Ya no es sorpresa afirmar que esta década está siendo testigo de una significativa explosión en el uso de los datos debido al acelerado nivel de implementación de tecnología y con seguridad nuestro país no está exento de ello. El crecimiento previsto para los próximos 3 años de más de un 27% en el uso de datos, el incremento estimado de un 17% en el uso de dispositivos IoT y las nuevas tecnologías (telemedicina, distribución de contenido, video gaming, vehículos autónomos), sustentadas -entre otros- por las redes 5G, impulsan con fuerza el procesar y almacenar información, condición que se traduce en la necesidad de construir y/o contar con grandes y pequeños centros de datos.
Pero cuando hablamos de data centers, ya sea construir, mantener o adecuar, inmediatamente debe venir a nuestra mente la necesidad de maximizar el esfuerzo en la eficiencia. Ser total y absolutamente conscientes y actuar en consecuencia del impacto ambiental que uno de ellos puede generar.
Sabemos que los centros de datos son grandes consumidores de energía. El hardware ocupa espacio y se requiere de un extraordinario poder de enfriamiento; y los data centers tienen redundancia, todos factores que no solo aumentan los costos operativos, sino que pueden hacer de ellos instalaciones ambientalmente poco “sostenibles o amigables”.
Es aquí donde, en consonancia con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, los futuros data centers serán y deben ser cada vez más ecológicos, con un especial punto de atención puesto en sostenibilidad y rentabilidad, factores que dejaron de ser competidores entre ellos. Para proveedores de centros de datos los temas de cuidado del ambiente son considerados inversión y un facilitador de nuevos negocios, dado que actualmente más del 85% de las organizaciones considera importante -o muy importante- la eficiencia y sostenibilidad como una diferenciación competitiva. En esta línea, también se observan los objetivos planteados por los grandes proveedores de data center de híper escala: AWS, por ejemplo, que anunció para 2025 el uso del 100% de energía renovable en sus centros de datos; Microsoft que para 2030 plantea “cero desechos” en las operaciones directas, productos y embalajes; y Google que también para el mismo 2030 declara su compromiso de neutralidad en carbono tanto en sus data centers como oficinas.
Factores claves
Si hablamos entonces de la relevancia en la eficiencia y sostenibilidad, cabe indicar los factores que tienen impacto directo en el cumplimiento de este objetivo.
• El uso de energías renovables, es decir, energía que provenga de sistemas eólicos, energía solar, biomasa, o pequeñas hidroeléctricas es ya un estándar requerido para los data centers y la misión de quienes operan este tipo de infraestructura es asegurar que la energía utilizada tenga su origen en fuentes 100% renovables.
• El free cooling, es decir, el uso de aire exterior fresco para enfriar un espacio es también un factor relevante para reducir el consumo de energía al minimizar la dependencia del aire acondicionado mecánico. En este sentido, soluciones que aprovechen de mejor manera el aire externo no solo son sustentables, sino más económicas para las empresas y sus clientes. Mantener la temperatura y humedad de las salas TI conforme a las normas vigentes del sector y respetando los parámetros de eficiencia energética establecidos por ASHRAE (Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado), son un aspecto clave de la operación de un data center.
Y aquí también algunos cambios de paradigmas, hasta hace pocos años atrás la temperatura recomendada por ASHRAE para una sala de cómputos era entre 15ºC y 21ºC, en tanto que ahora la misma entidad recomienda y aboga hasta 27ºC – 80 F para la temperatura de aire que ingresa a cada gabinete o rack.
También en el ámbito de la temperatura, cobra fundamental relevancia la estrategia de confinamiento del aire frío y/o caliente que los ingenieros definan a la hora de construir un nuevo centro de datos, ya sea utilizando chimeneas, pasillos fríos/ calientes u otro diseño que administre de manera correcta el movimiento de la masa de aire.
• Las baterías de iones de litio, que se cargan más rápido, tienen mayor vida útil y una densidad de potencia mucho más alta, es decir, para un mismo tamaño, son capaces de almacenar hasta 3 veces más energía. Son baterías que operan a temperaturas más altas, en consecuencia, requieren menor cantidad de refrigeración, y tiene una vida útil de entre 8 a 10 años v/s los 5 años tradicionales de las baterías de plomo ácido, condición que favorece doblemente el reciclaje, tanto por su vida útil como por su condición de ser menos contaminantes a la hora de su reemplazo.
• Por último, si hacemos mención al reciclaje, el recolectar materiales reciclables, incluidas baterías, desechos peligrosos, metal, plástico y cartón por parte de empresas especializadas que emitan el correspondiente certificado de una eliminación amigable con el medioambiente, también es otro de los factores a incorporar dentro de la operación de un centro de datos.
El desafío
Con lo hasta aquí dicho se resume que desde la conceptualización de un nuevo centro de datos es necesario considerar la construcción de un edificio lo más sostenible posible, con abastecimiento de energía 100% renovables, uso de free cooling como tecnología de climatización, manejo de las aguas pluviales, utilización de materiales que reduzcan el efecto de isla de calor, reducción de la contaminación lumínica exterior, reducción del consumo de agua en el interior con equipamiento eficiente, y ubicación y orientación del edificio, entre otros.
Pero atención, que el desafío no culmina con la construcción, sino que continua con la operación del día a día. Según encuestas recientes el 60% de los poseedores de centros de datos declara no disponer de métricas relacionadas con la sostenibilidad y contar con KPIs de sostenibilidad se está convirtiendo en vital para el negocio. Por ejemplo, cada operador de un data center debe tener un objetivo de eficiencia en el uso de energía o una métrica Power Usage Effectiveness (PUE, por sus siglas en inglés). Si el PUE excede 1.8, que pudiera ser considerado el promedio de la industria (sin entrar en el debate de si esto es alto o bajo), es necesario incorporar prácticas de eficiencia energética para reducir el impacto en el medioambiente.
De esta manera, hoy más que nunca, la “ciencia” de la sostenibilidad ha avanzado considerablemente y debiera ser un área que los responsables de centros de datos abordemos con responsabilidad y mucho entusiasmo en pos de cuidar las fuentes agotables, la naturaleza, la salud y bienestar de quienes nos suceden.