La responsabilidad de formar grupos que respondan al rápido desarrollo de la industria recae en las organizaciones. Es fundamental contar con talento humano en áreas concretas que asegure el éxito de las iniciativas tecnológicas.
Según explica la Dra. Adelaide Bianchini, Directora del Máster Universitario en Gestión de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), perteneciente a Planeta Formación y Universidades, “la gestión de los proyectos de desarrollo tecnológico requiere de profesionales especializados, con competencias que barren desde aquellos aspectos asociados la tecno-estructura, hasta todo lo atinente a la tecno-cultura (el área de empresa, el factor comunicacional, el liderazgo, la gestión de personas, gestión de conflictos, resistencia a cambios, barreras físicas y discapacidad, entre otros)”.
Con el término “tecno-estructura”, la Dra. Adelaide Bianchini alude a la mezcla de elementos que pueden ser vistos y medidos en un proyecto tecnológico, como son el software, el hardware y las herramientas para el manejo y estudio de datos, entre otros. En cuanto a “tecno-cultura”, se refiere a la percepción y utilización correcta de esa “tecno-estructura”. En este contexto, se evidencia el papel del talento humano en la consecución de los objetivos particulares de la organización.
Para la especialista de VIU, esta configuración es necesaria “teniendo en cuenta que cada día surgen nuevas tecnologías subyacentes, se crean nuevos modelos de negocios, evolucionan los esquemas de interacción entre empresas y clientes (B2C), entre empleados y empresas (B2E), entre organizaciones (B2B), entre empresas y gobierno (B2G)”.
Mucho se habla sobre la creación de grupos multidisciplinarios o interdisciplinarios, tratándolos como si fueran equivalentes. Sin embargo, existe una notable distinción cuando se aborda desde una perspectiva holística, un aspecto crucial para las tecnologías de la información y la comunicación.
El enfoque multidisciplinario se utiliza cuando profesionales de diversas áreas colaboran en un proyecto, cada uno desde su propia perspectiva, llevando a cabo investigaciones particulares y generando hallazgos individuales que contribuyan al conjunto.
Lo interdisciplinario, en tanto, se refiere a la unión y colaboración de diversas áreas del conocimiento para lograr un resultado que supere los confines de cada campo específico. Así, se generan ideas, enfoques y métodos innovadores.
“Optar por la interdisciplinariedad es mucho más productivo para confrontar opiniones. La diversidad de pensamiento resulta ser una ventaja: cada experto se centra en su dominio, pero trabaja en conjunto con otros para integrar el conocimiento en todas las áreas involucradas”, indica la docente de la Universidad de Valencia.
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La unión de talento humano de diversas áreas facilita un intercambio que genera nuevo aprendizaje y potencia la interacción en ambientes donde la cooperación y el diálogo son esenciales, además de crear oportunidades para enfoques innovadores que hacen el trabajo más flexible.
Como apunta la Dra. Adelaide Bianchini, “las organizaciones deben fomentar el uso de plataformas que permitan el trabajo colaborativo, de manera eficaz. Hay equipos de trabajo cuyos miembros pueden estar dispersos geográficamente, con horarios distintos, etc. Una plataforma de colaboración posibilita que se comparta información, el almacenamiento y la recuperación eficaz de documentos de trabajo, etc., facilitando la comunicación síncrona para reuniones de trabajo y el intercambio de ideas”.
Se trata de un método que responde a las demandas de las compañías que han llegado o se han establecido en América Latina con el objetivo decidido de formar equipos variados, no solo en términos de áreas de especialización, sino también de culturas. Es un fundamento que contribuye a la innovación que está experimentando la región en la actualidad y que tiene perspectivas favorables a corto plazo.