De acuerdo con la última edición del Workmonitor de Randstad, el poder trabajar desde casa es algo innegociable para el 34% de los trabajadores chilenos. La opción del trabajo remoto ha cobrado tal relevancia que el 35% de los encuestados aseguró que no aceptaría un trabajo que no le brindara flexibilidad respecto al lugar desde donde desempeñar su labor.
El estudio también demuestra que este anhelo de flexibilidad por parte de los trabajadores se enfrenta a la búsqueda de las compañías de una mayor presencialidad en sus ámbitos laborales. El 38% de los chilenos encuestados afirmó que su empleador se ha vuelto últimamente más estricto en cuanto a que el personal concurra a las oficinas de manera presencial y el 33% aseguró que su empleador espera mayor asistencia a la oficina ahora que hace seis meses. Asimismo, un 38% asegura que su empleador no le está ofreciendo suficiente flexibilidad para trabajar desde casa.
“Muchos trabajos, especialmente en áreas como producción, manufactura, comercio y atención al cliente, requieren una presencialidad total. Sin embargo, aquellos roles que permiten el trabajo remoto suelen adoptar formatos híbridos, combinando días en la oficina con el home office. Estos acuerdos de flexibilidad entre las organizaciones y sus colaboradores no están libres de tensiones cuando las expectativas no están alineadas. Estos datos revelan una tendencia que ha sido evidente durante algún tiempo, destacando la creciente divergencia entre las necesidades de las organizaciones y las del talento”, explica Pablo Guarnaccia, Gerente de Professionals & RPO de Randstad.
La expectativa de flexibilidad es tan firme entre los trabajadores chilenos que el 36% de los consultados consideraría renunciar a su trabajo si su empleador le pidiera pasar más tiempo en la oficina.
Es que la posibilidad de trabajo remoto provocó, en muchos casos, cambios de vida incompatibles con un esquema laboral totalmente presencial. Así, el 31% de los encuestados comentó que se ha mudado, cambiado de provincia o incluso adoptado una mascota, suponiendo que la libertad ganada durante la pandemia para trabajar desde cualquier lugar había llegado para quedarse.
“Ante la discrepancia de expectativas revelada por este estudio, es fundamental que las empresas se esfuercen más en redefinir y comunicar su ‘Workplace Value Proposition’. Esto ayudará a los equipos a reconocer el valor del tiempo compartido en la oficina en términos de productividad, creatividad, socialización y bienestar”, concluyó Guarnaccia.