En su último análisis sobre Chile, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) puntualizó que el estancamiento de nuestra productividad a lo largo de la década pasada es la causa principal del lento crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) y que para estimular la productividad se requieren reformas adicionales para fomentar la competencia, el emprendimiento y la innovación. Por eso es tan preocupante la cifra entregada por el Ministerio de Economía que sitúa en el 0,4% del PIB la inversión en investigación y desarrollo (I+D).
Los planes del Gobierno en materia de innovación fijaron la meta de elevar al 1,5% del PIB la inversión en I+D para el 2014. Hace unos meses, cuando los datos indicaban que el gasto en este concepto era del 0,7%, este objetivo parecía ambicioso, pero frente a este nuevo panorama parece muy difícil que logremos cuadruplicar los US$674 millones que se gastaron en el 2008. Cabe preguntarse entonces, ¿qué tenemos que hacer para que Chile sea un país innovador?
Mayores facilidades e incentivos
El mismo estudio muestra que las empresas generan el 38,9% de la inversión en I+D y que sólo el 31% de las compañías es innovador, y mucho de ello se debe a que los incentivos para el sector privado y los investigadores no está funcionando.
Actualmente tenemos menos de 6 mil investigadores en todo el país, de los que un tercio posee el grado de doctor. De ellos, sólo un 5% desarrolla investigaciones en empresas. Para cambiar esta situación es necesario revisar los lineamientos de fomento y la actual política de innovación, de manera de entregar a las organizaciones mayores facilidades e incentivos para desarrollar mejoras en sus procesos productivos, generando nuevos crecimientos y agregando valor al cobre, las frutas, la madera y tantas materias primas que han sostenido por años la economía nacional.
Apostar por el desarrollo del país para el año 2020 es una decisión que requiere del esfuerzo mancomunado de todos los sectores. Por eso, convocamos a una mesa de trabajo donde los gremios, el Gobierno, la academia y las industrias discutan las mejoras a la política de incentivos y al marco general que permita llegar a la meta planteada por el Presidente Sebastián Piñera. Si no lo hacemos, seguiremos reprobando la tarea.