Cristián Waldman Martinic.
La “nube” no se limita a un término de moda que se utiliza sin entender realmente su alcance. No es un objeto tangible, pero tampoco es algo inalcanzable, extraño o complejo. En concreto, se trata de una red de servidores, donde cada uno de ellos realiza una función diferente: “corriendo” aplicaciones, almacenando datos o brindando servicios por medio de Internet. A través de esta tecnología los proveedores de TI han logrado proporcionar a sus clientes un servicio más completo, llevando a la industria a un estadío de maduración sin precedentes.
Manejar el auto sin preocuparse por las piezas
Pensemos en un automóvil. Para poder manejarlo necesitamos, primero, contar con todos sus componentes en perfecto estado y funcionamiento. Desde las ruedas, el motor, los interiores, las piezas de electrónica y demás elementos. La infraestructura TI basada en la nube permite a los clientes enfocarse en asuntos estratégicos (como incrementar su participación en el mercado). O bien, para esta alegoría: manejar el auto hacia el destino deseado, en vez de preocuparse por ensamblar y hacer funcionar cada elemento del mismo. Uno compra el automóvil, no las partes de este.
Por otro lado, los clientes también invierten menos dinero en pensar y reinventar servicios, ya que los proveedores innovan en cloud. Se transfiere el presupuesto de TI al de R&D de la industria. Este es un cambio enorme, porque el trabajo de integración de las aplicaciones y el desarrollo de nuevas características y funcionalidades lo realiza el proveedor en lugar de los clientes. Y aquí otro punto importante es la velocidad en la innovación. No solo la nube reduce los costos de propiedad y simplicidad en TI, sino que también las nuevas aplicaciones y actualizaciones se presentan cada vez más rápido.
Seguridad y enfoques
Sin embargo, existen también ciertos temores respecto a la nube -como genera toda tecnología-. Y esto se relaciona con la vulnerabilidad de los datos. Muchos clientes piensan que diferentes agentes -como el gobierno, instituciones y corporaciones- podrían acceder a sus datos al estar alojados en el cloud. Pero para esto hay un remedio más que efectivo: la encriptación. Cada bit que se almacena posee claves de encriptación que solo el cliente conoce por ser quien tiene la llave para “abrir” los datos en la nube.
Por último, cuando hablamos de la nube nos encontramos con dos posibles enfoques: servicios de código abierto y software pago. Pero uno no suplanta al otro, sino que se complementan, enfocados en diferentes perfiles de clientes y brindando diversos servicios, fortaleciendo así conjuntamente la madurez de la industria TI.
