Si hablamos de un dispositivo que encarna estas tres funciones, pero que además posibilita el trabajo en línea, inmediatamente se nos viene a la cabeza la amplia gama de dispositivos móviles, tanto smartphones como tablets, que al igual que ese juguete favorito de antaño, una vez que lo tenemos, no queremos alejarlo de nosotros.
Según una reciente investigación de Citrix, realizada en Estados Unidos a un universo total de 5 mil personas, el 46% utiliza un iPad diariamente, mientras que el 13% argumenta que dicho producto es de misión crítica para su trabajo. Estos resultados revelan la creciente tendencia que tienen los trabajadores por utilizar sus propios dispositivos para desarrollar sus labores, ya que muchas veces los otorgados por las compañías no son de su agrado, porque no están personalizados. Esta situación puede ser un problema, o una oportunidad.
El fenómeno denominado “consumerización”, un neologismo aparecido en el 2007, que se basa en que el empleado es el promotor de cambios en infraestructura tecnológica de la empresa producto de su consumo tecnológico personal, es una forma de utilizar el amor por el dispositivo propio, a favor de la compañía.
Muchas ya están implementando la consumerización y aportan monetariamente en comprar un dispositivo que el trabajador elija para fines personales y profesionales. Tanto ha sido el impacto de esta modalidad que Gartner predice que para el 2015 los empleados personalizarán el 90% de la tecnología que se usa en el trabajo.
Pero, ¿cómo hacer que estas dos labores se encuentren juntas, pero no revueltas? Ese es justamente el desafío. Mediante la virtualización, tecnología que concentra bajo resguardo en un data center los contenidos de la empresa, que son replicados en cualquier dispositivo que tenga licencia para su uso, se consigue una forma segura y administrada de entrega de información desde la compañía al dispositivo móvil de consumo individual.
Con esta modalidad, se evita la filtración de información privilegiada, y también inversamente, dado que los contenidos personales serán de acceso limitado al dueño del dispositivo. Si el empleado es separado de sus funciones, serán desactivadas las aplicaciones utilizadas para el trabajo, quedando solamente las de propiedad personal.
Impulsando la productividad
La ventaja que otorga efectuar un programa destinado a que los empleados incluyan sus dispositivos propios a la actividad laboral, es que aumenta la productividad, dado que, independientemente de la ubicación de la oficina, se puede trabajar desde cualquier lugar gracias a la portabilidad del dispositivo y la accesibilidad a los contenidos de la compañía si éstos se encuentran virtualizados.
De hecho, la investigación que realizó Citrix muestra que los empleados son un 27% más productivos durante los días en los que eligen dónde trabajar. Además impulsa la creatividad y conserva a los mejores talentos.
Simplemente se trata de la misma filiación emocional que existía con los primeros objetos que formaron parte importante de nuestra vida. El sueño del dispositivo propio viene como reminiscencia de ese juguete que nos fue imposible compartir, pues nos permitía soñar con ser dueños de un mundo plagado de aventuras; hoy desafíos reales que se vuelven clave en el trabajo que desempeñamos.