Esa es quizás la característica más importante de la investigación y desarrollo que aquí se lleva a cabo: es totalmente aplicable a la realidad actual.
Pudimos observar, por ejemplo, un sistema para que los ciudadanos, utilizando sus teléfonos móviles, puedan informar a las autoridades respecto de algún problema que esté ocurriendo, enviando mensajes georeferenciados con foto y, a la vez, enterarse de cuántas personas han realizado la misma queja y si ya tiene un plazo de solución.
El más aplicado de los desarrollos de Fraunhofer Fokus, es la tecnología incorporada actualmente al documento de identidad de Alemania, cuya próxima versión incluirá la pantalla OLED flexible más delgada del mundo, que permite mostrar imágenes en movimiento en las hojas de un pasaporte.
Estos son sólo algunos ejemplos de las decenas de desarrollos de Fraunhofer, pero deja en claro que todo lo que hacen, lo hacen pensando en conectar la I+D con las necesidades tecnológicas, industriales y empresariales de la sociedad. Aquí no se investiga para hacer simples “white papers”, sino para que los adelantos de la ciencia lleguen como innovación al mercado y se conviertan efectivamente en negocios. Esa es la clave, y está respaldada por el modelo de financiamiento, donde el 70% de los fondos lo aportan las compañías, y sólo el 30% restante proviene del gobierno central germano.
Trabajo colaborativo
El éxito del modelo alemán se debe principalmente al ejemplar trabajo colaborativo entre el gobierno, la industria y la academia alemana. Aquí todos se mueven por un mismo objetivo y están conscientes de que necesitan aunar esfuerzos para alcanzarlo. Eso es algo que nos falta en Chile. Si queremos ser más innovadores, productivos y competitivos, debemos aprender a trabajar en equipo.
Quizás el concepto que debemos aplicar es el de la “coopetencia”, que implica la generación de acciones conjuntas entre actores (en este caso gobierno, empresas y academia) para potenciar y ampliar el mercado del cual participan, para luego competir y generar relaciones de acuerdo al nuevo escenario conformado. Todos podemos trabajar unidos para construir un marco institucional y diseñar políticas públicas que efectivamente favorezcan la inversión en I+D+i, como el nuevo proyecto de ley del gobierno, que facilita el acceso al instrumento de créditos impositivos para investigación y desarrollo. Sólo así lograremos contar con un ecosistema que impulse el desarrollo de las TIC y, con ello, el de todas las otras industrias que componen nuestra sociedad.