Relojes inteligentes, los autos con Wi-Fi e, incluso, casas que alertan al smartphone de sus dueños si se está usando demasiada luz y es tiempo de apagar algunos focos. Todas estas iniciativas ya han sido parte de ferias tecnológicas y hoy son una realidad: los wearables ocupan grandes espacios en las estrategias de negocio de las marcas orientadas al consumidor final.
Pero el potencial del IoT va mucho más allá de los dispositivos cotidianos conectados y listos para transmitir data altamente aprovechable: apunta a las industrias, es decir al IIoT (Industrial Internet of Things), un concepto que es la siguiente gran revolución ya en curso para industrias clave como la manufactura, minería, alimentos y bebidas, energía y petróleo.
Este nuevo escenario plantea la conectividad entre las grandes áreas de producción -plantas, fábricas, yacimientos y campamentos- con el lado administrativo del negocio. En industrias como las señaladas, existe una gran distancia física entre ejecutivos y zonas de operación. IIoT permite que ambas estén conectadas y que fluya entre ellas información.
Así, un área de planeamiento puede saber si una planta tiene maquinaria detenida por reparación o si un campamento minero tiene un equipo con la fecha de mantenimiento cerca.
Empresa conectada
Precisamente el IIoT fue una de las tendencias que dominó el Automation Fair 2017, evento presentado por la empresa Rockwell Automation en Houston, Texas. La firma destacó la transformación digital para industrias claves como la minería. De hecho, el evento dedicó un día a discutir soluciones para este sector con presencia de firmas chilenas y peruanas del rubro. Por ejemplo, existen aplicaciones que se sirven del IIoT y del Analytics para llevar a otro nivel el concepto de “Empresa Conectada”. Con esta clase de tecnología, una minera puede estar conectada con sus campamentos, monitorear infraestructura y su funcionamiento, y transmitir esa data en tiempo real a los tomadores de decisiones. El análisis de esa información es llevado a otro nivel y puede no solo crear escenarios para ensayar las mejores soluciones, sino predecir fallas y permitir la oportunidad de anticiparse a ellas.
Lo más importante es que, en este momento, la minería de la Región no solo puede, sino que debe entender la importancia de adaptarse a las tecnologías disruptivas e innovadoras. Es así que la transformación digital y el uso del IIoT es una obligación si queremos estar a la par de mercados como Australia y Canadá, líderes en el sector, que ya encabezan procesos de transformación como los mencionados.