FUJITSU CHILE: Internet de las Cosas, Oportunidades infinitas

Las estimaciones apuntan a que el año 2020 será el comienzo de una década dorada para la Internet de las Cosas. Cerca de 50 billones de dispositivos y aparatos convivirán conectados, compartirán información y realizarán tareas de manera remota.

Publicado el 31 Oct 2015

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Claudio Yamashita.

La hiperconectividad del mundo globalizado sin duda llegó para quedarse, y sentará las bases del futuro en cualquier ámbito de la vida. Mediante la Internet de las Cosas esta tendencia nos ha mostrado el camino, y el gran objetivo que viene es la creación de una sociedad inteligente, centrada en las personas y con tecnología al servicio de la calidad de vida.

Pero para mirar el futuro bien vale recordar los hitos que se han producido en las décadas anteriores. El primer hito de esta realidad multiconectada comenzó en los 60’, cuando se desarrolló el primer computador mainframe, que con sus grandes dimensiones fue capaz de realizar el primer procesamiento simple. Luego, los años 80 traerían consigo una verdadera revolución con la llegada del primer mini computador. No obstante, el punto de inflexión en el usuario llegó recién 10 años después, cuando la aparición del computador personal y su masificación a 100 millones de personas en el mundo entero cambió las reglas del juego -y de la vida- para siempre. El nuevo milenio nos sorprendió con Internet, y el acceso a redes desde dispositivos móviles marcó otro precedente hace algunos años.

¿Qué nos espera? Las estimaciones apuntan a que el año 2020 será el comienzo de una década dorada para la Internet de las Cosas. Cerca de 50 billones de dispositivos y aparatos convivirán conectados, e independientemente de que su naturaleza y rol sean muy distintos, compartirán información y realizarán tareas de manera remota.

Una sociedad inteligente y conectada

El desafío para dar soporte a los múltiples datos que transitarán por la nube, y para convertir este ideario en una realidad es gigantesco, pero las herramientas que logran llevar a cabo este objetivo ya están disponibles. Un ejemplo de ello es la tecnología Fujitsu RunMyProcess ¿Cómo funciona? Puede graficarse con un ejemplo.

Si un ciclista sufriera un accidente vehicular, con la necesidad imperiosa de recibir asistencia médica tan pronto sea posible, la Internet de las Cosas podría ser la solución. De esta forma, y tras dar el aviso al servicio asistencial, un dispositivo conectado al brazo del deportista podría entregar información a la ambulancia para utilizar la ruta más despejada y expedita, mientras captura datos claves del accidentado, como el pulso y las señales vitales.

Una vez que el paciente es rescatado, el sistema accede a la disponibilidad de camas y especialistas en los centros asistenciales más cercanos al accidente, mientras define la ruta sugerida, en relación con el tráfico y los semáforos. La suma de hechos anteriores hará que el accidentado sea atendido con mucha más información que antes.

De esta forma, la tecnología centrada en las personas puede aprovechar minutos vitales para salvar una vida y garantizar la seguridad de todos. La diferencia entre una sociedad inteligente y conectada con una que no lo es, es que la primera aprovecha las herramientas que le proporciona la tecnología para mejorar las condiciones de vida de sus integrantes en aspectos inimaginables hasta hace solo un par de décadas, y que hoy poco a poco comienzan a mostrar el camino que nos aguarda durante los próximos años.

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Redacción

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