La acelerada transformación digital que se vive en diversas industrias, impulsada por la necesidad de modernizar procesos, implementar soluciones tecnológicas avanzadas y garantizar la ciberseguridad, ha provocado un aumento significativo de la demanda laboral de profesionales TI.
La escasez de talento especializado en el rubro, no obstante, se convierte en un obstáculo para las empresas a la hora de cubrir las vacantes.
Junto con las siempre fundamentales habilidades técnicas, cada vez son más valoradas las denominadas “habilidades blandas”. Según explica Andrea Beytia, Manager IT & Digital de LHH Recruitment Solutions Chile, “si bien se tiende a pensar que los profesionales TI trabajan de manera más aislada que otros cargos, lo cierto es que quienes lideran estas áreas deben tener la capacidad para colaborar eficazmente con otros miembros del equipo, y transmitir este mismo espíritu al resto de los expertos TI”.
La experta también destaca la preponderancia que está cobrando el dominio y manejo del idioma inglés. “En la actualidad, solo el 2% de la población chilena habla inglés fluido, lo cual nos obliga a repensar en cómo actualizar una competencia laboral tan importante y fundamental, tanto desde el sector educativo, empresarial y público”, señala.
Otra dificultad es la persistente desigualdad de géneros en la industria TI. Para la ejecutiva la brecha entre hombres y mujeres “sigue siendo bastante extensa y se refleja al momento de la contratación. De hecho, se estima que las mujeres ocupan entre un 20-30% de la fuerza laboral en áreas tecnológicas”.
Además de los dilemas que enfrentan las empresas, hoy en día los trabajadores también se ven exigidos a especializarse y, por otra parte, exigen determinadas condiciones al momento de postular a un empleo.
Es así como los profesionales TI cada vez buscan más un trabajo hibrido o remoto con horarios flexibles, sin la necesidad de la presencialidad diaria. Esto puede ser una traba para atraer a profesionales que valoran estos aspectos, generalmente cargos más técnicos como desarrolladores, scrum master, DevOps, arquitectos de soluciones, entre otros.
Para postular a estos cargos existen actualmente algunas estrategias. Primero, los expertos recomiendan armar un currículum atractivo para head hunters y empresas. “Este debe tener un buen formato, bien estructurado, sin faltas ortográficas y personalizado. Donde se destaque un buen resumen ejecutivo, habilidades técnicas, experiencias relevantes y logro cuantificables (intentando que la experiencia no sea mayor a 20 años, ya que las tecnologías usadas probablemente antes del año 2000 ya estén desactualizadas).
Posteriormente, es fundamental la preparación al asistir a una entrevista laboral: conocer el rol de la empresa y las necesidades del cargo al cual se postula. También es recomendable tener un buen perfil de LinkedIn, actualizado y detallado con foto corporativa, y no olvidar señalar las cada vez más requeridas habilidades blandas.
Andrea Beytia destaca algunas habilidades que los profesionales TI deben considerar al postular a un empleo:
- Comunicación y habilidades blandas para explicar conceptos técnicos a audiencias no técnicas y para colaborar con otros equipos y partes interesadas.
- Conocimiento del negocio para entender y conocer cómo impactar el negocio desde el área de especialidad.
- Conocimiento de metodologías ágiles y familiaridad con enfoques como Scrum y Kanban, que son comunes en la gestión de proyectos de TI.
- Certificaciones dependiendo del tipo de perfil de cada profesional y el enfoque que tenga en su carrera): CSM, PO, PMP, ITIL, CCNA, CISSP, Cloud (AWS, Azure, GCP), DevOps, RHCE, módulos SAP, entre otras.
- Resolución de problemas y capacidad para identificar, analizar y resolver problemas técnicos y no técnicos de manera eficaz.
- Gestión del tiempo y organización para gestionar múltiples tareas y proyectos simultáneamente, cumpliendo con los plazos establecidos.
- Pensamiento crítico al momento de analizar situaciones y tomar decisiones informadas basadas en datos y hechos.
- Adaptabilidad y aprendizaje continuo y disposición para adaptarse a nuevas tecnologías y metodología para mantenerse al día con las tendencias tecnológicas.
