Baja latencia y mayor calidad, así son los centros de datos de proximidad

Reducir la latencia de la señal es un desafío común a los negocios con aplicaciones de misión crítica, especialmente aquellos que buscan brindar experiencias superiores al usuario final en términos de calidad y velocidad de la señal.

Publicado el 31 Oct 2017

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A medida que los contenidos digitales crecen a un ritmo frenético, los proveedores de servicios, operadores y distribuidores buscan la forma de garantizar una mayor fidelidad y retención de sus clientes.

Para lograrlo, muchas de esas organizaciones han confiado plenamente en los centros de datos remotos para gestionar y distribuir el tráfico, procesamiento y almacenamiento de sus aplicaciones y datos de misión crítica.

Sin embargo, en las actuales circunstancias, ese concepto ha evolucionado hacia una tendencia creciente en la industria: los “centros de datos de proximidad” (conocidos también como “Edge”), que son capaces de entregar contenidos y aplicaciones sensibles a la latencia y proveen un gran ancho de banda para empresas y clientes cercanos.

Se trata de instalaciones situadas estratégicamente más cerca de los puntos de agregación de los proveedores de red, con las cuales se obtiene una baja latencia y una mejor calidad de servicio.

Mayor flexibilidad

A diferencia de los centros de datos de enormes dimensiones de Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, las instalaciones cercanas a los clientes están comenzando a calar fuerte en la mente de los directores de tecnología, quienes buscan obtener mayor flexibilidad y economías de escala.

Sucede que -al depender de instalaciones de datos separadas entre sí por cientos o incluso miles de kilómetros- el retardo producido por paquetes que viajan entre puntos remotos es supremamente perjudicial, especialmente en aplicaciones de misión crítica, aplicaciones de Internet de las Cosas, análisis masivo de datos en tiempo real y gestión de dispositivos. Como ejemplo, tomemos a los usuarios de servicios de streaming de video como Netflix, Hulu o Amazon Prime Video. Para ellos resulta incómodo esperar a que la película haga ‘buffering’ hasta que se descargue una buena escena que pueda reproducirse sin borrones ni cortes.

Ese buffering se debe al desfase provocado por la distancia a la que se encuentra el usuario con respecto al data center desde donde se aloja y emite la película que pretende ver. Esto significa que mientras más cerca esté el usuario del centro de datos, la experiencia será mejor, con mayor ancho de banda disponible.

La solución son los centros de datos de proximidad, que actúan como una especie de micro-centros que consolidan equipos de procesamiento, red y almacenamiento en zonas cercanas y garantizan una colocación más eficiente de contenidos y aplicaciones. Una de las principales razones de adoptar un centro de datos de proximidad es que permite reducir los costos de transmisión internacional de datos, que generalmente se realiza utilizando cable submarino porque los grandes proveedores de contenido se ubican en Estados Unidos y Europa.

En la actualidad, los proveedores ofrecen un modelo de comercialización ideal para economías predecibles con una correlación directa a su crecimiento. Mediante un centro de datos de proximidad los contenidos digitales de alto valor se monetizan más fácilmente al optimizar su entrega y distribución.

Por su parte, los clientes finales obtienen experiencias digitales insuperables que garantizan servicios personalizados. Mientras tanto, los productores de contenidos consiguen una mayor retención de su audiencia y la adopción continua de nuevos clientes.

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Redacción

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