Empresas agrícolas incorporan tecnología para proyectar mejores cosechas

Publicado el 25 Dic 2019

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Una novedosa herramienta que promete revolucionar la industria agrícola está desarrollando Austral Falcon by Digevo, empresas que se unieron en un joint ventures para la realización de este innovador proyecto.

Horacio Contreras CEO y fundador de Austral Falcon explica que “actualmente estamos desarrollando un software de estimación de cosecha. En la práctica, queremos lograr la posibilidad de pasar con un dispositivo móvil por la entre hilera del viñedo equipado con cámaras y sensores que permitan mediante visión computacional e inteligencia artificial, detectar los racimos y determinar que ese racimo pesa hoy 50 gramos y va a pesar 125 gramos al momento de la cosecha. Con ésto, esperamos tener cada racimo identificado en un mapa”.

Para el jefe del departamento de fruticultura de la Pontificia Universidad Católica de Chile, José Antonio Alcalde, el proyecto es interesante y útil como herramienta para predecir el rendimiento (kg/ha) de uva vinífera. “El beneficio práctico de tener una buena estimación del volumen y de la fecha de cosecha es vital para el ingreso de materia prima en la vendimia. Este indicador se va construyendo poco a poco a través del avance de los diferentes estados fenológicos de la vid. Adicionalmente influyen otros factores como una mala cuaja, una mala inducción o condiciones climáticas adversas como heladas o granizos. Mientras antes se tenga esa estimación y más precisa sea, el valor es mayor porque con eso se puede anticipar y dimensionar; y no perder en capacidad ociosa o no ser capaz de procesar materia prima que está lista para ser procesada”, explica.

Así y gracias a esta herramienta, el productor tendrá un mapa satelital de su viñedo, con la superficie y cantidad de kilos que cosechará en cada temporada. Actualmente, esta tarea se realiza manualmente, uno a uno, y la proyección se estima en base a la información histórica recopilada.

“El proyecto consiste en utilizar Visión Computacional e Inteligencia Artificial en la agricultura, identificando variables relevantes para el productor frutícola con un nivel de precisión sobre el 90%. La idea es recorrer el huerto identificando los frutos y sus características en ese momento: cuánto pesan, materia seca dentro de la uva, incluso cuántas pepas tienen, y otros aspectos que permitirán estimar mejor cómo será su cosecha. Luego, con un modelo de predicción, seremos capaces de saber cómo estarán esos racimos en dos meses más”, precisa Alfonso Cádiz, director de tecnología de Digevo.

A través de esta capacidad de predecir volumen de la cosecha, de la uva en primera instancia y luego de otras frutas, Austral Falcon by Digevo busca mejorar notablemente la certeza del proceso agrícola, optimizando la producción en términos de volúmenes, precios y eficiencia.

“Ésto es importante porque si sabes cuánto es lo que vas a producir, puedes planificar la cadena de valor ‘aguas abajo’ con mucha mejor precisión. En la práctica, significa que puedes saber cuánta mano de obra, cuánta maquinaria vas a necesitar para la cosecha, cuánta bodega vas a necesitar y los procesos logísticos asociados a la cosecha, vendimia y distribución. Por ejemplo, si habrá que subcontratar otra bodega porque tienes mucha producción o al contrario, si vas a tener capacidad ociosa y la puedes arrendar a un tercero. Y finalmente, en la parte comercial, saber con anticipación si vas a ser capaz de cumplir los compromisos comerciales o no”, detalla Horacio Contreras CEO y fundador de Austral Falcon.

Roberto Musso, presidente de Digevo, explica que “la razón por la que decidimos entrar en el joint ventures con Austral Falcon es que complementa perfectamente nuestra línea estratégica en IA, en la que nosotros operamos en procesamiento de lenguaje natural, predicción y visión computacional. En esta última, Austral Falcon puede utilizar nuestras capacidades técnicas avanzadas para complementarlas con su conocimiento profundo del sector agrícola, de modo de poder proveer a la industrial agrícola y frutícola nacional y latinoamericana, de una solución de precisión, que es la tendencia a nivel global”.

En Chile hay 140 mil hectáreas plantadas de uva de vino y en el mundo se estima que más de 7.5 millones hectáreas, sin contar la uva de mesa.

“El potencial de este joint ventures es muy grande, ya que partiendo por la uva -particularmente la uva para la producción vitivinícola, que ya es muy grande a nivel global-, podremos extendernos al resto de la producción agrícola. De esta forma, estaremos cumpliendo parte de nuestra estrategia de visión computacional, relacionada con sensorizar al máximo todas las actividades que podamos mediante inteligencia artificial, y aplicar ese conocimiento a los procesos productivos”, proyecta Roberto Musso.

“Hoy estamos haciendo lo de uva de vino, pero este es un problema transversal a la industria agrícola. Comenzamos un piloto con una viña en enero -con resultados en marzo- y tenemos empresas interesadas que tienen cultivos tradicionales para semillas, y otras de berries y frutos de carozo”, proyecta Contreras.

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Redacción

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