Un nuevo estudio publicado por Bain & Company evidenció que el metaverso podría alcanzar los US$ 900.000 millones en 2030.
El informe concluyó que este espacio colectivo virtual plantea oportunidades económicas reales y crecientes para las empresas y que aquellas que participen en las primeras etapas de su desarrollo, conocidas como “fase semilla”, tienen más probabilidades de convertirse en las ganadoras del mercado en los próximos cinco a diez años.
“Mientras el metaverso evoluciona rápidamente, ya hemos visto cómo este tipo de tecnologías se afianzan en diferentes sectores. Un buen ejemplo de ello son las plataformas de juegos inmersivos, que ya cuentan con cientos de millones de usuarios activos mensuales”, afirmó Marcial Rapela, socio y director de Bain en Chile.
Respecto a la evolución del metaverso y los desafíos que enfrentan los ejecutivos para maximizar sus beneficios, Rapela mencionó que “hay cinco campos de batalla competitivos que deben tener en cuenta si desean salir adelante y, con el tiempo, escalar. Se trata de un viaje continuo hacia experiencias más inmersivas y colaborativas, facilitadas por las rápidas mejoras de la tecnología subyacente”.
Es fundamental contar con experiencias virtuales, ya que, según las proyecciones de Bain, representarán en torno al 65% en los próximos años. Por otro lado, se requiere contar con herramientas de creación de contenidos, cifra que corresponde alrededor del 5% del tamaño del mercado metaverso en 2030.
Asimismo, develaron que es importante incorporar tiendas de aplicaciones y sistemas operativos, dado que será el 10% de los ingresos, y aseguraron que cumplirán un papel crucial durante la fase inicial del metaverso, “ya que proporcionará a los usuarios experiencias seleccionadas y de alta calidad para mantenerlos comprometidos con la plataforma y los auriculares que utilicen para acceder al metaverso”.
Finalmente, el 20% de la inversión deberá ser destinada a la correcta aplicación de dispositivos y también en la información e infraestructura, ya que las empresas de hardware se verán obligadas a desarrollar chips, servidores y tecnologías de red de mayor rendimiento para ofrecer gráficos de alta calidad y reducir la latencia.