Operadoras Móviles Virtuales: ¿Cómo movilizar el negocio móvil?

Desde el boom de la telefonía móvil en Chile a mediados de los 90? con la aplicación del bien llamado ?Quien Llama Paga? mucha agua ha pasado bajo el puente de la telefonía móvil, sin embargo nada rompedor ha sucedido hasta la fecha, ¿será el 2011 el año para verlo?

Publicado el 31 Oct 2010

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Desde el boom de la telefonía móvil en Chile a mediados de los 90’ con la aplicación del bien llamado “Quien Llama Paga” mucha agua ha pasado bajo el puente de la telefonía móvil, sin embargo nada rompedor ha sucedido hasta la fecha, ¿será el 2011 el año para verlo?

Repasando algo de historia vemos que las operadoras móviles tradicionales han hecho su tarea invirtiendo importantes sumas de dinero para entregar un nivel de cobertura que permitiera conectividad en gran parte del territorio chileno, y luego de ello incrementando los niveles de calidad y seguridad de todos los servicios móviles (voz y datos), evitando los cruces de llamadas, comunicaciones entrecortadas y cortes de llamadas, y aún queda mucho trabajo por realizar para mejorar las velocidades de transferencia de datos.

Las operadoras también han cumplido con su tarea incorporando nuevas tecnologías. Desde el punto de vista de la infraestructura, en 20 años de comunicaciones inalámbricas en Chile hemos pasado desde una tecnología analógica (AMPS) hasta la última tecnología digital (HSDPA), con mínimos tiempos de implantación respecto de los países más desarrollados.

Por otra parte, desde el punto de vista de los terminales, en el mismo período hemos viajado desde el mítico “ladrillo” (apodo para los primeros celulares que operaron en Chile) hasta llegar a los smartphones de última tecnología, BlackBerry o iPhone por mencionar a los más conocidos.

Sin duda somos testigos de un negocio pujante, muy rentable y que atrae grandes inversiones. No por nada ingresan dos nuevas operadoras móviles tradicionales al mercado chileno dentro del primer semestre del 2011 (Nextel y VTR).

Un claro estancamiento

La dimensión demanda ha funcionado mejor de lo esperado; ni el más optimista de los analistas pronosticó tasas de crecimiento y penetración como las alcanzadas por el negocio móvil en Chile. De acuerdo a los resultados del Indicador de la Sociedad de la Información (ISI), correspondiente al segundo trimestre de 2010, Chile es el segundo país en contar con más teléfonos móviles que habitantes, con 1.006 terminales cada mil personas, un 14,1% más que el registro de hace un año. Estas cifras están por encima del promedio de Estados Unidos (883 cada 1.000 habitantes) y el de Latinoamérica (925 por cada 1.000 personas).

Lo anterior habla del gusto de los chilenos por estar conectados y sitúa al teléfono móvil como un bien de primera necesidad, alejando el fantasma de la adquisición por estatus (cómo no recordar el celular de “palo”).

A pesar de todo lo anterior, al analizar la dimensión de la oferta vemos cuánto nos queda para llegar a tener un negocio móvil maduro. Si hacemos una revisión rápida, todos nos ofrecen lo mismo: prepago, postpago, planes de minutos, planes de datos, planes paquetizados, etc. Existe un estancamiento claro reflejado en el hecho de que todos compiten por todo y por lo mismo a la vez. Es aquí donde las Operadoras Móviles Virtuales (OMVs) nos pueden ayudar.

El apoyo de la entidad reguladora

Una OMV es una compañía que presta servicios móviles, utilizando al menos la red de acceso y espectro radioeléctrico de una operadora móvil tradicional (OMR).

En mercados más desarrollados, principalmente en algunos países de Europa (España, Bélgica, Holanda, entre otros) y en Estados Unidos, las virtuales en sus diferentes modalidades -full, light y las variantes de cada uno de ellas, más los agregadores (habilitadores o “enablers”)- han logrado, además de expandir el mercado, mejorar el ARPU, desarrollar y popularizar nuevos productos y servicios, disminuir las tasas de CHURN y ser rentables.

Para lograrlo no sólo se necesita la disposición de las empresas que quieren ser OMVs (bancos, casas comerciales, supermercados, distribuidores de gas, eléctricas, clubes deportivos, asociaciones de consumidores, operadores turísticos e incluso otras operadoras de telecomunicaciones), cuya oportunidad y potencial de negocio radica en la capacidad que cada una de ellas tiene para complementar su negocio tradicional incorporando los beneficios de la movilidad en sus actuales o futuros productos y servicios, los que reportarán nuevas líneas de ingresos, incrementarán la lealtad y fidelidad de sus clientes, y atraerán a los tan esquivos consumidores. Se requiere, además, que el regulador apoye fuertemente el ingreso de las virtuales, como se ha hecho en otros mercados, o que alguna de las operadoras tradicionales (cualquiera de las cinco que estarán en el mercado en el 2011) tome la decisión de qué quiere ser para sus potenciales virtuales y agregadores.

Si cualquiera de estas dos cosas sucede, el boom de las virtuales en Chile estará a la vuelta de la esquina, trayendo consigo una oferta mejor y más ajustada a las distintas realidades de los clientes del mundo empresarial y masivo, y con ello seguramente algo rompedor volverá a suceder en el negocio de servicios móviles.

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Redacción

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