Masificar el uso de los estándares ISO 9000 o CMM es el objetivo que persigue el Programa de Certificación de Calidad de la Industria de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (TIC). La iniciativa, encabezada por las agrupaciones del área ACTI, AIE, CORFO, Fundación Chile, GECHS y SPIN-Chile, pretende concretar la medida número 26 de la Agenda Digital que se refiere a “asegurar la calidad a través de la certificación de empresas”. Con el fin de conocer los alcances y propósitos de este programa, conversamos con Thierry de Saint Pierre, Director de Programas de TI de CORFO.
¿Cómo surge esta iniciativa?
El año pasado, la ACTI planteó la importancia de la certificación de calidad en la Agenda Digital, un tema que fue incluido como una de sus prioridades, tras lo cual comenzamos a trabajar, en conjunto con las asociaciones de la industria, en un plan de acción que permitiera llevar adelante esta medida. En CORFO siempre hemos estado vinculados al tema de la calidad, siendo éste un aspecto estratégico en nuestra línea de fomento de la producción. Desde esta perspectiva, actualmente estamos realizando un diagnóstico con el fin de comprender en qué se requiere apoyar a la industria TIC para que más empresas se certifiquen, además de evaluando los costos de un proceso de este tipo y los instrumentos de financiamiento existentes. La meta es lograr que las 25 compañías que actualmente están en este proceso culminen con éxito, siendo un ejemplo a seguir para muchas otras más.
¿Cuál es el panorama del sector TIC nacional en relación a estas acreditaciones?
Aunque en otros países, la certificación de calidad está consolidada co-mo un elemento esencial de sus procesos productivos en el área tecnológica, en Chile es un tema que recién está cobrando fuerza. Sin embargo, la mayor competitividad es un motor impulsor. Por ejemplo, la presencia de empresas como las de origen indio, líderes en la industria de software, genera un desafío a nivel local y las compañías deben prepararse para afrontarlo. Ahora, es fundamental estar convencido de que detrás de un proceso de certificación hay un beneficio, pues si no es percibido así, obviamente no se va a querer emprender un proyecto de este tipo con los costos que implica. Específicamente para el Estado, por imagen país, es conveniente incorporar la certificación de calidad y esto incentivará a que sus proveedores también lo hagan.
¿Qué valor tiene certificarse?
Con los nuevos TLCs, es un requisito ofrecer calidad de primer nivel para competir en países extranjeros y las certificaciones son un reconocimiento a ésta y una referencia pa-ra plantearse en el mercado y generar confianza, además de ser un ele-mento diferenciador. Por otra parte, al estandarizar y sistematizar sus procedimientos, las empresas logran una mejor gestión, mayor eficiencia y, por ende, menores costos, lo que redunda en un producto de más alta calidad para sus clientes.
¿Este programa apunta también a fortalecer a la industria TIC como un poder exportador?
En primer lugar, en el corto plazo -principios del 2006-, esperamos contar con al menos 70 empresas ya acreditadas o en proceso, un objetivo ambicioso que implica que éstas comprendan el beneficio de certifi-carse. Ahora, como visión a futuro, pretendemos, hacia el 2010, consolidar una industria TIC exportadora, para lo cual alcanzar estas certificaciones será clave.
Agosto de 2004