Las plataformas son los determinantes en esta Cuarta Revolución Industrial

En todas las revoluciones pasadas, nuestros antepasados sobrevivieron y supieron reinventarse y reinsertarse en el mundo laboral de la mano de cada una de esas nuevas tecnologías. En pleno proceso de la Cuarta Revolución Industrial tenemos las mismas opciones, pero debemos apurarnos, ya que esta vez los cambios tecnológicos ocurren a una velocidad sin precedentes.

Publicado el 28 Feb 2019

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La humanidad ya ha vivido estos procesos de transformación. Por lo tanto, los sentimientos encontrados y el temor no son nada nuevo. Con cada una de las anteriores revoluciones industriales ha llegado el miedo a que las “máquinas” dominen el mundo laboral, de perderlo todo, de quedar sin trabajo y sin oportunidades.

La primera Revolución Industrial, por el año 1750-1820, trajo la introducción de sistemas mecánicos con tracción hidráulica y de vapor; y así llegaron la primera máquina a vapor y la locomotora a vapor, entre otros. En la segunda, hablamos de 1870 a 1915 más o menos, el mundo conoció la primera central eléctrica de uso comercial, la ampolleta de Thomas Edison y el primer automóvil de combustión interna. En la tercera, en un período que va desde 1960 hasta los 90’s, es cuando aparecen los primeros computadores personales y nace Internet, entre otras cosas.

Todos esos adelantos sembraron terror. Pero el tema es que nuestros antepasados sobrevivieron y supieron adaptarse, aprender, reinventarse y reinsertarse en el mundo laboral de la mano de cada una de esas nuevas tecnologías. Y, ahora, en pleno proceso de la Cuarta Revolución Industrial tenemos las mismas opciones. Pero ojo, no nos podemos demorar, pues esta vez los cambios tecnológicos ocurren a una velocidad sin precedentes y, además, son parte de todos los procesos de producción.

Por lo tanto, hay que actuar con rapidez y ver este proceso como una nueva oportunidad. Enfrentar esta cuarta Revolución Industrial como un mundo de oportunidades y resolver cuanto antes la dirección que cada quien va a tomar. Y ello solo se consigue con una educación de nivel mundial. No hay otra forma.

Las distintas generaciones

Por un lado, ya tenemos una generación de nativos digitales, ello tiene una buena parte del camino ganado, porque -además- entienden con mayor facilidad la sociedad digital en la que viven, se desarrollan y están constantemente aprendiendo los nuevos lenguajes de la era digital. Pero siempre deberán estar a la vanguardia y capacitándose.

Luego, están los “adultos jóvenes”. Este grupo deberá ponerse al día y romper los esquemas de la educación tradicional. Es necesario entender que hoy un postítulo o un postgrado a distancia y realizado en instituciones de prestigio mundial es tan valedero como el título que se logró en la universidad tradicional o en el instituto profesional. En un tiempo en el que nuestro sistema educativo aún no se ha adaptado a las necesidades de esta era digital, una de las buenas opciones -si no la única- es la educación online.

Luego, están los trabajadores de las empresas que ya “tienen sus años” a quienes se les deberá introducir o capacitar para esta era digital. Si sus puestos van a ser automatizados, es necesario ocuparse de ellos y reconvertir sus capacidades. ¿Se puede? Claro que sí. Solo requerimos de visión de futuro y educación de calidad.

Si queremos seguir creciendo y desarrollándonos hay que saber que en el mundo el mercado educacional cambió. Nosotros no competimos para la economía local, nuestro mercado ahora es mundial, y lo determinante en este ámbito son las plataformas.

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Redacción

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