Hoy en día, las empresas adoptan uno de dos enfoques para sus sistemas informáticos empresariales: 1) acelerar hacia la nube o 2) centrarse en sus centros de datos. Las organizaciones que priorizan la nube y han elegido la primera opción, han visto mucha más agilidad y flexibilidad que aquellas que optaron por la segunda.
El Covid-19 ha contribuido en gran medida a acelerar el paso a las capacidades basadas en la nube, especialmente en lo que respecta a la colaboración. El paso al trabajo remoto en respuesta a la crisis puso de manifiesto tanto la flexibilidad de las aplicaciones en la nube como las limitaciones de los centros de datos tradicionales. Las empresas que prefieren la nube y que se trasladaron a ella con antelación encontraron, al inicio de la crisis, un camino mucho más simple para cambiar las cargas de trabajo y escalar los recursos para responder a las fluctuaciones sin precedentes de la demanda. También les resultó más fácil gestionar los costos.
Cuando las personas pasaron a trabajar desde casa, ocurrieron dos cosas. En primer lugar, los sistemas utilizados para las operaciones presenciales funcionaron con un menor uso, y al mismo tiempo, se aceleró la demanda a través de los canales digitales. Las empresas que operaban estos canales digitales en la nube fueron capaces de gestionar este crecimiento, aprovechando la capacidad de “explotar” el tráfico entre nubes privadas y públicas.
La flexibilidad y la escalabilidad están integradas en el ADN de cloud y es lo que la hace tan adecuada para los tiempos volátiles.
En este mundo dinámico, las vías de acceso al mercado cambian constantemente y ejercen presión sobre los sistemas. Las empresas que se aferran a los sistemas legados, o que están atrasadas por la deuda técnica, tendrán dificultades. Las que utilicen alternativas ágiles, flexibles, escalables y rentables en la nube estarán mucho mejor posicionadas para triunfar.
Un centro de datos más ecológico
Está claro que los servicios basados en la nube brindan la flexibilidad y la agilidad que se requieren en la actualidad. Con la nube, las empresas pueden “pagar a medida que escalan” o “ahorrar mientras reducen” sus sistemas, una característica importante en un momento en que los presupuestos son ajustados, y lo que es más importante aún, la nube proporciona flexibilidad para aportar valor al negocio sin las limitaciones asociadas a las tecnologías legadas.
Pero si se necesitan más razones para que las organizaciones migren a Cloud, la agenda verde las proporciona. La sostenibilidad es ahora fundamental para los valores corporativos de un número cada vez mayor de empresas. Trasladar las cargas de trabajo a Cloud es una opción más ecológica que los centros de datos locales. En parte, esto se debe a que las empresas comparten el hardware y el consumo de energía, pero también tiene mucho que ver con los propios operadores de la nube. Para gestionar centros de datos a escala, los proveedores de cloud tienen que centrarse en la eficiencia energética para mantener los costos bajos. Además, los proveedores de la nube tienen sus propias y ambiciosas agendas ecológicas, lo que significa que se centran cada vez más en el uso de fuentes de energía renovables. La pandemia y la agenda empresarial sostenible han convertido al centro de datos y a la infraestructura informática de las empresas, en los principales asuntos a tratar en los directorios. No sólo se consulta cada vez más a los CIO y a los CTO sobre las decisiones empresariales estratégicas, sino que los directores generales y otros líderes empresariales están asumiendo la responsabilidad de aprender más sobre la nube para tomar mejores y más rápidas decisiones sobre su futuro modelo operativo. Lo que antes era una rareza -tener una conversación detallada sobre la migración de la carga de trabajo del centro de datos con los directores generales de las empresas de primer orden- es ahora algo habitual.
¿Cómo avanzar?
El mejor enfoque es dedicar tiempo al comienzo del proyecto para evaluar el costo, la eficiencia y el riesgo asociado a los modelos de migración. Durante esta fase de descubrimiento, las empresas deben crear casos y modelos de prueba para los escenarios de migración, al tiempo que elaboran planes prácticos para el despliegue de esta.
Para ser eficaz, el departamento de TI debe trabajar en estrecha colaboración con las partes interesadas de la empresa y garantizar su aceptación. Las empresas también pueden garantizar mejor el éxito de las migraciones de cargas de trabajo a la nube adoptando un enfoque incremental.
El uso de herramientas que migran las cargas de trabajo a contenedores fácilmente transportables permite a las empresas mover las cargas de trabajo paso a paso, garantizando que se obtiene valor de cada una de ellas antes de seguir adelante. Este enfoque también permite a las organizaciones portar aplicaciones entre diferentes entornos de nube, ya sean públicos, privados o híbridos. Esta portabilidad permite a las empresas cumplir los requisitos normativos, evitar la dependencia de un proveedor y ofrecer el enfoque de cloud adecuado para cada caso de uso individual. También permite la agilidad y la resiliencia, que es una de las razones clave por las que las organizaciones que apuestan por la nube fueron más capaces de sobrellevar la interrupción causada por el Covid-19.
La experiencia reciente ha demostrado que las empresas necesitan ser más flexibles que nunca. Deben ser capaces de responder a acontecimientos inesperados de la magnitud de una pandemia global. Los argumentos empresariales a favor de la nube están claros desde hace tiempo, pero ahora las organizaciones se dan cuenta de que la crisis actual ha hecho que la nube pase de ser una aspiración a un mandato urgente. Si se asocian con el ecosistema de partners adecuados y adoptan un enfoque estratégico, las empresas pueden ser “cloud-first”, innovar más rápidamente y crear un valor diferenciado de forma responsable y sostenible.