Un Chile digitalmente desarrollado para el Bicentenario necesita una industria local de Tecnologías de Información y Comunicaciones mucho más avanzada de lo que es hoy, para satisfacer así los requerimientos de empresas y personas. La Agenda Digital 2004 reconoce esto identificando como una de sus áreas de acción el desarrollo de la industria TIC, con el objetivo de tener una masa crítica de empresas de este tipo competitivas a nivel global.
Dada la situación actual de nuestra industria, hoy se necesitan cambios significativos: mayor innovación, mayor colaboración entre universidades y empresas, mejor calidad y certificación, mejor acceso a mercados internacionales, mayor inversión extranjera en centros de desarrollo y menos obstáculos para exportar servicios. El objetivo es dual: consolidar una masa crítica de empresas chilenas proveedoras de productos y servicios de calidad mundial y conformar un núcleo relevante de inversiones extranjeras de alta tecnología. Para lograrlo se están proponiendo seis iniciativas concretas (ver recuadro), cuya implementación depende tanto del Estado como de la propia industria.
En particular, le corresponde a la industria mejorar la calidad de sus productos y servicios y demostrarla mediante certificaciones estándares. El objetivo es ambicioso y específico: que el próximo año el 70% de las empresas asociadas a la ACTI o a la GECHS se haya certificado (ISO 9000 o CMM) o esté en proceso de hacerlo. El Estado está haciendo su parte por medio de la adecuación de los instrumentos de fomento de CORFO y la definición de exigencias de certificación de calidad, las que se irán incorporando en forma paulatina para software y servicios comprados por él.
¿Y qué estamos haciendo en concreto?
Las asociaciones gremiales de la industria (ACTI, AIE, GECHS y SPIN-Chile) están uniendo fuerzas con CORFO y Fundación Chile para enfrentar este desafío. Recientemente, estas organizaciones promovieron un seminario donde se expusieron las experiencias de algunas empresas chilenas que se han tomado en serio el tema de la certificación de calidad. Las asociaciones gremiales acordaron apoyar a las compañías interesadas en la certificación mediante contactos con otras compañías, consultores y fuentes de financiamiento. CORFO, por su parte, se comprometió a mejorar sus instrumentos de fomento para facilitar el logro de la meta. En forma paralela, la Universidad de Chile está definiendo un proyecto que facilitará la certificación de empresas en el futuro, mediante la adaptación de un Proceso de Software de Referencia a las necesidades de cada compañía.
La política público-privada planteada en la Agenda Digital no producirá por sí misma cambios en la industria. Los verdaderos cambios deben producirse en los mercados y usted, que está llamado a participar, si compra servicios y productos tecnológicos debiera usar como criterio de selección de proveedores las certificaciones de calidad. Al hacerlo logrará una inversión tecnológica de calidad, a tiempo y dentro de presupuesto. Si provee servicios y productos tecnológicos debería invertir en un proyecto de mejoras de calidad orientado a la certificación en ISO 9000 o CMM. Con ello, estará preparando a su organización para la creciente globalización de su competencia. En cualquier caso, el cambio tomará un tiempo. El momento de empezar es ahora.
Septiembre de 2004