Según Gartner, IDC y otros gurúes de la industria, la consolidación es un aspecto de las TI que, desde hace un par de años, concentra los esfuerzos de un porcentaje significativo del gasto de las organizaciones, tanto consumidoras como proveedoras, y por supuesto, consultoras. Pero, ¿es realmente la consolidación algo real, de valor, o simplemente una nueva “ola” como muchas que surgen y provocan más expectativas que resultados, tal como fue el caso de las empresas .NET surgidas hace algunos años?.
Consolidación es un término usado como equivalente a otros, tales como concentración, integración, centralización, optimización o reducción (¡hay más, no desespere!). En esencia, es tratar de hacer lo mismo (tal vez más…), con menos. Esta última palabra despierta el interés de los ejecutivos y el escepticismo de los expertos. No les falta razón. Ca-da vez que surge algo nuevo, se promete reducir costos, optimizar recursos, hacer más con menos, y finalmente se termina con una serie de nuevos equipos y tecnologías que consumen mayores recursos y esfuerzos.
Entonces, ¿por qué considerar la consolidación seriamente?
Desde el surgimiento del procesador Intel Pentium, la caída del valor de los sistemas Unix, y la arquitectura cliente-servidor -hoy en vía de reemplazo por la arquitectura “web-enabled”- las organizaciones se poblaron de pequeñas máquinas con servicios bien definidos, como correo, archivos, impresión, etc., que han ido evolucionando a islas (más bien archipiélagos por su número) de mayor complejidad, y lo que es más importante, han adquirido una relevancia no prevista por los ejecutivos de informática. La gran cantidad de equipamiento (una organización mediana típicamente dispondrá de no menos de 40 servidores) implica costos en términos de energía, espacio, licencias, administración, mantenimiento y renovación, todo lo cual es causa de que la consolidación sea hoy algo a considerar seriamente.
¿Por qué pensar en hacerlo ahora?
Dos factores son los conductores de esta ola. Por un lado, varias tecnologías convergen facilitando la consolidación. Hay procesadores más poderosos -un Intel Xeon de 3GHz posee casi 40 veces la capacidad de proceso de un Pentium de 200MHz- máquinas de muy alta densidad (considere disponer de 14 equipos biprocesadores en 30 cm de un rack), y la tecnología de Máquinas Virtuales de los equipos mainframe está disponible para sistemas Unix, Windows, Linux, entre otros, ya como un producto maduro.
Asimismo, es posible dividir un servidor para emular 20 a 40 PCs de escritorio, lo que se denomina Servicios de Terminales, tanto para Windows como Linux; también se puede almacenar la información en forma centralizada para múltiples plataformas a través de las Redes de Almacenamiento, SAN, y más recientemente empleando Virtua-lizadores, los cuales hacen transparente al equipo cliente las características de los medios físicos empleados, así como sus tecnologías (SCSI Fibra, iSCSI y Serial ATA, por mencionar algunas). Lo importante es destacar que las tecnologías que habilitan la posibilidad de consolidar existen, cubren diversos ámbitos, y han madurado por varios años.
Optimización y mayor competitividad
El otro factor conductor es la optimi-zación. No es nada nuevo, salvo la imperiosa necesidad de cumplir con dos postulados que las organizaciones tienen como prioritarios en su agenda. Por un lado reducción de costos, que en informática busca poder copar la creciente necesidad de implantar nuevos sistemas y modernizar los ya existentes sin crecer exponencialmente en recursos físicos, con los costos antes mencionados. Por otro lado, la globalización ha aumentado la competitividad al enfrentar a las organizaciones a una geografía casi sin límites, ya no restringida a los factores ambientales típicos de la economía de una nación, lo que ha ocasionado que centros de procesamiento completos hoy residan fuera de nuestro país, únicamente por razones económicas y prácticas.
Por lo tanto, sí es un buen momento para incluir una línea más en las agendas de los ejecutivos de informática: consolidar.
Hacerlo no es fácil. ¿Alguna vez le ha dicho al encargado de sus equipos, que durante años los ha cuidado, actualizado y exprimido al máximo, que van a reducirlos? Para él su plataforma es óptima y cambiar cuatro servidores de correo por uno sólo suena al menos “raro”.
Una perspectiva externa, por otro lado, puede brindar una opinión libre de prejuicios, posiblemente con experiencia en la temática de consolidar servicios.
La consolidación tiene muchas aristas y beneficios no previstos. Para lograr el éxito, además de aplicar una metodología eficaz (tengo una propia denominada RPSC, Raciona-lización por Sentido Común), es importante tener claro por qué se quiere hacer. Esto permite disponer de una métrica que otorgue un valor a la actividad, que haga posible medir su efectividad y corregir desviaciones, pero lo más importante, que permita demostrar que, más que un gasto o una inversión, puede significar una real reducción de costos.
Enero de 2004