Actualmente, conceptos como Industrias 4.0 y Cuarta Revolución Industrial son cada vez más recurrentes en los círculos tecnológicos y entre los expertos de la industria. Sin embargo, hay un segmento importante de empresas y rubros que aún desconoce su verdadero significado o que observa desde lejos términos como Internet de las Cosas (IoT), Big Data, Realidad Aumentada y Robótica, ignorando el importante rol que estas soluciones están jugando en la rentabilidad de los negocios y dejando pasar el sinnúmero de ventajas que su aplicación representa para ganar eficiencia y competitividad.
En este contexto, la empresa especializada en el desarrollo de soluciones de Internet de las Cosas (IoT), Telemática, Telemetría y Telecontrol de activos, Redd, realizó un sondeo a más de 150 ejecutivos nacionales para conocer su percepción sobre esta tendencia que no para de crecer en el mundo, y Chile no es la excepción.
El estudio reveló que el cambio cultural es percibido como la principal barrera para la implementación de soluciones IoT en el ámbito industrial, con 21%; luego, 18% menciona el desconocimiento de los beneficios y 17% los costos. En un porcentaje menor se encuentran aquellos encuestados que no identifican complejidades (12%), los que señalan el desarrollo y la compatibilidad de los sistemas como el principal impedimento (10%) y los que dicen tener otras prioridades organizacionales (9%). Posteriormente, 6% hace referencia a la dificultad para medir el retorno de la inversión y 5% a la infraestructura existente, mientras que el restante 2% se reparte entre la ignorancia que existe en torno al concepto, por definiciones estratégicas y debido a problemas de seguridad.
Al respecto, Rodrigo Martínez, Gerente General de Redd, señala que efectivamente la Cuarta Revolución Industrial requiere un cambio cultural en todo sentido. “Es que la industria 4.0, a través de la digitalización y los nuevos sistemas de información, vendrá a transformar y hacer más eficientes los procesos productivos, lo que representará un incalculable salto tecnológico en la historia de la humanidad. Y esto exige un cambio de mentalidad relevante, no solo en el empresariado, sino que en la sociedad en su conjunto”, dice. De esta forma, “su llegada no solo tendrá repercusiones en la forma de hacer las cosas en las compañías y fábricas, sino que también en cómo se organizan las ciudades y en la manera en que las personas conviven y se relacionan”, complementa.
Por eso, a pesar de que en la actualidad el concepto está mucho más interiorizado en Chile que hace cinco e incluso dos años atrás, el ejecutivo enfatiza en que continúa siendo necesario dejar de verlo como algo lejano y aplicable solo a las grandes empresas, ya que hoy muchas Pymes están implementando soluciones de Internet de las Cosas con el objetivo de optimizar sus procesos y aumentar su productividad. “Para entrar en esta revolución tecnológica solo es necesario abrirse a los cambios y decidirse a probar, debido a que es la única forma de conocer los reales beneficios que aporta al negocio y al país en general”, sostiene.
De acuerdo al mismo estudio y en relación al tamaño de la empresa, las pequeñas mencionan los costos como la principal barrera para la puesta en marcha de soluciones IoT (20%), las medianas identifican la dificultad de generar un cambio cultural (33%) y las grandes hacen referencia al desconocimiento de sus beneficios (25%). Por industria, en Retail las complejidades en la implementación van por no conocer las ventajas de estas tecnologías y la dificultad para compatibilizar nuevas técnicas con sus actuales sistemas, ambas opciones con 29%; en Transporte se inclinan por los costos (35%); las compañías de maquinaria liviana señalan que es difícil medir el retorno de la inversión y mencionan la infraestructura como barrera (25%); mientras que en sectores como Leasing, Manufactura, Servicios e Ingeniería predomina la mención al cambio de mentalidad necesario como el obstáculo primordial en este tema.