Compartir prácticas en torno al fenómeno de la innovación para crear valor en las empresas, expandir redes de colaboración y lograr un crecimiento sostenido del país, fue el objetivo que motivó la formación del Club de la Innovación (CIT) de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), en marzo de 2004. Actualmente, integra 29 compañías, 15 de las cuales pertenecen a capitales nacionales. Para conocer más sobre su quehacer y las iniciativas que ha impulsado, conversamos con Iván Vera, Director de la entidad y Gerente General de IGT.
¿De qué forma surgió el Club de la Innovación de la UAI?
Nació como una iniciativa impulsada en conjunto por un grupo de empresarios que visualizamos la necesidad imperiosa de formar una agrupación con fines colaborativos, de modo de compartir las mejores prácticas de innovación que cada uno había aplicado en su organización. La idea era construir un modelo basado en las capacidades y conocimientos que nos permitiera poner en marcha nuevos proyectos mediante el uso de tecnologías innovadoras.
A la fecha el CIT incluye 29 empresas, 15 de las cuales son chilenas, y el resto multinacionales. En el 2004 nos dimos cuenta de que el tema de la innovación estaba cobrando cada vez mayor interés por parte de las empresas, puesto que comenzaron a asimilar que constituía un aspecto trascendental para la creación de nuevos negocios de altas tasas de crecimiento y rentabilidad, el desarrollo de capital humano al servicio de las compañías y, en definitiva, para el crecimiento económico de Chile.
¿Qué aportes se generan en el país al fomentar las prácticas innovadoras?
Resulta interesante dar cuenta de la experiencia vivida por IGT, filial del Grupo Invertec, que está orientado a diseñar, procesar y exportar alimentos a mercados desarrollados, con foco en el sector acuícola (truchas, salmón, ostión) y agroindustrial (jugo concentrado, deshidratados y congelados de frutas y hortalizas). IGT nació en 1989 para catalizar la innovación dentro del holding. Sin embargo, no fuimos concebidos como un centro de costos, sino como una empresa filial que debía vender servicios a otros grupos en Chile y el extranjero, propiciando así la innovación en diferentes sectores productivos.
Asimismo, con el tiempo fuimos colaborando con gobiernos de varios países en construir condiciones para el crecimiento económico a través del fomento de la innovación, las exportaciones y la inversión.
¿Qué entiende el club por el concepto de innovación?
Para nosotros innovación supone crear valor, sin embargo, en Chile la mayoría de las empresas aún asume que innovar implica únicamente crear tecnología, lo cual es un error conceptual.
Dicho de otra forma, investigar es transformar dinero en conocimiento; pero innovar implica convertir conocimiento en riqueza y, por consiguiente, impulsar la expansión de la empresa y del país, como consecuencia.
Un ejemplo muy gráfico de innovación es el Convenio Escolar creado en 1974 por la Clínica Alemana. Este centro de salud ya contaba con servicio de urgencia, médicos de primer nivel, paramédicos capacitados y equipamientos de última generación para la época ¿En qué innovaron? Diversificaron el servicio de asistencia ofreciendo un convenio escolar que les permitió ofrecer seguridad y tranquilidad a los padres, que en caso de accidente, sus hijos serían prontamente atendidos bajo la cobertura del convenio.
Crearon valor justamente en lo que más apreciamos todos los padres: la vida de nuestros hijos, y, de paso, incrementaron su rentabilidad produciendo un crecimiento del mercado. Por ende, debemos dejar en claro que innovar no significa el mejoramiento continuo de los negocios que operamos, sino que crear una nueva propuesta que dé valor significativo, un producto o servicio que no está presente en el mercado y que acotando los riesgos, logra ser exitoso.
¿Cómo se observa la capacidad innovadora local?
Las empresas nacionales están incursionando, entre otras razones, porque se han visto enfrentadas a una creciente necesidad de diferenciarse de su competencia y llevar la delantera en cada sector.
Todos los sectores productivos se han comoditizado. Y Chile es un país tremendamente competitivo. No obstante, si hoy en día cuantificamos qué porcentaje de las firmas están innovando de manera sistemática, nos encontramos con la ‘triste’ realidad de que la cifra no supera el 5% ó 10%.
Además, otra variable a considerar es que la facturación anual de la mayoría de las compañías no incluye en gran medida soluciones o servicios que tengan menos de cinco años de presencia en el mercado, hecho que demuestra que la mayoría de las empresas no innova.
En el Club de la Innovación procuramos que se aprovechen todos los conocimientos disponibles en las empresas, proveedores, integradores, distribuidores, y socios de negocios en general a fin de generar mayores niveles rentabilidad y crecimiento.
Sólo de esa manera podremos provocar que la innovación empresarial en Chile vaya en ascenso.
¿Cómo evalúa las políticas públicas del Estado en generación de incentivos para innovar?
Como aspecto destacable en torno a la política estatal de innovación, se ha dado un fenómeno muy positivo en los últimos cinco años: la innovación pasó a ser parte central del discurso del Gobierno y una de sus prioridades. A modo de ejemplo, cabe mencionar los programas del Bicentenario de Ciencia y Tecnología, los Consorcios Tecnológicos, e Innova Chile de Corfo, entre otros. De todas formas, observamos que la gestión pública está muy focalizada en el concepto de desarrollar e investigar en tecnología y eso no constituye por sí solo una acción innovadora. Innovar es crear valor, no necesariamente generar tecnología ni investigar.
Transantiago es un claro ejemplo de innovación. Se cometió el grave error de no ‘prototipear’ la solución en sólo una comuna y se escaló a todo Santiago sin afinar el diseño de acuerdo a la realidad. Sin embargo, asumiendo todas las falencias de implementación y planificación del proyecto, es destacable que el país se atreva a realizar proyectos innovadores con los riesgos propios de lo que no se conoce. Hay que aprender a gestionar la innovación… incluso en el Gobierno.
¿Cómo evalúa la Agenda Digital 2.0?
Hay un punto clave a considerar: la internacionalización de la industria TI de Chile. En ese sentido, Innova acaba de establecer un mecanismo para prospectar mercados externos y financiar la proyección de los mismos con el propósito de descubrir oportunidades de innovación, tendencias en mercados destino para propiciar las exportaciones y la internacionalización de la empresa chilena.
¿Qué oportunidades de negocio se generan a través de la innovación en el mundo TI?
Primeramente, se fomenta el desarrollo de distintos sectores productivos, empresariales e industriales. Si bien se aprecia una lenta tendencia a crear valor en los productos y servicios que ofrecen las empresas ligadas al mundo TI, cabe plantearse las estrategias empleadas por gigantes como Google, YouTube o Amazon, casos dignos de imitar.
Desde mi óptica, el potencial para innovar en la industria TI nacional está subutilizado, falta mucho camino por recorrer.
Por último, ¿cómo podemos fomentar la innovación en el mundo empresarial?
Cuando se innova se está creando una propuesta de valor nueva, nuevos mercados que no se complementan con los negocios ya existentes. Es primordial que las corporaciones internalicen ese concepto. La forma de promoverlo es mostrar ejemplos de empresas que están creciendo con altas tasas de rentabilidad porque están innovando, como por ejemplo Agrosuper, Invertec, Ducasse, Chilectra y Hunter Douglas, entre otras.
Las economías crecen cuando generan nuevos mercados. Definitivamente, la innovación da prestigio al emprendimiento individual y la actividad empresarial, y precisamente, en el club estamos abriendo una puerta al desarrollo económico y cultural de Chile promoviendo actividades y proyectos innovadores del mundo empresarial, ése es nuestro desafío.