lograr la meta que nos hemos impuesto, la que venimos desarrollando a través de una planificación estratégica, que como ACTI -con el apoyo de Corfo- encargamos a la consultora McKin-sey Asociados, orientada a diseñar una estrategia competitiva que nos permita generar una industria TIC de clase mundial.
Sin embargo, este esfuerzo necesita de un contexto e incentivos apropiados para su ejecución. En este sentido, está el ejemplo de los países pioneros en el tema, que han dado desde hace ya un buen tiempo, un fuerte impulso a políticas transversales de innovación, investigación y desarrollo. Algo que en nuestro país aún no hemos seguido a cabalidad.
La industria TIC en el crecimiento económico
El gasto que se realiza en Chile en I+D+i es de un 0,7% del PIB, lo que es insuficiente para lograr siquiera compararnos con naciones desarrolladas, las que destinan más de un 4% de su Producto Interno Bruto a planes concretos y transversales de I+D+i. Esto no solamente les ha permitido llegar a lugares de avanzada en la industria TIC mundial, sino que también consolidarse en esos sitiales.
El bajo nivel de inversión en I+D+i redunda en desaprovechar una excelente instancia apalancadora de la economía chilena. Ha quedado demostrado que el crecimiento de la industria TIC (que representó un 3,4% del PIB en el 2005) ha significado un aporte cada vez mayor al crecimiento económico nacional. La comparación -nuevamente- con economías líderes nos deja una tarea pendiente, la que sólo puede ser cumplida mediante políticas concretas que estimulen la innovación, para que la industria TIC no solamente crezca y potencie la economía local, sino que a su vez fortalezca su presencia en los mercados internacionales.
En el camino de la internacionalización
Una industria TIC de clase mundial consolidaría a Chile como un polo tecnológico, cuya actividad esencial sería la comercialización global de nuestros servicios y soluciones. Lograr este nivel de internaciona-lización implicaría también aumentar la participación en el mercado de las TIC, dominado por las telecomunicaciones, con un 63%.
Sin embargo, para lograr avanzar en el camino de la internacionalización, también hay que trabajar activamen-te en otro aspecto en el que nuestra industria aún está en deuda: la infraestructura TIC, que en el estado en que se encuentra hace muy difícil competir con los protagonistas glo-bales. Es necesario imitar los ejemplos de países como Suecia y Finlandia, que destinan una considerable cantidad de recursos para mantener una sólida infraestructura TI.
En nuestro país, se debe crear conciencia de lo necesario que es avanzar en este ámbito, para que la industria TIC chilena gane en competiti-vidad, ampliando sus fronteras y equiparándose con las grandes potencias mundiales en TIC.
Mayo de 2006
