El surgimiento de las aplicaciones que empujan las tecnologías empresariales hacia el borde o Edge, tienen como propósito acercar los recursos informáticos hacia el usuario final o a la fuente de datos, a fin de mejorar la capacidad de escalamiento, de respuesta y la experiencia de servicio global.
Pese a que son tecnologías paralelas, el Edge Computing se entiende y genera todo tipo de sinergias con el cloud computing. Ya sean servidores en torres de telecomunicaciones, sensores monitoreando una red, o sistemas de automatización de fábricas; cualquiera sea la carga de trabajo específica del Edge, la necesidad es la misma: respuestas más rápidas para lograr servicios más oportunos. Una aplicación concreta de estas tecnologías puede observarse en los proveedores de telecomunicaciones: por medio de la virtualización de las funciones de red (NFV) y las redes de acceso por radio (RAN) es posible mover las cargas de trabajo móviles hacia el usuario, aumentando el rendimiento y reduciendo la latencia del servicio.
En el caso de los servicios financieros, el Edge Computing permite la implementación de cargas de trabajo remotas como workloads nativas de la nube, acelerando así el tiempo de respuesta del servicio, entregando productos personalizados a la medida del cliente, y agilizando la implementación de las prácticas de Open Banking, por su estrecha relación con el mundo cloud.
Sin temor a la fragmentación
Dada la naturaleza heterogénea de los elementos que componen los entornos de Edge Computing, la uniformidad es un factor clave. Esta se logra con la nube híbrida, desde los dispositivos Edge hasta el centro de dato; la implementación de una nube híbrida aporta coherencia a su ecosistema de TI.
La innovación puede verse coartada por la fragmentación ocasionada al introducir modelos propietarios, incompatibles entre sí. La introducción de Linux abierto de grado empresarial puso fin a este esquema, e inició el ciclo de innovación que luego derivó en la virtualización, el cloud computing, los contenedores, Kubernetes y, hoy, el Edge.
Si esta innovación estuviera encadenada a través de tecnologías formadas por “ediciones del Edge” en lugar de ser impulsada por estándares abiertos y comunes del sector, la fragmentación entraría nuevamente en escena. Para prevenir esto, Red Hat y sus partners impulsan el Edge a través de la creación de estándares en las comunidades del sector.
Esto no significa que toda solución de Edge vaya a basarse en tecnologías open source, sin embargo, formar capas de características o capacidades propietarias sobre un “núcleo abierto” es totalmente contrario a los estándares del open source; mitad abierto implica totalmente cerrado, ya sea que se trate de un sistema operativo o del Edge.
Hoy, a medida que el mundo empresarial en su conjunto dirige la atención al borde de la red, observamos una nueva ola de innovación incipiente. La promesa y el poder que encierra el Edge Computing son muy reales, y la intención de Red Hat es ayudar a las organizaciones a capitalizar estos beneficios sin temor a la fragmentación o la cautividad.