Aprendiendo a Innovar

Publicado el 31 Dic 2000

La necesidad de centrarnos en nuestras capacidades de competencia, si queremos registrar algún hito en la historia de la innovación mundial, es algo que tenemos que atender con urgencia. Debemos seguir el ejemplo de países que han dado giros trascendentes en sus mentalidades y actitudes en el desarrollo y avance de la tecnología, identificando los mecanismos necesarios para promover la multiplicación y extensión de cada una de las distintas innovaciones al interior de las compañías.

Alfredo Sfeir, Licenciado en Economía de la Universidad de Queens, Canadá. Con más de cuatro años de experiencia en desarrollo económico, el profesional ha trabajado para la Organización de Estados Americanos (CICAD) y actualmente, se desempeña como Director Ejecutivo de la Fundación Endeavor en Chile.

Al igual que el avance que hemos tenido con la exportación de nuestras materias primas, debemos progresar en materia tecnológica. Para ello, tenemos que fomentar y mantener el rol de receptor de tecnología con políticas que incentiven a tomar un paso más. Para lograr este avance hay que también centrarse en lo propio, considerando los factores históricos, sociales, políticos y económicos. Hay que identificar la brecha, cubrirla y mirar hacia adelante.

Puede ser que las instituciones que operan para fomentar el cambio existan, pero, ¿cuáles son las barreras que impiden un acceso democrático a los mecanismos de apoyo?. La respuesta a esta pregunta identifica una problemática que tenemos que abordar para darnos cuenta del contexto de los mecanismos de apoyo y cómo estos se pueden aproximar a la comunidad de emprendedores.

¿Será que hay una falta de capacidad emprendedora de las personas para ir en busca de estos instrumentos, o es que las instituciones no tienen un mecanismo de llegada?. Si los mecanismos de apoyo fueran efectivos, podríamos concluir que en Chile no hay mentalidad de innovación. Y eso no es cierto. Hay mucho talento, pero qué sentido tiene si las generaciones emergentes de innovadores tecnológicos no cuentan con acceso a redes de contactos importantes que aceleren el progreso de la comercialización. Falta capacidad gerencial y apoyo de universidades e instituciones académicas que proactiven el proceso de innovación. Clave, es el acceso al financiamiento, el cual además estimula la patentación o finalización del prototipo de la innovación.

La fórmula para empezar a innovar no es difícil. Son pocas las reglas que hay que aprender. En primer lugar, para armar una compañía innovadora el emprendedor tiene que querer hacerlo; hay que organizar un equipo de personas talentosas e insertarlas en un ambiente donde la innovación es esperada. En segundo término, la innovación surge cuando hay presión. Tercero, la tecnología no viene de una persona con una idea brillante, sino que es el resultado del trabajo de un grupo de personas que llevan mucho tiempo analizando y discutiendo desarrollos iniciales. Cuarto, no hace falta ser los pioneros, sino buscar las soluciones brillantes que otros ya desarrollaron y construir sobre ellas. Finalmente, la innovación no se enseña, sino que es una experiencia emocional, es decir, es posible entregar capacitación técnica, pero la curiosidad viene por sí sola.

Entonces, hay que buscar soluciones y lo más inmediato es dar pasos para focalizar todo nuestro desarrollo y apoyo institucional hacia los incentivos económicos y sociales. La clave está en la red de contactos, la información y los ejemplos a seguir. Hay que provocar una transición de mentalidad en las generaciones siguientes. La llave del éxito de países con tradición de desarrollo tecno-lógico es celebrar más a los empleados talentosos y trabajadores, que a los fundadores que hay detrás de los desarrollos.

La gran ventaja competitiva de hoy viene de una innovación continua y creciente que se va mejorando con la participación de una gran parte de la organización. Así, cada uno de los avances tecnológicos que se construyen sobre los progresos previos permite que cada persona en la compañía tenga la oportunidad y la capacidad para participar. Eso también es innovación.

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Redacción

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