Por Alberto Mordojovich, Vicepresidente Ejecutivo de RedVoiss.
En los últimos años Internet se ha consolidado como la principal plataforma de telecomunicaciones. Sus aplicaciones son utilizadas por millones de personas y empresas al punto de que hoy el mundo entero depende de sus sistemas y servicios. ¿Qué pasaría si no disponemos de Internet por unos días? Resulta así incomprensible y absurdo regular las telecomunicaciones a través de un único servicio: la telefonía, el que por lo demás, es prestado por la misma Internet, como también está pasando con la televisión.
Nuestra legislación data de comienzos de los años 80, cuando la telefonía era, por lejos, el principal servicio del sector. La realidad hoy es totalmente distinta. Las últimas cifras de tráfico telefónico tradicional publicadas por Subtel demuestran una caída importante en los últimos años, tanto en telefonía fija como móvil. Más aún, servicios como Skype, Whats- App y otros que se avecinan, acelerarán esta tendencia a la baja. Resulta pues un anacronismo dañino fijar precios y estrictas normas técnicas y administrativas en base al servicio telefónico, el de menor crecimiento y donde aparecen cada día más alternativas para el usuario a través de Internet. Sin embargo, esto no significa que el sector, como tal, no necesite regulaciones y controles de la autoridad. El alto nivel de concentración en pocas manos, las barreras de entrada de competidores, la existencia de facilidades esenciales muy difíciles de replicar, las cuantiosas inversiones que se requieren y la protección de los consumidores, justifican regulaciones económicas y técnicas. ¿Qué sentido tiene fijar los cargos de acceso de la telefonía tradicional como única referencia de precios en un sector oligopólico donde el acceso a Internet es, hace años, el servicio más relevante y creciente?
Urge revisar la dinámica del sector, tal como se está haciendo hoy en Europa y Estados Unidos. Debemos reconocer la necesidad de regular, pero apuntando al acceso a Internet, fijo y móvil, como el servicio básico y fundamental de telecomunicaciones desde el cual se prestarán todos los demás.
