Una solución de punta a punta y la capacidad de diseñar los procesos de gestión con respecto a la implementación del sistema son la característica diferenciadora del gigante azul.
El tema de la Factura Electrónica es probablemente uno de los hitos más importantes después del cambio de milenio, hablando en términos informáticos, dado que implica una modernización y reducción de costos tremendamente significativa para el sector corporativo. Ciertamente, estudios realizados por la Cámara de Comercio de Santiago, encomendados por el Servicio de Impuestos Internos (SII), revelan un ahorro de hasta medio punto en el PIB, por los efectos de la automatización.
Para Juan Naylor, Gerente de Marketing de IBM de Chile, es posible describir este tema desde dos ángulos. “En primer lugar, está lo que llamamos la punta del iceberg de este sistema, con relación a los ahorros del proceso físico de emitir un documento tributario, tomando en cuenta los costos de papel y de correo, y la economía en los procedimientos internos de las empresas para emisión de facturas, donde se incluyen a veces departamentos dedicados a revisar los cardex donde se guarda la información de seis años, de acuerdo a la exigencia del SII. Por ende, también se adicionan los costos de seguridad de estos documentos, ya que si son sinies-trados pueden generar un problema mayúsculo para el afectado.
En segundo plano, están todos los elementos que permiten la modernización de las compañías, sean de cualquier rango, como por ejemplo los servicios de reingeniería de sus fases administrativas, y también lo asociado con la gestión de la factura, que define la accesibilidad y duración del proceso, y que se resuelve mediante tecnologías de bases de datos, si el cliente lo requiere, lo cual elimina el riesgo de pérdida por el hecho de que el SII se queda con una copia digital de toda la información”.
Más que un proveedor tecnológico
Considerando lo anterior, IBM se involucra ofreciendo servicios para resolver todos estos requerimientos, que pueden ser integrados a través de outsourcing informático, por ejemplo, mediante cajas fuertes virtuales, siendo además proveedores de la aplicación misma basándose en asociaciones comerciales con su amplia red de partners, generando una solución encargada de buscar la firma digital, enviar la copia al SII y decidir si el receptor recibe un e-mail o un documento por correo tradicional, entre otros ítems. Asimismo, “podemos administrar el almacenamiento de la documentación tributaria con la implementación de servidores empresariales en las oficinas del cliente o a través de algún otro socio que utilice nuestra plataforma de hardware y software. La solución de punta a punta, en ese caso, y la capacidad de diseñar los procesos de gestión con respecto a la factura digital es la característica diferen-ciadora de nuestra compañía”, sostiene Naylor.
Ahora bien, si una empresa prefiere externalizar el proceso, esta decisión puede estar marcada por dos motivos: primero, hay empresas que seguirán enfocándose en lo que saben hacer bien y que seguramente requerirán de una contraparte para solucionar sus demandas informá-ticas. Segundo, el outsourcing implica un medio de economía significativo, donde cifras empresariales demuestran ahorros de hasta un 50% en inversión tecnológica.
“Sea cual sea el medio, lo importante es que hemos percibido el entusiasmo de nuestros clientes frente a esta tecnología, que conllevará de seguro a una rápida adopción. En Estados Unidos, el 26% de las principales empresas incorporaron la factura digital entre el 2000 y el 2002, y en Chile estimamos que su progresiva evolución va a forzar a los proveedores del sector corporativo a integrarse también”, concluye el ejecutivo.