¿Cómo describiría la situación actual de los sistemas heredados en las empresas chilenas?
La situación actual de los sistemas heredados es variada. Constantemente revisamos las arquitecturas aplicativas de distintas compañías y el panorama es similar. Los sistemas de Backoffice, Core o que soportan la operación fueron desarrollados hace bastante tiempo, utilizando tecnología antigua, difícil de mantener y normalmente incompatible con la velocidad que está exigiendo el mercado y los clientes. Cabe destacar que las inversiones en tecnología han apuntado en el último tiempo, con una fuerte aceleración desde la pandemia, en mejorar la experiencia de los usuarios, buscando la omnicanalidad, autoatención y contacto fluido, y enmascarando/manteniendo los sistemas heredados que administran el negocio.
Respecto a sus sistemas heredados, ¿qué desafíos son los más comunes para las organizaciones?
El principal dolor de las organizaciones es la velocidad de adaptación para dar respuesta a las necesidades del mercado y las exigencias de los clientes. Es más, estas compañías que lidian con la obsolescencia tecnológica se encuentran en constante incumplimiento de sus políticas tecnológicas internas frente a auditorías, por clasificar a los sistemas heredados como “fuera de norma” o con “riesgo tecnológico” o “vulnerabilidades” importantes.
Otro desafío relevante es la dificultad para encontrar personal con las competencias para mantener y realizar mejoras en estos sistemas, considerando que los perfiles de tecnologías están altamente cotizados en el mercado y las empresas invierten en capacitación y traspaso de conocimiento a desarrolladores que no conocen lenguaje de programación “antiguos”.
¿Pueden impactar los sistemas legacy la agilidad y la capacidad de adaptación de una empresa?
Sin duda. Por lo general, la falta de flexibilidad, los tiempos de desarrollo y la dificultad para integrarlos con nuevas tecnologías merman su capacidad de adaptación y ralentizan la respuesta de las compañías ante cambios en el mercado e inclusive la capacidad de innovar con nuevos productos o soluciones para sus clientes.
Entonces, ¿cómo decidir si hay que convivir con los sistemas legacy o si debemos modernizarlos?
La decisión debe basarse en una evaluación cuidadosa de varios aspectos. Por lo general, la variable técnica es la menos relevante (siempre se puede seguir conviviendo con los sistemas heredados); sin embargo, los temas relacionados a seguridad, costos y valor al negocio son claves para tomar la decisión.
¿Son los costos una barrera para no modernizar estos sistemas?
Sí, la modernización de sistemas heredados implica una inversión importante, ya que requiere de varios pasos para lograr la modernización. Por lo general, antes de modernizar, son requeridos assessments para evaluar el impacto del cambio; procesos de selección de software para identificar el sistema adecuado para la organización y, finalmente, la implementación. Cada uno de estos pasos conlleva un costo que generalmente las empresas tercerizan dado que no tienen la experiencia o el tiempo para realizarlos.
En ese sentido, ¿qué estrategias recomiendan para modernizar sistemas heredados?
No existe una receta especifica, pues cada empresa tiene necesidades y “dolores” tecnológicos diferentes. Antes de recomendar una estrategia, es necesario realizar una evaluación y con esto determinar cuáles son los pasos a seguir (“la estrategia”). Lo que hemos observado en el último tiempo es que claramente nuestros clientes no quieren tomar riesgos al momento de migrar los sistemas heredados.
Por lo general, la estrategia de migración es gradual, se priorizan las funcionalidades, se define la nueva arquitectura tecnológica (microservicios, contenedores, Cloud, etc.) y con lo anterior, comienza el viaje de modernización gradual del sistema heredado.
¿Qué beneficios ofrece la modernización?
Hoy los beneficios de la modernización de sistemas son variados. Según mi opinión, la ventaja clave desde el punto de vista del negocio es la agilidad para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y la innovación. Desde el punto de vista tecnológico, es fundamental contar con sistemas seguros (ciberseguridad), resilientes, versátiles a los cambios y pensando en la nube, con una capacidad de procesamiento flexible que se adapte rápidamente a las necesidades o peaks del mercado.
¿Cuál es el papel de la nube y la virtualización en la modernización de sistemas heredados?
Hoy la nube y la virtualización son clave en la modernización de sistemas, y no pensar en éstos implica seguir dependiendo de recursos tecnológicos limitados y con baja flexibilidad. La migración a la nube permite una mayor escalabilidad, eficiencia en costos, seguridad y recuperación, mientras que la virtualización puede ayudar a separar aplicaciones y sistemas heredados de la infraestructura física subyacente, lo que facilita su gestión, actualización y movilidad.
En la gestión de sistemas heredados, ¿qué tendencias se deben tener en cuenta en el futuro?
Según nuestra visión, lo que están haciendo las organizaciones para equilibrar el costo y el esfuerzo en la gestión de los sistemas heredados es expandir sus funcionalidades con tecnologías emergentes, encapsulando sus funcionalidades en servicios (“APIficación” del negocio) e incorporando sistemas de análisis avanzado para la toma de decisiones, en donde el sistema heredado es una fuente de datos adicional.
Además, la sostenibilidad ambiental también está ganando importancia, por lo que las empresas deben considerar cómo modernizar sus sistemas de una manera que sea más eficiente desde el punto de vista energético y respetuosa con el medio ambiente.
