Los gastos anuales en I+D empresarial en todo el mundo aumentaron un 11% en 2018, llegando a US$782.000 millones en inversiones en el período, según un estudio de PwC. A pesar de estas cifras, la innovación entró en la agenda de las empresas recientemente. Las organizaciones pasaron a adoptar un enfoque estructurado del concepto y, a menudo, a competir por quién innova más. La mejor manera de colaborar con el momento actual del mercado es coinnovar, a través de la colaboración clara entre empresas, empleados y, sobre todo, clientes. Incluso más y más empresas están estableciendo asociaciones de coinnovación no solo con clientes, sino también con universidades, proveedores, startups e incluso competidores.
Cuando un cliente o socio te busca, busca más que un proveedor. Los clientes llegan a la empresa con problemas y necesidades que necesitan resolver, pero a menudo no saben la mejor manera de hacerlo. Estas compañías necesitan pares para caminar con ellos hasta la raíz de sus problemas.
Así que vale la pena decir que la coinnovación es un proceso que debe ser intenso, evaluando y entendiendo desde el inicio las necesidades de negocio, para entonces, juntos, llegar a una solución. Intercambiar información sobre los desafíos, las necesidades de los clientes finales, de productos y servicios desde los primeros contactos, hace que el cliente perciba un sentido de propiedad y compromiso por parte de quien está contratando. Esto ayuda a construir una relación de cooperación fuerte, duradera y valiosa.
Ejemplos hay varios. En uno de ellos, la empresa co-desarrolló un sistema de monitoreo de combustible basado en IoT con un operador de flota pesquera. Esta solución optimiza el consumo de combustible y ayuda a evitar su uso no autorizado, con un ahorro significativo para el cliente, ya que cerca de la mitad de los costos operativos de una embarcación están relacionados con el combustible.
Pero, más que aportar beneficios al cliente, en nuestro caso, también generó nuevas perspectivas y habilidades para nosotros mismos. Lo que nos hace más capaces de anticipar y atender las necesidades de otros clientes en los más diversos sectores.
Ser parte del ADN
Co-innovar es sinónimo de un mercado entero siendo impulsado y estimulado positivamente. Al unir fuerzas con otras empresas, es posible que surjan ideas relevantes que puedan convertirse en la base de nuevos productos y servicios.
Un programa de co-innovación puede evolucionar hacia una asociación permanente, con todas las partes desempeñando un papel en la atención al cliente final, esto es bueno para todos. Más que simplemente la voluntad, para que eso ocurra es necesario entender el flujo de datos de todo el ecosistema, el proceso de trabajo y la seguridad de los elementos de ese nuevo ambiente de negocios.
Para hacer esto es importante estar atentos a la innovación: investigar para comprender el escenario de los mayores polos de innovación del mundo, estar presente en estos lugares y crear laboratorios de innovación dedicados a la investigación y desarrollo. También es necesario fomentar activamente una cultura de innovación en los empleados, creando una estructura que ayude a traer las mejores ideas a la empresa.
Co-innovar es más que simplemente tener nuevas ideas. La co-innovación debe ser parte del ADN de la empresa. Se convierte en parte fundamental de su crecimiento, en un momento en donde es exactamente eso lo que el mercado pide.