Christopher Wessel, Vice Provost y CIO de la Universidad de San Diego, California, EE.UU.
Sólo un 6% del presupuesto que destinan las universidades de Latinoamérica para las tecnologías de información (TI) va dirigido al ámbito de la innovación, lo que representa un porcentaje bastante menor si se le compara con el que destinan industrias como la bancaria o la de servicios aéreos, por ejemplo.
Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó un estudio de IDC auspiciado por SunGard Educación Superior, entidad especializada en soluciones integrales de tecnologías de información.
El estudio incluyó a países como Chile, Argentina, Colombia y México, y para su desarrollo se llevaron a cabo 186 entrevistas a representantes de universidades y se analizó el uso de las TI en otros sectores.
Algunos de sus resultados fueran dados a conocer en un seminario organizado por SunGard Educación Superior y que tuvo como principal orador al Vice Provost y CIO de la Universidad de San Diego, Christopher Wessel, “artífice” de la revolución tecnológica que llevó a cabo dicha universidad de California, EE.UU., a comienzos de 2006.
Mayoritariamente, los casos de estudio de la muestra advirtieron que en materia tecnológica las universidades optan por plazos incluso superiores a los cinco años para actualizar o cambiar sus aplicaciones de administración, gestión de recursos humanos o sistemas de información de estudiantes. Además, la investigación revela la baja presencia de aplicaciones claves, como las analíticas. Así, “sólo un grupo minoritario de universidades dispone de herramientas de explotación de datos, como Business Intelligence y Data Warehouse”, señaló Hugo Godoy, Gerente Regional del Cono Sur de Latinoamérica de SunGard Educación Superior.
Además, el estudio abordó los principales mercados de las TI en América Latina, concluyendo que el sector financiero (los bancos) destina, en promedio, un 14% de su inversión de TI en elementos de innovación, un 39% en materia de negocios y un 47% en infraestructura. El porcentaje dedicado a innovación es, en consecuencia, superior al 6% que invierten en promedio las universidades.
Según la investigación, algo similar ha ocurrido en la industria aérea, donde “el sistema de reservas de pasajes en las compañías del rubro abarca todo el planeta; sólo uno de esos sistemas maneja los vuelos anuales de 400 compañías aéreas, que interactúan con tres millones de usuarios finales y 30.000 agentes de viajes. Este prodigio tecnológico que permite administrar los movimientos de centenares de millones de personas es uno de los mayores logros de las TI”, dice Godoy.
De esta manera, concluye que esta dinámica se encuentra desfasada respecto de la realidad de las universidades latinoamericanas –en países desarrollados está más que instalado el concepto de “campus digital”-, donde es cada vez más necesaria la administración eficiente de los datos y los procesos de todo el ciclo de vida del alumno (promoción, admisión, registro de actividad, historial académico, etc.), y donde éste se transforma en un participante clave en la captura y procesamiento de la información, al igual que un cliente en el caso de los bancos, o las líneas aéreas.